TEXTO Y FOTOGRAFÍAS FRANCO GIORDA
De sombrero gris, chaleco oscuro, brazos desnudos y pantalón negro, Daniel Melingo se subió al escenario de Tierra Bomba frente a un público que lo recibió con gran entusiasmo. El compositor, cantante y multiinstrumentista repasó un repertorio conformado por canciones de distintos momentos de su carrera. Desde hits de Los Twists, canciones inolvidables de Los Abuelos de la Nada hasta obras muy significativas de su recorrido solista. Estuvo acompañado por Los Víspera, una banda conformada por el legendario baterista Fernando Samalea, el bajista Juan Ravioli y Félix Melingo Torres en coros, quién se destacó especialmente al llevar adelante la voz principal en una versión de Chalaman.
Se trató de una propuesta eléctrica, en la que Melingo hizo algo difícil que le sale bien: reunir géneros como el rock, el reggae o el tango. En su devenir ha forjado, de manera auténtica y actual, un estilo que sintetiza tradiciones con improntas muy fuertes y que no necesariamente han convivido en armonía. En la noche del sábado 5 de agosto en la capital entrerriana dio cuenta, una vez más, de su talento para hacer música sin prejuicios y lograr sortear las facciones que se atrincheran en uno u otro rincón.
Con histrionismo y en comunión con el público, Melingo cantó, tocó la guitarra y el clarinete y se movió a sus anchas. Se lo vio compenetrado y alegre en la interpretación de las canciones y disfrutando de la devolución que recibía por parte de quienes fueron al recital. Su voz aguardentosa y su particular fraseo narraron las andanzas de los protagonistas de sus canciones; una galería de sujetos que podrían ser amigos de los personajes de Arlt o los de Symns. Al frente de esta troupe se distingue la figura libre del linyera como un emblema ético y estético.
Algunos de los temas que sonaron fueron Balada de Tony & Douglas, Sin luna, Corazón y hueso, una versión impresionante de A dónde está la libertad de Pappo, La canción del linyera, la mencionada Chalaman, Sos una rica banana, Jugando hulla-hulla, El primero te lo regalan…. Una vez terminado el show y realizada la despedida, Melingo reapareció sobre las tablas para agradecer y prometer una futura vuelta. A modo de epílogo cantó a capela Música beat que narra con ironía el enfrentamiento entre rockeros y tangueros, miembros de dos mundos que él habita con belleza.
Quedará en la memoria de quienes fueron y en la historia de Tierra Bomba la presencia de Melingo en Paraná, un creador de música urbana, sutil e inspirada.
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