TEXTO FRANCO GIORDA
Los espectadores y espectadoras de Anatomía de una caída (Justine Triet, 2023) son incitados a responder ante un tópico clásico del cine y que no se agota: ¿la protagonista es culpable o inocente? Esta película francesa de ficción desarrolla un juicio penal que quien mira sabe tanto como lo permiten las pericias, testimonios, indagatorias y pruebas que se ponen en consideración para la sentencia. El hecho investigado es la muerte dudosa de Samuel (Samuel Theis), escritor frustrado y docente francés, quien hasta su deceso vivía junto a su esposa Sandra (Sandra Hüller), escritora alemana de gran reconocimiento, y a su hijo Daniel (Milo Machado-Graner), de 11 años. La vivienda compartida está ubicada en medio de los Alpes franceses, rodeada de nieve y alejada de vecinos y pueblos.
Lo que se sabe es que luego de una situación conflictiva de la pareja, Samuel aparece muerto en la puerta del hogar con signos se haber caído del segundo piso donde estaba haciendo trabajos de mantenimiento. La policía comienza a investigar el hecho para determinar si fue un accidente, un suicidio o un asesinato. Luego de las primeras averiguaciones, Sandra se convierte en la principal sospechosa del supuesto homicidio.
A medida que avanza la pesquisa, salen a la luz, no sin reticencias, algunas características de la relación de Samuel y Sandra: competencias internas, relaciones paralelas y un trauma difícil de elaborar. El éxito profesional de ella y el resentimiento de él son gravitantes en ese vínculo atravesado por sentimientos contradictorios. Esto, a su vez, está cernido por la mirada de los otros: el abogado defensor, el fiscal, la jueza, el hijo de ambos y los medios de comunicación. Aquí aparecen valoraciones y también prejuicios sobre la dinámica, la intimidad y la sexualidad de la pareja.
La comunicación entre Sandra y Samuel y de ellos con el hijo, al tiempo que es expuesta públicamente, construye un panorama complejo, con claroscuros y algunas piezas faltantes en este rompecabezas de hechos y sentidos. A esto su suman barreras idiomáticas debido a que la protagonista no domina el francés, lengua en que es juzgada, dado que su origen es alemán y su segundo idioma es el inglés.
La actividad de quienes están frente a la pantalla no necesariamente se reduce a construir por sí mismos qué pudo haber pasado en la muerte de Samuel sino a reflexionar sobre lo intrincado de una causa judicial. En este sentido, se aprecia cómo las partes intervinientes buscan reconstruir lo ocurrido desde distintas perspectivas; y cómo en el devenir del proceso la balanza, por momentos, se inclina para un lado, y, por momentos, para otro. En ese movimiento entran en danza los elementos que finalmente construirán un dictamen resolutivo. Esto pone de relieve el modo en que se aborda el problema de la verdad de los hechos y la justicia que se pueda alcanzar desde una institución como el poder judicial.
A modo de apostillas cinéfilas se añade que desde el título mismo de esta obra cinematográfica está sugerida la influencia de Anatomía de un asesinato (1959), film de Otto Preminger con el protagónico del consagrado James Stewart. Otro guiño cinéfilo, de alguna manera, podría ser (dado el aislamiento de los protagonistas en la montaña, cierta perturbación y el oficio de escribir como telón de fondo) a El resplandor (Stanley Kubrick, 1980).
Cabe señalar que la extraordinaria actriz alemana Sandra Hüller es un pilar fundamental de esta producción. Su interpretación da cuerpo a la mayor parte del metraje. Tampoco puede pasarse por alto la actuación del niño Milo Machado-Graner quien carga con momentos definitorios de la trama. Otro actor fundamental de la película es un border collie que también ha sido reconocido en los festivales por su papel. El nombre real del animal, fuera de la ficción, es Messi, en honor a Lionel. La gratitud de la directora con el can es tal que es el primero en aparecer en los créditos finales.
La película dura 150 minutos y se mantiene vibrante desde principio a fin sin necesidad de golpes de efecto ni ritmos frenéticos.
Anatomía de una caída viene de ganar la Palma de Oro como mejor película en el festival de Cannes y cuenta con cinco nominaciones a los Oscar: mejor película, dirección, actriz protagónica, guion original y montaje. También salió triunfante de los Globos de Oro con los galardones de mejor guion y mejor película de habla no inglesa. Además, fue elegida como mejor película europea en los Goya; entre otros muchos premios de distintos festivales del mundo.
En Paraná, se mantiene por tercera semana consecutiva en cartelera. Un dato importante es que se proyecta subtitulada.
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