TEXTO Y FOTOGRAFÍAS PABLO RUSSO
Un escenario rodeado de la vegetación de un jardín. Mesitas con velas y sillas plásticas sobre el pasto. Un pueblo silencioso a orillas del Paraná. Música en vivo en una noche de verano con luna creciente. El dúo de Flopa Suksdorf en voz y Cristian Bórtoli en contrabajo fue protagonista de la nueva edición de «Amigos de la casa», en Casa de Poeta de Villa Urquiza, el viernes 31 de enero.
Con un repertorio que partió desde clásicos de jazz hasta la música popular argentina y una baguala, ocurrió el tercer encuentro del año del ciclo que Mario Martínez gestiona desde 2010 en el domicilio de la calle Polo Martínez 49.
Durante la cita -amenizada con empanadas, cervezas y vino por el restaurante local Lo de Casiano- se reunieron unas cincuenta personas. A las 22.30 comenzó el recital -que contó con Juan Bonetti en el sonido-, acompañado por un respetuoso silencio y un entusiasta aplauso hasta poco antes de la medianoche.
La lista de temas abrió con un juego que mezcló «How high the moon», de Morgan Lewis y Nancy Hamilton, y «Ornithology», de Charlie Parker; y siguió con «Anthropology», de Parker y Dizzy Gillespie, y el clásico «I got rhythm», de George Gershwin. Luego fue el turno de «Autumn leaves», de Joseph Kosma y Jacques Prévert (versión en inglés); «In a mellow tone», de Duke Ellington y Milt Gabler; y «My funny Valentine», de Richard Rodgers y Lorenz Heart. Con la ductilidad que la caracteriza, Flopa pasó del anglosajón al portugués cuando el recorrido musical derivó por Brasil con «Dunas», de Rosa Passos y Fernando Oliveira; y «Loro», de Egberto Gismonti. El repertorio indagó, en su tramo final, en tres temas en castellano: el primero fue, con ciertas reminiscencias a la versión de Liliana Herrero, «Confesión del viento», de Juan Falú -quien había estado en ese mismo escenario algunas semanas atrás- y Roberto Yacomuzzi; el segundo fue «Cinco siglos igual», de León Gieco y Luis Gurevich; y la baguala «Doña Ubenza», de Chacho Echenique. El cierre jazzero y cinematográfico fue con «Someday my prince will come», de Frank Churchill y Larry Morey, que forma parte de la banda sonora de la película Blancanieves (Walt Disney, 1937). Finalmente, hubo tiempo y lugar para unas últimas improvisaciones en los bises.
Las charlas con los tragos del estribo llegaron casi hasta la medianoche en ese cuidado espacio de la villa en el que también se planea crear una muestra permanente con parte de la obra de la artista plástica Gloria Montoya. Mario Martínez no deja que nadie junte nada, todo queda tal cual hasta que las velas no ardan. Al otro día, él se ocupará de desmontar la escenografía disfrutando del fresco matutino. «El motivo de estos ciclos quizá tenga que ver con darle continuidad a aquellas reuniones familiares en que nos juntábamos alrededor del Polo diciendo algunos versos, mi madre que también cantaba, Miguel tocando y cantando, mi hermana Luci», compartió con 170 Escalones. «Todo eso era habitual y en algún rincón del inconsciente debe estar presente esa especie de bello mandato que me dio el deseo de hacer de este jardín y de esta casa un espacio para el encuentro con la música, fundamentalmente, ya que es el género artístico que ha predominado», agregó, recordando que los intentos teatrales no tuvieron la respuesta esperada.
Casa de Poeta es un emprendimiento particular, que por momentos cuenta con algún auspicio del gobierno provincial o con algún apoyo simbólico del municipal (que ha declarado a la casa como espacio de interés cultural). Lo que sucedió el último viernes de enero fue lo habitual: casi la totalidad del público llegó desde Paraná. «Viene muy poca gente de la Villa o turistas; Juan Falú remarcaba eso: que la gente hacía 50 kilómetros para un espectáculo», indicó el gestor. La propuesta tiene su costo (de entrada y de traslado, como mínimo), y aunque hay un grupo de habitués que entienden que se trata de un especial momento de disfrute y contemplación, siempre hay gente que llega por primera vez. «Yo le pongo el cuerpo, me gusta cuidar el jardín, preparar las mesas, prender la vela y todas esas tareas, como escenógrafo que soy», confesó Martínez, que durante el espectáculo de Suksdorf y Bórtoli se sentó con su copa de vino a disfrutar como uno más entre los presentes.
En estos quince años han participado de la programación, entre muchos, María Silva, Stella Berduc, Marino Frezetti, Natalia Carossi, Miguel «Zurdo» Martínez, José Bulos, el Dúo Bekes-Salomone, Silvina López, Ernesto Méndez, Maru Figueroa, Luis Bertolotti y su Conjunto, Juan Falú, Quequecha Brasseur y Claudia Rutar, Combo Mutante, Melisa Budini, Juan Manuel Alfaro, Carlos Aguirre y Susana Ratcliff.
La agenda de lo que queda este verano anticipa que Silvina López y Deli Rosa se presentarán el viernes 14 de febrero con «Monte y río», un espectáculo que combina música, poesía y cuento. La velada de cierre, el viernes 21, tendrá a María Silva y Juan Martín Caraballo con «Repartida en el aire». Para reservar, hay que comunicarse al 3435126724 y y tener en cuenta que la belleza de una noche artística al aire libre puede verse suspendida por cuestiones climáticas.
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