Cuatrocientas

TEXTO Y FOTOGRAFÍAS PABLO RUSSO

 

 

Los números redondos convocan. Por eso en la tardecita del martes 9 de septiembre fueron cientas las personas que se arrimaron a la habitual ronda de los martes convocada por la coordinadora Basta es Basta por una vida sin agrotóxicos. Cuatrocientas semanas de protestas por un cambio de modelo productivo en la que, cada martes, un grupo sostiene la cita semanal frente a la casa de gobierno provincial y que, cada tanto, se amplía a muchos y muchas.

 

 

Algunas rutinas, como el silencio o las velas, se ven alteradas por semejante visibilidad que es aprovechada para concentrar en la plaza 1° de Mayo y, desde allí, con pasacalles, carteles y tambores, descender por San Martín hasta Laprida y doblar a la izquierda hasta la plaza Mansilla.

«¿Qué hay en el agua potable?», preguntaba una de las grandes banderas que avanzó por la peatonal alterando la cotidianidad comercial y sorprendiendo a los paseantes. «Agrotóxicos enferman grave a nuestros gurises», «Paren de fumigar», «Basta de venenos», «Basta de cáncer», «El Garrahan atiende niños de Entre Ríos» y «El río Paraná es la Patria», eran algunos de los mensajes alzados por los manifestantes. Una cuerda de tambores cerraba la marcha que llegó a las 20 a la explanada frente a la entrada principal de la Casa Gris, modestamente custodiada.

 

 

Sobre la plaza se tomó la foto grupal, se realizaron intervenciones artísticas, se encendieron velas para la ronda, hubo una radio abierta a cargo de la Asociación Civil Barriletes por cuyo micrófono pasaron referentes de la convocatoria como Nadia Burgos, de la Red Ecosocialista, Daniel Verzeñassi , del Foro Ecologista, y el investigador del Conicet Rafael Lajmanovich. Entre quienes se sumaron también estuvieron la diputada nacional Carolina Gaillard y la candidata Evelina Kloster, de Ahora la Patria.

El cierre musical estuvo ca cargo de Carlos “Negro” Aguirre y la rusa Silvia Salomone (que interpretó entre el repertorio el tema «La ronda de las velitas», compuesto para el encuentro número cien), y de Susana Ratcliff.

 

 

La sensación general fue que la ronda no debería estar sucediendo luego de tantos años de pedir un cambio de paradigma productivo y, a su vez, de alegría por seguir de pie en la lucha por el respeto a la vida. En palabras de Verzeñassi: «Parece que somos pocos, pero siempre somos muchos más».

 

 

 

 

 

 

 

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