
Dos sifones en espera del reparto. La imagen del frente de una vivienda en un barrio de la zona este de Paraná da cuenta de una costumbre que atraviesa los tiempos: dejar los envases vacíos indicando la cantidad de unidades a ser repuestas por el proveedor correspondiente; en este caso, el sodero. Al momento de su recorrida, no importará si los dueños de casa se encuentra o no en el domicilio, ya que simplemente intercambiará los sifones y, en algún momento del mes, saldará las cuentas correspondientes.

