TEXTO Y FOTOGRAFÍAS PABLO RUSSO
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Hacen treinta grados a las dos de la tarde del último día de febrero en Paraná. El agua de la hidrolavadora que salpica al rebotar sobre el Monumento a la Memoria refresca un poco a quienes están limpiando en la esquina de Enrique Carbó e Hipólito Yrigoyen de la Plaza Sáenz Peña. No se trata de una cuadrilla municipal ni de una comisión de restauración de esculturas en el espacio público; son familiares –hijos, nietos y hasta bisnietos– y amigos de Amanda Mayor que decidieron, por cuenta propia, hacer lo que el Estado debiera.
Operativo limpieza
La rutina del semáforo permite que los automovilistas se percaten del movimiento, atraídos por el ruido de la máquina de agua o su cable atravesando Yrigoyen, enchufado a la electricidad y solidaridad de un vecino. Tanto a los taxistas que tienen su parada sobre Carbó como a los intrépidos deportistas de la siesta que rondan la plaza, a nadie le pasa desapercibida esa comitiva con escobas y productos de limpieza. Además, hay algo novedoso en el lugar: la baldosa construida en mosaiquismo fino por Poty Zaidenberg con el código QR sobre Amanda Mayor –autora de la obra allí instalada desde 1995–, cuyo acto homenaje impulsado por Trama. Paisaje Cultural ocurriría ese mismo jueves por la tarde.
«Estamos aprovechando el evento de la baldosa inteligente para pegarle una limpieza y mantenimiento, porque evidentemente si no lo hace la familia y la comunidad de alguna forma, es como que el municipio se olvida de estas cosas», le explica Álvaro Piérola a 170 Escalones. «No hay una política firme en la que se tenga en cuenta esto que forma parte de nuestra historia, así que bueno, familia Piérola con amigos venimos para limpiar, y en eso estamos», agrega el hijo mayor de Amanda. Álvaro señala el piso en el que hay baldosas rotas y faltantes. «Con un trabajo de mantenimiento de un par de días esto queda perfecto. Soy un contribuyente al que le gustaría ver que estos espacios de memoria, como todos los culturales, sean mantenidos. Creo que es un estado generalizado de las plazas y monumentos; a nosotros nos duele porque nos toca en particular este, pero es una cuestión de decisión política ocuparse», remata. Su hermano Gustavo Piérola suma a la situación de negligencia que hay un reflector quemado desde hace tiempo y que antes había otro por detrás del monumento que ya no está.
«En su momento Amanda vino a hacer un par de retoques. Una vuelta cambiamos unas plantas, aunque nunca habíamos hecho una limpieza general», cuenta Gustavo. «Esto no es casual, es una política de Estado a nivel nacional en la que todo lo que signifique memoria hay que ir cajonéandolo de alguna manera», argumenta. Los arbustos están recién podados porque se lo pidieron al placero. «Ellos no tienen ningún problema, pero no hay una orden de quién corresponda para mantener estos espacios. Hay un abandono total de las plazas», indica el tercer hijo de la artista, hermano menor de Fernando, fusilado en Margarita Belén el 13 de diciembre de 1976 y cuyos restos aún no se han encontrado. «La madre grande –añade señalando la última placa de la obra– tiene un agujero en el hombro, ahí hay que hacer un trabajo de restauración, son decisiones que no tiene, en este caso, (Sergio) Varisco», detalla.
Denuncia
El día anterior, la agrupación HIJOS Regional Paraná publicó en su página de Facebook un texto con el título La memoria abandonada y el subtítulo «Varisco y el olvido como política de Estado». Allí manifiestan la tristeza que sienten los organismos de Derechos Humanos por el «lamentable descuido y deterioro que muestran los espacios públicos conmemorativos de las víctimas del terrorismo de Estado en Paraná», acusando a la gestión municipal actual y a la alianza Cambiemos por ese escenario. El escrito –firmado por la Asociación de Ex Presos Políticos de Entre Ríos La Solapa, la Asociación de Familiares y Amigos de Desaparecidos Entre Ríos (A.F.A.D.E.R.), Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia Contra el Olvido y el Silencio (H.I.J.O.S.) Regional Paraná y la Liga Argentina por los Derechos Humanos– hace referencia al Monumento a la Memoria, al Paseo de la Memoria del Parque Nuevo y a la placa con los nombres de los desaparecidos ubicada en la Plaza Alvear. «Resulta desolador transitar por esos espacios y advertir un panorama de abandono con los hierros oxidados, el pasto alto, las grietas profundas, la humedad y la suciedad inundando aquellos sitios que alguna vez fueron inaugurados por artistas locales comprometidos con mantener viva la memoria popular», sostienen los organismos.
Baldosa
La baldosa con código QR inaugurada el jueves por la tarde congregó a una gran cantidad de personas en un emotivo acto que entrelazó la biografía de Amanda Mayor, su creación artística y su lucha por Memoria, Verdad y Justicia de la cual el Monumento a la Memoria resulta una obra emblemática en la ciudad de Paraná. Cristela, la quinta hija de Amanda, compartió una reseña sobre la vida de su madre; y Martina, una de sus nietas, leyó un poema que su abuela dedicara al río. La baldosa descubierta lindante al monumento permite –a través de la lectura mediante una aplicación gratuita de celular que escanea el código– visualizar materiales multimedia. Quienes visiten el sitio podrán conocer parte de la vida y lucha de Amanda Mayor, además de acceder a una galería de imágenes sobre la realización del monumento, el audiovisual Madre Amanda, y poemas de su autoría. Esta baldosa se enmarca en el proyecto que encabeza Malala Haimovich, seleccionado en 2018 por el Fondo Económico de Incentivo a la Cultura las Artes y las Ciencias (FEICAC) que comenzó en diciembre pasado con el mosaico dedicado a Juan L. Ortiz en una barranca del Parque Urquiza y continuará con trabajos similares referidos a Gloria Montoya, Miguel “Zurdo” Martínez e Israel Hoffman.
El capítulo Amanda del Proyecto Trama. Paisaje Cultural, la denuncia de los organismos de Derechos Humanos poniendo de relieve el deterioro de esos espacios y la movida previa de la familia que recompuso el lugar en la medida de sus posibilidades siembran dudas sobre las ventajas de la salvaguarda de la memoria en manos del Estado. Porque en este Estado, generalmente, prevalecen los intereses de las clases dominantes, quienes -como dijo Rodolfo Walsh- han procurado siempre que los trabajadores no tengan historia y que cada lucha empiece de nuevo separada de las anteriores, olvidándose lecciones y experiencias colectivas. Podría pensarse a la memoria, en cambio, como una construcción popular necesaria y permanente, que interpela nuestro presente –diría Walter Benjamin– «como un rayo que ilumina la noche en un instante».
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Bello texto. Y una gran tarea! Como suele decirse : gente necesaria!