TEXTO Y FOTOGRAFÍAS PABLO RUSSO
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Se abre la puerta del salón de la ochava que da al patio de la Casa de la Cultura y se asoma Maxi Schonfeld con una sonrisa. «Vamos a ir pasando de a dos», anuncia y saluda a los próximos de la fila que ingresan a la habitación.
El resto, unas diez personas, esperan sentados en sillas contra la pared. El que acaba de salir, antes de irse por la puerta que da a 9 de Julio, tira un dato a los últimos en llegar: «es fácil, te hacen algunas preguntas nomás». Los convocados para esa suerte de examen y prueba laboral están allí por los motivos más diversos esa fresca mañana de viernes, aunque los une el interés por participar de una filmación como intérprete. «Casting para largometraje. Actor masculino. 45 a 55 años con o sin experiencia. Es excluyente: saber manejar autos», pedía el anuncio. El director crespense de Germania, La helada negra y La siesta del tigre comienza el rodaje de Jesús López dentro de unos días y aún debe completar el elenco. Entre los que aguardan, se tejen todo tipo de conjeturas.
Oscar es un reconocido periodista que ya protagonizó un cortometraje de Celina Murga años atrás, cuando sintió curiosidad de vivir la experiencia de un set de filmación y se animó a la actuación. Sergio tiene 59 años, se está jubilando, pero decidió presentarse igual. Tiene un par de publicidades en su curriculum y participó de un taller de teatro. Su idea es pasarla bien. «Vine porque trabaja con actores no profesionales», comenta «pero no vi sus películas», aclara. César, que vive de la docencia y la fotografía, nunca había estado en una selección pero se confiesa espectador habitual de todas las proyecciones posibles de la ciudad, y le gusta el tipo de cine que hace Schonfeld. Entonces se suma Alfredo, que ya anduvo midiendo la espera pero debió regresar a su trabajo de restaurador de muebles. Alfredo estudió cine en la Universidad Nacional del Litoral y tiene experiencia en actuación, si bien hace rato que no hace nada. También hay gente que viajó desde Santa Fe.
«Parece que esto es porque le renunció un actor, es de emergencia. Hace un mes y medio hubo otro casting de chicos en La Vieja Usina», cuenta alguien. «Están buscando un mecánico», asegura otro. En la hora promedio de espera para el encuentro cara a cara con el director y su asistente Natalia Trzcina, el perfil del personaje va cambiando según las versiones. «Necesita que sea tipo alemán, alto, rubio y de ojos claros», avisa un recién llegado y los que escuchan empiezan a relojearse en silencio. «No hay ninguno acá», concluye rápidamente a media voz el que está a su lado; «para eso debería ir a las aldeas», añade. «El papel es el de un padre de familia que ha perdido recientemente a su hijo», notifica con total seguridad alguien de la fila. Cada uno, internamente, se va imaginando en los diversos roles propuestos.
Una vez dentro, sentados con una mesita de por medio, Maxi y Natalia comienzan la charla. Les dicen que van a filmar una película y que están necesitando gente para un papel. «La idea es conversar un rato, escucharlos», aclara el realizador que también escribió el guion junto a Selva Almada. La asistente de dirección filma con su celular y hace las primeras preguntas de rigor mientras comparten unos mates que ceba Maxi.
Oscar, que para entretenerse mientras aguardaba se leyó casi todo el libro Remontando el Paraná de Theodore Child, se va conforme con su conversatorio. Lo mismo César: «La entrevista re bien, entré con un profesor de educación física que le daba curiosidad el cine y la actuación; contamos qué hacíamos, de dónde éramos», comparte. «Yo le dije que tampoco tenía experiencia pero me llamaba la atención en sus películas que los actores no profesionales no hacían cosas complicadísimas. Los veía que participaban de una forma recopada, pulida, que se veía bien como trabajaban», destaca.
«El elenco ya lo teníamos más o menos cerrado pero tuvimos que salir a buscar un personaje que no estaba contemplado en la película», revela Schonfeld a 170 Escalones. «Decidimos buscarlo en la provincia de Entre Ríos, por eso este casting tan cerca de la fecha de rodaje», explica. La filmación, que tendrá a Valle María como escenario principal, durará cinco semanas a partir del 1 de marzo. «Nunca estuve en la situación, nunca fui a un casting, así que no sé lo que se siente. Sí he actuado pero porque he estado en el equipo de filmación trabajando y alguien vio que podía dar para algún papel», confiesa Maxi, que siempre alienta a la participación de todos aquellos a los que les gusta el cine, animando la industria local y exponiendo a la provincia en pantalla como locación.
«Siento que todavía no sé si encontramos lo que buscamos; sí que tenemos varias alternativas para volver a llamar y seguir haciendo pruebas, así que no sé si está definido eso», afirma respecto al casting por el que pasaron un centena de personas.
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