No pasaba nada y pasó Sumo

TEXTO, ENTREVISTAS Y EDICIÓN DE AUDIO PABLO RUSSO Y FRANCO GIORDA*

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Los acordes musicales y el testimonio humano son los elementos con los que contamos para esta travesía hacia el pasado.

No es poco. El sentido que pueden despertar las canciones y las palabras nos colocarán sin mucho esfuerzo en el cruce de las siguientes coordenadas: año 1982; lugares: Federación y Chajarí. En ese tiempo y en esos espacios ocurrió un hecho que, si bien no contó con muchos testigos, con el correr de los años ha cobrado una especial significación. En aquel entonces, Sumo, la banda liderada por Luca Prodan, realizó sendas presentaciones en esas ciudades del norte entrerriano.

 

 

La formación, que fusionaba el post-punk, el ska y el reggae, formada en el año 1981 en la localidad de Nono, en las sierras de Córdoba, pero que ya estaba radicada en Hurlingham, no había editado su primer disco, el demo Corpiños en la madrugada. Tampoco contaba aún con Ricardo Mollo en su formación. Andrea Prodan, líder de Roma Pagana, quien realizaba entonces su primer viaje a la Argentina junto a su hermana Michela, participó de estas presentaciones.

Con la guerra de Malvinas a flor de piel y en una ciudad que había sido reemplazada poco menos de cuatro años antes, algún excéntrico lugareño decidió que era buena idea llevar a este grupo hasta sus pagos, a orillas del lago formado por la represa de Salto Grande.

 

 

 

En noviembre de 1982, Juan Carlos Carner Lorenzo escribió una reseña en la revista Pelo, en la que contaba que Sumo había llevado a cabo una pequeña gira por localidades de Córdoba y Mendoza, recibiendo muchos elogios por parte de la prensa y el público locales.

“En este momento se encuentran realizando un ciclo de conciertos mensuales en salas céntricas, del Gran Buenos Aires y del interior del país, presentando  material nuevo junto con temas de su anterior repertorio”, indicaba el periodista.

En esa nota de la edición n°174, Carner Lorenzo comentaba que el grupo había sido creado el año anterior por Luca Prodan y que en la formación original él tocaba la guitarra rítmica y era la primera voz, con Stephanie Nuttal como baterista inglesa, Germán Daffunchio en guitarra eléctrica y Alejandro Sokol en bajo. En abril de 1982, Nuttal regresó a su país (en el contexto de la guerra), y Sokol pasó a la batería, integrándose Diego Arnedo (ex MAM) en el bajo y Roberto Pettinato (ex Mica Reidel) con su saxo. «El nombre del grupo se refiere a la conocida práctica de lucha japonesa», aclaraba Pelo.

Esta primera experiencia de Sumo en Entre Ríos dejaría entre los miembros de la banda una serie de recuerdos de esa etapa inicial, además del rastro de algún personaje en la canción «Cinco magníficos», editada en el disco Llegando los monos, de 1986. Para conocer más de este entramado, recurrimos al sumólogo Gerardo Rivera, quien también nos compartió las imágenes que acompañan esta nota.

 

 

La visita a Federación entusiasmó a un grupo de jóvenes de la vecina Chajarí, que replicaron la presentación en esa localidad. Apelamos a las remembranzas de Tucho Zucco, Juan Javier García y Lisandro Montiel, chajarienses que fueron organizadores o testigos del evento.

Sabemos que las brumas del tiempo dificultan la memoria. Los recuerdos de los testigos y protagonistas se entrelazan, superponen y, a veces, también contradicen.

 

 

Tras los pasos de estos rastros, les compartimos este puñado de voces que nos invitan a revivir esa aventura, con sus anécdotas de pago en relojes, venta de motos y lago con pirañas.

 

 

 

*Integrante del PID 3181 (FCEDU / UNER) «Escenas de la música urbana. Experiencias históricas y actuales del rock-pop en Paraná»

 

 

 

 

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