TEXTO Y FOTOGRAFÍAS MARIÁNGELES METIVIÉ
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Juan Carlos Romero definió con el término Arte Correo o Arte Postal (Mail Art, en inglés) a la tendencia artística que consiste en el envío de mensajes y diversas producciones utilizando el sistema postal como medio de comunicación a destinatarios conocidos o desconocidos. Quince años después, en 2020, Clemente Padín amplía el concepto consignándolo como el arte de las comunicaciones.
A principios de los años sesenta comienza a nivel mundial un movimiento de artistas que busca canales alternativos de comunicación y circulación de obra, se arman redes para establecer vínculos e intercambio de arte por correo postal. Coincidiendo con las tendencias generales de las manifestaciones artísticas de esos años en diferentes partes del mundo, el arte correo cuestiona la figura del artista como genio individual, a la obra como mercancía, ofrece una propuesta de obra colectiva y múltiple alejándose de los tradicionales circuitos de arte, de las galerías y museos.
Artistas conceptuales como el grupo Fluxus, fuertemente influenciados por las prácticas futuristas y dadaístas de décadas anteriores, comienzan, en modo de resistencia al «status quo» cultural y político en los Estados Unidos, a enviar postales artísticas a colegas utilizando el correo postal como medio. En simultáneo, en varias partes del mundo se tejen redes artísticas de intercambio logrando un movimiento mundial con redes totalmente descentralizadas de comunicación.
Es un arte de redes en el que la distribución es el punto central. Para ello, los artistas se valen de diversas estéticas que encuentran en el mismo canal de comunicación. Son prácticas artísticas usuales la incorporación de sellos y estampillas realizadas por los mismos artistas y obras en formato de postales. La verdadera intención es subvertir de un modo u otro la «oficialidad» de este medio tradicionalmente regulado por los gobiernos o por grandes monopolios capitalistas. Se considera que la obra enviada por los artistas mediante el correo postal está incompleta hasta que el mismo correo oficial interviene en ella. Es así como el correo coloca matasellos, fechas, estampillas y demás sobre la misma obra, transformándola de manera inconsulta con el creador de la misma.
En países latinoamericanos que padecían regímenes dictatoriales, el arte correo se convirtió en una valiosa herramienta de comunicación con el resto del mundo. Los sellos, estampillas y slogans denunciaban situaciones de opresión y tortura. En las décadas del 60 y 70, la represión política y cultural convulsionaba al continente y esta forma de arte surge como una actividad ligada a la resistencia. Edgardo Antonio Vigo y Liliana Porter en Argentina, Clemente Padín en Uruguay y Pedro Lyra en Brasil son sólo algunos nombres de los más destacados representantes latinoamericanos del arte correo desde sus inicios.
En 1971, cuando se envía el primer correo electrónico, la comunicación dio un giro a lo global. Los artistas por esos años ya habían generado redes de trabajo e intercambio desde la base del correo postal, evadiendo de esta forma los controles gubernamentales para hacer circular sus obras. Es así como años más tarde comienzan los intercambios vía e-mail de obras. Con el advenimiento de las sociedades técnicamente avanzadas los medios de comunicación masivos cumplen una función preponderante, no sólo comunicando sino también estableciendo parámetros de realidades, posibilitando la recepción múltiple y simultánea de los discursos artísticos a un mayor número de espectadores. Vale aclarar que esta simultaneidad también posibilita un soporte de exposición innovador y nuevos públicos. Esta pluralidad de públicos, lugares de exposición, difusión y consumo produce una ruptura con la idea moderna de que el arte tenía un lugar determinado como práctica humana y permite pensarlo en términos más amplios.
Gianni Vattimo habla de una apertura propiciada por el pensamiento postmoderno, que sucede en sociedades tecnológicamente desarrolladas y que permiten un acceso diferente y más fluido a ciertas manifestaciones artísticas actuales por parte del público; el arte rompería los límites de los espacios tradicionales como el museo, galerías, bienales, centros de exposición, para llegar a lugares que se le creían ajenos.
En relación al contexto de la pandemia durante 2020, las redes de artistas se fortalecieron generando numerosas convocatorias de participación en todo el mundo. Una forma más de resistencia a la prohibición del contacto físico, pero demostrando que no estamos aislados de otros. En Entre Ríos se desarrollaron cursos virtuales de arte correo generando redes fuertes de producción e intercambio. Una muestra de ello es la propuesta vigente de la Red Recuperar, donde se convoca a toda la comunidad internacional (artistas y público en general de todas las edades) a enviar postales con la temática del patrimonio cultural, con el objetivo de que el arte sea una herramienta de salvaguarda de nuestros patrimonios materiales e inmateriales. De esta forma, se continúa con las reglas estipuladas en el arte correo donde todas las obras son bienvenidas, sin jurados, sin selección, todo se expone. Este material, por otra parte, no se vende ni tiene un valor comercial de mercado. Esta convocatoria recibe obras hasta el 30 de abril, en Avenida Ramírez 1143, invitando a la recuperación del valor emocional del intercambio epistolar.
Me interesa mucho comprender y saber mas sobre arte postal.