9 de diciembre de 2024

Artistas en territorio de agua

TEXTO Y FOTOGRAFÍAS PABLO RUSSO

 

 

Se realizó en Paraná el segundo encuentro denominado La tribu y el territorio. Residencia de arte entrerriano con matriz de agua, organizado por la Secretaría de Cultura de la Provincia. Entre el 25 y el 29 de septiembre, dos gestores culturales del proyecto y trece artistas -ocho seleccionados, cuatro mediadores y un invitado (Gabriel Baggio)- convivieron y compartieron experiencias con el objetivo de conceptualizar la realidad para producir obra vinculada a las comunidades y los ambientes.

La primera edición de La tribu y el territorio se había realizado en San José y está prevista una tercera en Victoria. Para cada una de estas instancias se seleccionan ocho propuestas diferentes, con un criterio de diversidad de prácticas dentro de las artes visuales, de federalismo y paridad de género. Con el total de residencias se piensa concretar una muestra entre fines de 2021 y principios de 2022.

 

 

«La tribu y el territorio se hace para poder problematizar la realidad en la que vivimos a partir de la producción de obra, pero para generar esa producción es importante indagar en el territorio y sobre todo en las comunidades y el ambiente que están en ese territorio», explicó Federico Prieto, director de Diversidad y Formación Cultural, además de uno de los gestores junto a Eliana Zanini. Para cada jornada se diagramó una charla, un recorrido y un trabajo de campo. Es decir que las visitas fueron de expedición, con entrevistas y recorridos en los diferentes circuitos. 

Durante la experiencia anterior en San José se propuso la indagación a partir de la migración, principalmente de la colonia agrícola franco suiza, relacionando eso con los pueblos originarios y el ambiente. En Paraná, lo central estuvo vinculado al río y a los humedales como fuente de vida.

En lo que respecta a esta segunda experiencia, el sábado 25 fue la recepción en el Museo de Ciencias Naturales Antonio Serrano, donde hubo una visita guiada que se extendió a un recorrido por el barrio del Tambor. Al día siguiente emprendieron un viaje en catamarán por el río y visitaron Puerto Sánchez, donde se entrevistaron con la ribereña Blanca Kruger. El lunes se internaron en los humedales del oeste y mantuvieron una charla con Luis Cosita
Romero. El martes 28 fueron hasta la Reserva Natural Parque San Martín, donde dialogaron con la integrante de la comunidad charrúa Gladis Dos Sarmientos. Finalmente, el miércoles realizaron una actividad de cierre en el islote Curupí. Los residentes que se alojaron en la Escuela Hogar fueron: Cufa (Concepción del Uruguay); Maximiliano Crespo (Gualeguay); Jimena Balcaza (Paraná); Ángel Mallarino (Gualeguay/ Paraná); Macarena Villalba (Rosario del Tala); Carmina López (La Paz); Florencia Sabattini (Paraná); y Marcia Baigorria (Paraná).

 

 

Valentina Bolcatto, una de las artistas que ofició de mediadora, en diálogo con 170 Escalones rescató la importancia del docente invitado: «Gabriel Baggio viene de las artes visuales y tiene una propuesta vinculada al arte relacional, a lo performático, a lo investigativo en relación a lo sociocultural», comentó. «Se buscó trabajar sobre el territorio a partir de charlas y entrevistas con referentes, recorridos por museos que cuentan ciertas narrativas que pueden ponerse en tensión, y por espacios naturales», añadió. El acompañamiento de los mediadores es entre el espacio y la propuesta del recorrido, entre el artista invitado y el nuevo grupo. «Luego de la residencia damos un tiempo de un mes, aproximadamente. La obra no se crea durante la residencia, sino que se boceta y discute y luego van presentando avances para ir construyendo esa obra», aclaró Bolcatto.

«Pasaron muy pocas horas de lo vivido durante la residencia, pero si me tengo que poner a pensar en términos generales qué me dejó esta experiencia, creo que tiene que ver de algún modo con la posibilidad de contar con un momento durante varios días para revisar nuestra propia caja de herramientas», compartió Carmina López, una de las residentas. «No hablo tanto de los materiales con los cuales cada uno de nosotros nos vinculamos o con los modos de trabajar en nuestra práctica artística, sino y, sobre todo, creo que tiene que ver con la manera de resonar, los modos de implicarnos en este tipo de problemáticas y en los desafíos que nos plantea el agua en relación o en diálogo con la comunidad», reflexionó. Según López, esto se vincula con la metodología propuesta por el docente coordinador, Gabriel Baggio, «quien nos invitó durante estos días a detenernos en el gran universo de los relatos orales, en las posibilidades que nos brinda este tipo de instancias. Sobre todo, para reflexionar en las preguntas, que uno se puede hacer a sí mismo como las que puede plantear a otras personas, en las palabras, en lo no dicho, en los modos de decir y también en los contrastes que pueden llegar a aparecer en el intercambio de los distintos relatos».

La artista paceña rescató que estas instancias «son habilitantes de vínculos» que permiten conocerse no solamente a los artistas seleccionados, sino a los diferentes actores involucrados en el tema. «En lugar de cerrarnos en determinado circuito o campo, como puede ser el artístico, o en un aspecto más general el cultural, se plantea la posibilidad de abordarlo desde diferentes perspectivas y dimensiones», acotó. Esto la llevó a pensar en un segundo aspecto de la residencia, que tiene que ver «con la responsabilidad conjunta a partir del hecho de reflexionar sobre las herramientas con las que contamos y las discusiones necesarias de dar en este tipo de intercambios». Por último, Carmina consideró relevante pensar el agua no tanto como tema sino como una perspectiva de abordaje: «de esa manera nos permite ahondar aún más profundo en las problemáticas o en las condiciones deseadas del habitar este tipo de territorios, porque justamente las cualidades del agua inciden de manera muy particular en la concepción del espacio».

 

 

En Victoria se volverá a trabajar con una matriz relacionada al humedal, al territorio Islero, sumando un abordaje que tiene que ver con lo esotérico del avistaje de ovnis. «Lo que nosotros necesitamos es que surja es un arte contemporáneo entrerriano, ese es el gran objetivo de la Secretaría de Cultura; y que a través del arte podamos problematizar nuestras realidades», concluyó Federico Prieto.

 

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