Banquete en Concordia

TEXTO JOSÉ LUIS LEGARRETA

FOTOGRAFÍAS JOSÉ LUIS LEGARRETA y MUNICIPALIDAD DE CONCORDIA

 

 

En Concordia, a orillas del río Uruguay, se vivieron horas épicas con el arribo de La Renga y su público a la ciudad. Más de 40 mil personas se dieron cita el 20 de mayo en el campo de los deportes, esquivando charcos formados por una lluvia que, finalmente, no se portó tan mal. Con el escenario montado detrás de la vieja estación de ferrocarril, se realizó una gran fiesta de rock nacional.

Durante la semana fue mutando el espacio y se fue armando la gran estructura y organización para el evento, que en la noche del sábado recorrió temas históricos de la mano de Chizzo Nápoli, Jorge Iglesias, Tete Iglesias y Manuel Varela. Visitantes y locales participaron de una de las noches culturales más importantes de los últimos tiempos en esta ciudad entrerriana.

 

   

 

El movimiento de los puestos y el fuego para los chori y hamburguesas fue copando la zona costera para recibir a personas de distintas partes del país. La ruta fue testigo de un nuevo éxodo de una de las tribus más genuinas del rock nacional. Las previas fueron con sábalos y asados, con parlantes de fondo y bebidas compartidas en cada esquina. La costanera de Los Pueblos Originarios fue el marco ideal para el espectáculo que colmó las expectativas, a la vez que representó un impulso económico para cientos de personas que brindaron distintos servicios a los visitantes.

De espaldas al río, donde fuera el legendario barrio El Paredón, predio hoy destinado a deportes y recitales, se abrió el ingreso desde las 18 para dar paso a las bandas soportes locales hasta que La Renga volvió a vibrar en la noche concordiense, más de 25 años después de un legendario toque de 1997 en el Club Ferrocarril que los más veteranos aún recuerdan. Las diferentes vallas de control hicieron prácticamente imposible el ingreso para aquellos y aquellas que no contaban con presupuesto suficiente para los 8 mil pesos que costaba la entrada. El operativo de seguridad contó con 650 personas, incluyendo personal de la Dirección de Prevención y Seguridad Municipal, Policía de Entre Ríos, Prefectura y Fuerzas Especiales, además de 400 controladores de admisión y permanencia.

 

 

Aquel que decidió bailar desnudo y otro que se camufló de pies a cabeza en el barro dieron cierto marco de Woodstock criollo, que a muchos les recordó lo que fue la presentación del Indio con Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado en Gualeguaychú, en 2014. Los rebotes del sonido viajaron por el río para que, desde la costa de enfrente, algún salteño uruguayo vibre al ritmo de la fiesta rockera.

La apertura estuvo a cargo de las bandas locales El Delirio de la Parca y Gurí, que fueron seleccionadas por la producción del evento (organizado por En Vivo Producciones y RDP, con la colaboración del Municipio). «Estamos muy felices de haber vuelto a Concordia, de hacerlo con esta gira y en este marco espectacular. Gracias a la gente que se vino desde tantos lugares, algunos muy lejanos y que hacen que esto sea realmente una fiesta», dijo el Chizzo sobre el escenario.

 

 

Además de los teloneros, la banda principal de la velada invitó al concordiense Yamil Salvador a tocar el teclado en dos temas. «Difícilmente pueda olvidarme lo que viví anoche …Gracias Tete querido por semejante invitación…Volver a mi ciudad de la mano de @larenga y subirme a tocar 2 canciones con ellos no ocurre todos los días, y es algo que voy a atesorar para siempre en mi corazón», escribió el músico en su Instagram.

Durante el recital, varios especularon con una posible aparición de Mollo y los Divididos, luego de la juntada de la semana anterior en el estadio de Vélez, en Liniers. Si bien esto no ocurrió, Chizzo se mostró emocionado al tocar con la guitarra roja que le regaló el ex Sumo durante esa presentación. «Estoy emocionado porque en ese escenario me prestó esta viola que tengo acá, que es la viola que Ricardo me había prestado para grabar Despedazado por mil partes. Eso todos lo saben. Lo que no saben es que después del show, Ricardo en el camarín me regaló la guitarra, así que Ricardo, desde acá recontra agradecido. Es un maestro, un genio. Es una emoción muy grande para mí», compartió Nápoli.

 

 

«La nave del olvido», «La razón que te demora», «Las cosas que hace» y muchas otras melodías de la banda, entre clásicas y nuevas, fueron cantadas junto a un público que disfrutó con sus banderas y rituales una noche histórica que concluyó en la madrugada del domingo.

 

 

 

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