TEXTO Y FOTOGRAFÍAS PABLO RUSSO
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En la muñeca, en el tobillo, en el cuello o en el pelo. Atado a la mochila, a la cartera o al termo. Al pañuelo verde lo llevan en todos lados. Lo llevan ellas, principalmente, mujeres en su mayoría jóvenes. Y, cada tanto, cuando piensan que es tiempo, los muestran a todos juntos, alzándolos como banderas al frente de sus cuerpos, sosteniéndolos extendido desde dos de sus puntas. Como ayer por ejemplo, replicando en Paraná lo que ocurría en otras ciudades del país, conmemorando el primer aniversario del pañuelazo federal que popularizó la metáfora de «marea verde».
En la Plaza 1° de Mayo transcurría una tarde de verano habitual poco antes de las siete de la tarde. El vendedor de plantas en una esquina de la peatonal y el de burbujas de detergente en la otra, con poca gente en la tradicional heladería y mucha esperando demasiado el colectivo para volver a casa. Cerca del mástil se paró una piba que parecía esperar a alguien. Otras dos se besaban en un banco de la diagonal. Unas gurisas se encontraban en una esquina y un grupo compartía los mates en el césped. Cuando María sacó los pañuelos verdes de la Campaña por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito fue una señal para empezar a acercarse. Quienes no tenían le pedían a ella, a cambio de una colaboración de 50 pesos. «Los hace una cooperativa que son básicamente mujeres y nos lo dejan al costo como forma de colaborar con la campaña. Lo que recolectamos es para las actividades», le explica la vendedora militante a 170 Escalones. Durante el 2018 se descentralizó la producción de pañuelos verdes cuando se masificó la lucha y las encargadas de hacerlo no dieron a basto, teniendo incluso que cruzar a buscar telas verdes a Bolivia ante la creciente demanda. «La despenalización social del aborto es una realidad por estos lares», sostiene, orgullosa, Jorgelina Londero, integrante de la campaña.
Micrófono inalámbrico en mano se convoca para la foto. Las mujeres se ubican en las breves escalinatas del mástil, con don José de San Martín asomado por encima y la Catedral detrás; conformando un juego de figura y fondo entre lo nuevo y lo viejo. Se canta: «aborto legal, en cualquier lugar». ¿Por qué esta acción? «A diferencia de lo que los medios de comunicación dijeron, para nosotras todo lo que sucedió el año pasado fue una gran conquista del movimiento feminista en la Argentina, y era importante decir que estamos presentando por octava vez el proyecto de la campaña. Tenemos una comisión redactora que está trabajando para que este proyecto sea superador y pueda reingresar al Congreso y adquirir estado parlamentario. Lo que queremos decir hoy en las plazas de todo el país es que la campaña está en marcha», comparte Londero. «Desde que el feminismo es masivo, año 2015, la derecha está haciendo lo mismo que hacemos nosotras, se organizan de manera similar: pañuelo verde, pañuelo celeste. Pero nosotras tenemos la fuerza de la juventud, de un movimiento intergeneracional y tenemos la fuerza política, porque somos el primer movimiento de oposición a las políticas neoliberales: le hicimos el primer paro a (Mauricio) Macri en el 2016 y vamos a seguir en la calle. Los antiderechos cambiarán de opinión como lo han hecho muches, o se acostumbrarán a que los pañuelos verdes y violetas estemos en todas partes», agrega.
«Este inicio de año es la demostración de que no fuimos derrotadas en 2018 por los senadores, sino que, al contrario, fue un impás en el que tomamos las fuerzas necesarias para seguir desarrollando esta pelea. Por eso era tan importante juntarnos hoy y demostrar que la marea verde va a volver a crecer», expresó Nadia Burgos, también integrante de la campaña, que además del verde también lucía su pañuelo naranja (por la separación del Estado y la Iglesia). En el acto se leyó un documento a varias voces en el que se afirma que «La transformación cultural la estamos construyendo gracias a los movimientos feministas en el que mujeres, lesbianas, bisexuales, travestis, trans y maricas nos acompañamos, nos organizamos, tomamos las redes y llenamos las calles». En esa línea, Burgos opinó que la marea verde «va a inundar al año electoral. Cuando nosotras hablamos de aborto legal hablamos de una problemática integral de salud pública, justicia social y derechos humanos. Es fundamental discutirla y ningún político va a poder mirar para otro lado. Estamos marcando la agenda y lo vamos a hacer durante todo este año”.
Y en el caluroso anochecer de febrero, las chicas entonaban: «Poder, poder, poder popular, y ahora que estamos juntas, y ahora que si nos ven, abajo el patriarcado se va a caer, se va a caer, arriba el feminismo que va a vencer, que va a vencer».
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