TEXTO PABLO RUSSO
FOTOGRAFÍAS TDB
Teatro del Bardo estrena Pasajera en trance perpetuo, unipersonal basado en La gaviota, de Antón Chéjov, a cargo de la actriz santafecina Violeta Vignatti, con dirección de Walter Arosteguy. Las funciones serán este sábado 16 a las 21 y domingo 17 a las 19 en la Escuela del Bardo (Almafuerte 104 bis), con entrada libre y salida a la gorra.
Este proyecto que une orillas nació a partir de una visita de Violeta como espectadora a una función de Pánfilos, otro espectáculo de TDB, del que hizo una reseña que integrará la próxima publicación del libro Historias de Bardo siglo XX, a cargo del brazo editorial de la Asociación Civil Teatro del Bardo. Ese trabajo reunirá los textos de las obras Jacinto Rojo y Pánfilos, además de fotos, reseñas y críticas varias. «Conversando sobre teatro, cine y otras yerbas coincidimos en que a ambos, por diferentes razones, nos gustaba el texto de Antón Chéjov titulado La gaviota. Hablamos acerca de los tópicos que aborda la obra de Chéjov: el amor, el desamor, el desencuentro, el deseo, la insatisfacción y también el teatro como arte y profesión», le contó Arosteguy a 170 Escalones. «Fue entonces que decidimos juntarnos para trabajar sobre esta obra, que tiene casi 130 años, pero también pensar como nos interpela hoy día. Cómo podemos traer al aquí y ahora todos esos tópicos que aborda desde una visión particular, para ir a una universalidad de estos temas», agregó el director. Pasajera en trance perpetuo también está atravesada por la historia personal de Violeta y la relación con su familia, la literatura, su profesión como poeta, con el teatro, sus amores pasados, presentes y futuros, aclara Walter, «temas universales que a todas las personas nos atraviesan en diferentes momentos de nuestras vidas».
El proceso de construcción del espectáculo arrancó en el mes de marzo y se desarrolló casi completamente en el Estudio Barnó, espacio cultural de la ciudad de Santa Fe, con quienes ya existía una relación previa de TDB que fue desde la organización de un ciclo de unipersonales hasta la co gestión de dos festivales en ambas capitales. «Nos parecía que poder trabajar en Estudio Barnó iba a consolidar aún más nuestra relación con ellos y generar un puente y un circuito más fluido de productos y bienes culturales en la comarca Paraná – Santa Fe», compartió Arosteguy. «Para mí es una desafío trabajar con personas que no pertenecen a Teatro del Bardo, con actrices y actores de otras latitudes, corriéndome un poco de la dinámica de trabajo que tenemos construida en Teatro del Bardo con más de 20 años de experiencia. Entonces es un aprendizaje como director poner en funcionamiento mis saberes en otros cuerpos, otras poéticas y poder pensarme en mi práctica y repensar la práctica para poder seguir creciendo en esta profesión», contó.
El equipo de trabajo de esta obra, que cuenta con el apoyo del Instituto Nacional del Teatro, se completa con Ignacio Estigarribia que confeccionó el vestuario; Ana Marina Romero asistió en la plástica corporal; Gabriela Trevisani en el diseño y la operación lumínica; Reina Heels también colaboró con el vestuario y Natalia Hallam en el diseño. Después del estreno entrerriano, las funciones cruzan el río, precisamente al Estudio Barnó, los viernes 22 y 29 de julio y 5 de agosto a las 21.
Almohadones en plan canje
Además de obra, TDB estrena una gran cantidad de almohadones que han sido donados a partir de la campaña que inició a principios de julio y que sigue vigente: un elemento que brinda mayor comodidad a las y los espectadores a cambio de entradas para la temporada 2022. Además de la molicie que proporciona, el intercambio habilita nuevos vínculos con personas que aún no se arrimaron al espacio que es un faro cultural en la zona de las 5 esquinas.