11 de diciembre de 2024

Cien días de blues

TEXTO Y FOTOGRAFÍAS ROMÁN MAYORÁ*

 

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Mientras termina el domingo de pascua, comienza a sentirse el frío del otoño en una de las esquinas próximas al Puerto Nuevo de Paraná. Se escucha una música acompasada que viene de la ochava. Son casi las nueve de la noche y está terminando la prueba de sonido para la Jam semanal de la Asociación Litoraleña de Blues (A.L. Blues) en el pub Limbo.

Este ciclo musical ha generado un público propio para el blues en Paraná. Quizás porque sucede los domingos, un día que habitualmente no concentra demasiada oferta cultural en la ciudad; o tal vez por el horario -comienza a las 21 y se extiende hasta poco después de medianoche-, la Jam de Blues convoca a un público diverso. Hay parejas, algunas personas solas, grupos de mujeres y de varones, de edades muy variadas. Es habitual ver familias que llevan a sus hijos pequeños. La gente va llegando de a poco, ocupando las mesas (todas reservadas con anticipación) y la barra. Los mozos toman los primeros pedidos de comida y bebida en la previa del show.

El local de Güemes y Liniers es uno de los pocos espacios privados de la ciudad que ofrece de forma permanente música en vivo, formando parte del Circuito Estable de Música en Vivo del Instituto Nacional de la Música. Durante los últimos dos años este escenario ha sido testigo de un grupo de músicos locales que se citan todos los domingos, sumándose ocasionales invitados, muchos de ellos músicos extranjeros. En este caso la ocasión es especial, ya que es la edición número 100 y hay visitas en la casa.

 

 

Diez minutos antes de las diez de la noche se inaugura el escenario para festejar el centenar de encuentros con un visitante exclusivo, el músico británico Dexter Shaw. Lo acompañan los también invitados Daniel de Vita (Buenos Aires) en guitarra y Martín Correa (Reconquista) en piano, más los locales Emmanuel Pérez Escrófine en bajo, Leylén Pérez Escrófine en batería y Diego Arnaudín en armónica. El director musical de la Asociación Litoraleña de Blues, Alejandro Bravo, participa con su guitarra en un puñado de canciones al promediar el show.

Nacido en Londres en 1950, Dexter Shaw gusta del blues clásico y maneja varios estilos: West Coast, Chicago, Mississippi, entre otros. Su repertorio incluye composiciones de Muddy Waters, Rosco Gordon, Hound Dog Taylor, Little Walter y otros grandes del género. A los 11 años Dexter tuvo su primer guitarra y poco después se unió al circuito de clubes londinenses. Luego dejó los escenarios durante unos años, para regresar en la década del 80 y 90 acompañando a algunos de los veteranos de la escena. Más cerca en el tiempo formó su banda, Dexter Shaw & The Wolftones que publicó su primer disco, «Dexin’», en 2017.

La Asociación Litoraleña de Blues también prefiere el blues de la vieja escuela. Al igual que sucede con otros géneros de música popular, como el jazz, la salsa o el chamamé, el blues tradicional se toca siguiendo una estructura y conociendo algunos detalles de cada canción: el ritmo, la escala (que define qué notas se van a tocar) y la melodía, de la cual se encarga quien conduce al resto de la banda. Como ha señalado el músico y sociólogo Howard Becker, tocar música popular sobre esas estructuras, lejos de ser algo fácil, desafía a los músicos a improvisar y mostrar sus capacidades.

Durante su recital en Paraná, tanto el músico británico como los locales se permiten hacer largas rondas de improvisación, turnándose en esto las guitarras, la armónica y el piano. La batería y el bajo dan una base rítmica sólida a lo largo del show. Sin embargo, apenas en una ocasión hicieron sus respectivos solos. El guitarrista Daniel de Vita (a quien Dexter rebautizó entre risas como «¡Danny DeVito, the movie star!») explica en un momento que el invitado no quiere bajar del escenario, por lo cual no hace falta que nadie pida «una más». El músico sigue cantando y tocando la guitarra. La gente aplaude y se pone de pie cuando suena un boogie -estilo de blues rápido y bailable- y varias parejas danzan cubriendo el espacio libre entre las mesas. Luego de más de dos horas ininterrumpidas de música y tras los agradecimientos, la banda se despide del escenario.

 

 

Diez minutos después, cuando ya el reloj se acerca al lunes, sube al escenario el Ensamble de la Asociación. El repertorio sigue siendo de blues clásico. El humo y las luces le dan a Limbo el ambiente necesario para disfrutar de estas viejas canciones del repertorio blusero. Dexter Shaw, ahora mezclado entre el público, aplaude cada tema. La Asociación Litoraleña de Blues está integrada por unas quince personas, de las cuales diez participan de forma permanente en las actividades. Ciertamente hay más músicos de los que caben en el pequeño pero acogedor escenario de Limbo. Por eso, van rotando los roles a medida que pasan las canciones. En las voces, abre el show Belén Espinosa. Luego sube a cantar Sheila Jofré y más tarde María Gracia Troncoso. También Alejandro Bravo se suma frente al micrófono, y todas estas variantes le agregan frescura a la música de la noche. El encuentro número 100 termina en la madrugada del lunes, prometiendo volver en siete días al escenario predilecto del blues local.

En mayo la Jam cumplirá dos años. Hacer un show por semana es un desafío importante para cualquier grupo de artistas autogestionados. Esto les permite mejorar en la ejecución, pero también requiere armar una agenda de trabajo, hacer difusión, resolver cuestiones económicas en un escenario cada vez más complicado… todo para dar continuidad al ciclo. Alejandro Bravo hace un balance del camino recorrido: «Al principio éramos un grupo de gente unida por el amor a la música. El primer motor fue difundir el blues, tratar de instalar a Paraná como una plaza para el género, algo que hemos logrado. A raíz de todo este trabajo hemos generado una amistad estrecha entre nosotros y hoy lo que más nos ayuda a seguir adelante es que somos un grupo de amigos».

Previo a su paso por la capital entrerriana para sumarse a la Jam de la Asociación Litoraleña de Blues, Dexter Shaw estuvo tocando en Buenos Aires y en Reconquista. En estos días dará algunos shows más en escenarios porteños, para luego regresar a Europa. Dice estar sorprendido, porque en Buenos Aires pudo ver «varios shows de blues en una misma noche, lo cual es excepcional y muy interesante. En Londres con suerte hay una banda de blues por noche. Me han tratado muy bien aquí, la gente se interesa en el blues y hay muy buenos músicos». Sobre el futuro de la escena, cree que el panorama es «muy positivo y saludable, porque en los últimos 15 años internet ha difundido todo rápidamente. Gente joven que nunca se habría interesado en el blues lo ha descubierto. Eso no pasaba antes, hace 15 años toda la gente del blues era más vieja que yo. Hoy hay personas muy jóvenes tocando. Hay más músicos y muy buenos aquí, en Centroamérica, en Japón… creo que el blues está mejor que nunca. El blues es una música muy poderosa, y la buena música dura para siempre».

 

 

*Integrante del PID 3181 (FCEDU / UNER) “Escenas de la música urbana. Experiencias históricas y actuales del rock-pop en Paraná”

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Comentarios (1)
  1. Emmanuel dice:

    Excelete descripción de todo tal cual sucedió! Tan bien redactado que uno creo que lo lee y se transporta en el tiempo y espacio.

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