TEXTO Y FOTOGRAFÍAS PABLO RUSSO*
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El Colectivo de Industrias Musicales Autogestionadas (CIMA) volvió a tener presencia y visibilidad pública. Fue el domingo 10 de febrero en la Plaza Sáenz Peña, en la que celebraron el Día del Músico con un toque de cuatro grupos, feria de discos, juntada de firmas para la calle Ramiro Maradey y difusión de los objetivos del colectivo.
La convocatoria era para las 17 horas y proponía un conversatorio sobre la situación actual de la música en vivo. Eso quedó en suspenso entre el calor que fue atrasando el inicio y los organizadores que no encontraron interesados en el tema. La falta de discusión al respecto da cuenta de lo problemática de la cuestión, ya que dos años atrás se realizaba la primera y multitudinaria manifestación crítica a la gestión municipal precisamente convocada desde la Asamblea por el Derecho a la Cultura, que surgió ante el cierre de espacios para los músicos locales. «La intención es hacerlo o que quede abierto el canal de comunicación con los músicos y plantear una charla para el 1 de marzo en la Casa de la Cultura, cuando se va a realizar una asamblea abierta en la que se elegirá comisión directiva de CIMA», propone como nuevo encuentro Pamela Chiecher Pautaso, actual presidenta de la comisión reorganizadora de la agrupación.
Entre las 18:30 y las 22:30 pasaron por el césped de la plaza convertido en escenario Tierra Nativa, Híbridos, Kiva y Luna Roja, todos con entrada libre y gratuita, a metros de donde se desarrollaba la feria artesanal habitual de los domingos, cerca de una de las diagonales internas. A medida que avanzaba la sombra de los árboles brindando un poco de alivio en la temperatura, se sumaba público. A un costado de los músicos estaba el gacebo de la organización, una cantina sencilla y la feria de discos que consistía básicamente en una caja con producciones de artistas locales en cd e incluso en cassette. «Todo lo que se estuvo escuchando hasta recién es de artistas locales, de una lista de CIMA en Spotify y Youtube», anunció el presentador antes de la primera banda.
Además del banner de los anfitriones, había otro de la iniciativa popular para ponerle el nombre de Ramiro Alejandro Maradey (cantante de Acólitos Anónimos, que falleció hace poco más de un año) a una calle de Paraná. Integrantes de la Asamblea Vecinalista colaboraban recolectando firmas.
«Esta fecha viene reprogramada del 23 de enero, que fue el Día del Músico pero llovió. Nuestra intención primera era festejar ese día en paralelo a las actividades que realizó la Federación Argentina de Músicos Independientes (FAMI), a la cual pertenecemos», le explicó Pamela Chiecher a 170 Escalones. Las cuatro bandas que tocaron el domingo fueron sorteadas entre veinte que se presentaron a una convocatoria a principio de año. Entre los objetivos principales del grupo que retomó la posta de CIMA para este año está, por un lado, reactivar la personería jurídica y, por el otro, armar ciclos de charlas y música en vivo de diferentes géneros de manera itinerante, intentando abarcar varios lugares de la ciudad. «La personería nos va a permitir firmar convenios con distintas asociaciones, universidades, negocios, salas de ensayo, etc.», señala Pamela, que irá de candidata a presidenta de CIMA en la asamblea del 1 de marzo. «No queremos encasillarnos en un género. Vamos a hacer todo lo posible para que la escena local mejore», plantea la asesora y representante de bandas, que además organiza eventos culturales con otras artes escénicas, gráficas y literarias.
CIMA dio sus primeros pasos en abril de 2013 e incluso llegó a tener un programa de radio, La radio del colectivo, pero con el tiempo fue perdiendo participación y energías para sus proyectos. En 2018 estuvo prácticamente inactivo. «La gente que se sumaba quedaba medio ahí, o directamente no aportaban ni aparecían. Así que fuimos quedando siempre los mismos», explica Enrique «el Flaco» López, su último presidente. «Cuando estábamos por abandonar apareció Pame, que le dio un impulso fresco, con pilas, es muy activa. Fue una bocanada de aire fresco, en algún momento la idea era soltar CIMA y que lo tome gente nueva», agrega. «Me pone muy contento esto porque es necesario, CIMA es una herramienta que pueden tener los músicos si se dan cuenta que realmente puede funcionar. Es una herramienta de articulación con la política, con el Estado, con los empresarios y para presionar a los que piensan que la música es simplemente un hobby. Sirve también para eso, para hacerla valer como un trabajo», argumenta el ahora ex presidente de CIMA.
«En agosto me llama por teléfono el coordinador de INAMU (Instituto Nacional de la Música) Región Centro, que tiene sede en Santa Fe, y me propone que si me animaba a retomar las actividades del colectivo», cuenta Chiecher. «Así se fue rearmando el grupo, arrancamos siendo cinco y en este momento somos más de veinte. Es un lindo equipo de trabajo, y vimos con esta fecha que armamos que es sólido también, de gente comprometida con la escena que pone su voluntad para cambiar la situación de los músicos locales», se entusiasma Pamela.
*Integrante del PID 3181 (FCEDU / UNER) “Escenas de la música urbana. Experiencias históricas y actuales del rock-pop en Paraná”
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