TEXTO Y FOTOGRAFIAS FRANCO GIORDA
Apenas asomó la caravana de embarcaciones a remo al balneario municipal de Paraná, la multitud que los esperaba empezó a vitorear, a festejar y a ondear las banderas de distintos signos. También se levantaron los celulares, las cámaras y los drones para registrar el momento histórico. Los que llegaban eran los remeros y las remeras que salieron desde Chaco, junto a otros acompañantes que se fueron sumando en la correntada, para que el río no sea convertido en una hidrovía. El objetivo de la marcha fluvial, denominada Remar contracorriente, es defender la naturaleza y la vida de las comunidades ante la posibilidad de que se realice un dragado desproporcionado para que ingresen barcos transatlánticos en el marco de un modelo extractivista. De concretarse este proyecto del Estado Nacional y de grandes corporaciones trasnacionales el impacto ambiental sobre el ecosistema de los humedales sería catastrófico.
Las naves insignias del cardumen de kayaks, piraguas y botes que conforman la manifestación náutica en curso son las canoas La Yaguarona, en la que viajan a pulso Luis Cosita Romero y Martha Arriola y La del Zurdo, en la que trajinan Mariano Martínez y Franc Paredes. A medida que las embarcaciones se acercaban a la costa, las y los remeros alzaban los brazos triunfantes, mientras la gente reunida vibraba de emoción.
Una vez en tierra, los navegantes fueron recibidos como héroes. Los abrazaron y les dedicaron palabras de aliento y agradecimiento. En la costa estaban reunidas distintas generaciones: desde infancias hasta adultos mayores. La representación de diferentes sectores sociales era notablemente amplia: desde grupos religiosos hasta partidos de izquierda, pasando por agrupaciones ecologistas, sindicatos, colectivos políticos, artistas, defensores de los derechos humanos, entre otros; en total, son 180 organizaciones las que adhieren a esta defensa de la soberanía.
Entre los participantes, había gente que estuvo hace 28 años en la llegada de la remada protagoniza también por Cosita Romero y Raúl Rocco, que en ese entonces se opusieron a la construcción de la represa Paraná Medio, impulsada por el gobierno de Carlos Menem. Aquel hito, acompañado de la resistencia popular y organizada, derivó en la sanción de la ley que declaró a Entre Ríos libre de represas y fue la inspiración para la lucha actual que busca evitar la privatización del manejo de las aguas y la destrucción del medioambiente en beneficio de capitales concentrados.
Luego del efusivo encuentro entre quienes venían por el río y quienes los esperaban en la costa, tuvo lugar sobre la arena una ceremonia ecuménica en la que participó la iglesia católica y grupos de pueblos originarios. Una vez concluidos los ritos, distintos oradores subieron al palco, ubicado en un desnivel del terreno hacia el este de la playa, desde donde hablaron a la asamblea y se refirieron al conflicto vigentes desde distintas perspectivas. Los encargados de cerrar fueron Horacio Enriquez, Cosita Romero, Luciano Arellano y Martha Arriola. En los discursos se abordaron cuestiones económicas, políticas, territoriales, de género y ambientales. La concentración fue definida por los presentes como «pueblada» y la consigna aglutinadora fue «el río no se vende, el río se defiende».
Al caer la tarde, con un cielo parcialmente nublado y algunos refucilos en el horizonte, siguieron presentaciones artísticas; entre varios músicos, músicas y cantantes estaban Silvina López, María Silva, Carlos Aguirre.
Durante toda la jornada, los cientos participantes reunidos en el espacio público conversaron, agitaron banderas y renovaron el entusiasmo por una causa movilizante. Hacía tiempo que no se observaba una manifestación con la moral alta. Tal vez sea el hecho de que un arco social y político muy amplio logró reunirse en defensa del río, más allá de las diferencias.
La travesía en marcha comenzó el 1 de marzo en la Isla del Cerrito (Chaco), y fue haciendo escalas en pueblos ribereños de las distintas provincias que une el Paraná con el própósito de difundir y promover el debate en torno a la situación del Paraná. Luego de la escala en la capital entrerriana la remada sigue hacia Valle María, luego Diamante y otros puertos hasta llegar a Rosario. La fecha de arribo a ese destino es la del 22 de marzo.
Galería de imágenes de la jornada
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