TEXTO PABLO RUSSO
FOTOGRAFÍAS ENSAYOS ANFIBIOS
Se presenta la muestra Huellas Anfibias, a cargo de la grupalidad Ensayos Anfibios, en la Sala Kuttel de La Vieja Usina (Gregoria Matorras de San Martín 861), el día 2 de febrero -Día Internacional de los Humedales- a las 20. La entrada es libre y gratuita.
Ensayos Anfibios (@ensayosanfibios) surge de un conjunto de artistas, gestores y activistas que respondieron a la convocatoria de Humedales para Mapear, una propuesta de intercambio entre la práctica artística situada y el activismo ambiental. El impulso inicial está relacionado con la preocupación por la situación del agua en la región. Si bien en sus inicios -principios de 2021- fueron cinco, el grupo hoy está conformado por Victoria Larreteguy, María Jesús Álvarez y Pamela Villarraza.
«Coincidimos en lo que fue el reclamo que se empezó a armar con la calle Racedo y el ensanchamiento. Conversaciones y preocupaciones en relación al modo en qué se está encarando la ciudad y en el impacto en nosotras, que somos ciudadanas. A partir de la convocatoria Humedales para Mapear (impulsada por Francisco Paredes, Diana Campos y Cristina Amaretti) nos reunimos para armar este proyecto», le dijo Pamela Villarraza a 170 Escalones.
En un primer momento, contó Villarraza, la idea era salir a caminar espacios que estuvieran vinculados al agua. «En todo ese proceso, con una serie de lugares para recorrer organizándonos con otras personas y organizaciones para articular, después sentimos y conversamos que el agua nos fue marcando el pulso, el recorrido o el derivar. El agua nos fue diciendo por donde ir».
Bajada Grande, Thompson, Puerto Sánchez y Colonia Celina fueron los primeros espacios, relacionados al rio Paraná. Luego buscaron otros sitios . Surgió entonces Sauce Montrull y así llegaron al arroyo Las Conchas y a la granja La Porota, al arroyo El Espinillo y otros lugares. «Empezamos a caminar y estar ahí, a ver qué nos traían esos paisajes y territorios. Fuimos descubriendo que en esos paseos se aquietaban algunos aspectos, excitaciones mentales, excesos de pensamiento o estimulación tan profunda de la razón, e íbamos llegando con el cuerpo, los olores, los pies en el agua», agregó Pamela. Esta deriva comenzó en otoño y pasó por las distintas estaciones, así como horarios del día. «Fueron muy buenas para nuestra salud esas salidas. Sacábamos fotos, hacíamos videos, registros de audio. Teníamos conversaciones y caminatas en silencio, y nos iban apareciendo reflexiones sobre el modo de estar y vincularnos con la naturaleza. Un tipo de reflexión que sentíamos interesante seguir conversándola», señaló la integrante de Ensayos Anfibios.
A la escritura en la materialidad de cuadernos le sumaron un registro en Instagram en el que compartían pequeños textos con fotos de lo que iba sucediendo. Juntaron materiales, que denominaron «tesoros», y los catalogaron por espacios. «Sentimos que es un proyecto vivo, no un lugar a donde llegar sino un caminar; estamos ensayando. La intención de la muestra es hacer un parate, contar de qué va esto que estamos haciendo y a la vez compartir una experiencia», anticipó Pamela sobre la muestra del miércoles, para la que se pide puntualidad. «Que se animen a llegarse y a sentir lo que nos pasa en contacto con una experiencia ajena, pero de la que los vamos a hacer partícipe», invitó.
El encuentro del 2 de febrero, este parate en el camino de Ensayos Anfibios, tiene como base lo sensible y exploratorio de un grupo de personas en relación a los humedales. «A partir del material y los registros recolectados, decidimos realizar esta muestra que sentimos como aporte a la comunidad»; compartió el grupo, sin develar más sobre la cuestión.