TEXTO PABLO RUSSO
FOTOGRAFÍAS COMUNIDAD EDUCATIVA ESCUELA AGROTÉCNICA N°39
La ruta que llega al pueblo costero de Villa Urquiza configura los terrenos de la Escuela Agrotécnica N°39 en dos partes, una a cada vera del asfalto; pero la referencia -en ese tránsito hacia el río- suele ser la edificación de la derecha. El camino que ingresa al establecimiento de tranqueras abiertas permite al visitante ocasional nutrirse de dulces, escabeches y quesos varios producidos por estudiantes. Y, de paso, enterarse que ese espacio de enseñanza se encuentra ahora en conflicto por cuatro hectáreas que el Consejo General de Educación (CGE) del Gobierno de Entre Ríos decidió cederle en comodato a la intendencia local, sin el consentimiento de la comunidad educativa.
Según padres y docentes de la institución que presentaron un amparo por esta situación, el problema lleva unos veinte años, cuando un intendente radical de principios de siglo comenzó a pedir estas hectáreas para el municipio, con la idea de instalar un polideportivo en la localidad. El entonces gobernador Sergio Montiel dijo que no, y el asunto pareció quedar olvidado, hasta que en 2011 un gobierno justicialista de la Villa retomó esa curiosa iniciativa de sacarle tierras a una escuela. Durante todos estos años, se denegó el pedido. «En 2019, en plena campaña, estas tierras fueron un lema del justicialismo, que afirmaba que tenía asegurada la sesión de los terrenos. Se habían empezado diálogos entre la Dirección Departamental de Escuelas, el CGE, el gobierno y directivos de la escuela», le contó el ingeniero agrónomo y docente Víctor Breccia a 170 Escalones. El que ganó la intendencia fue Manuel Tennen, de Juntos por el Cambio, a pesar de lo cual las negociaciones siguieron. Desde la escuela les pedían que presenten un proyecto, que informen cómo se iban a financiar para la construcción del polideportivo, catastrar cuáles serían las cuatro hectáreas solicitadas y cuántas etapas están previstas. «Ninguna de estas cosas presentó jamás el municipio, nunca se cerraron los diálogos. Se consumó un “sí” que no se había dado», agregó Breccia.
Parte de la comunidad educativa dejó asentada en actas su disconformidad con cualquier sesión de tierras. Más allá de esto, según docentes del espacio de enseñanza, la institución no fue informada ni notificada. «Queremos contarles que el pasado 25 de noviembre, por desición (sic) del Gobernador Gustavo Bordet, junto al equipo de gobierno Presidente del CGE Martín Müller y la Ministra de Desarrollo Social Marisa Paira, firmamos la entrega en comodato de una fracción de 4 hectáreas al Municipio de Villa Urquiza, con la finalidad y objetivo de llevar adelante el POLIDEPORTIVO, con la construcción de un playón para actividades deportivas en la primera etapa», informó el municipio, bajo el título Agradecimiento al Gobernador, en su sitio web. El comodato fue firmado por Martín Müller, presidente del CGE, y los vocales Griselda Di Lello, Exequiel Coronoffo y Humberto Javier José.
«Nos enteramos por las redes sociales del municipio que las tierras habían sido cedidas, faltando el CGE a todos los procedimientos administrativos, sin informar ni a la escuela ni a la Departamental», indicó Breccia. La escuela elevó un pedido de información por vía jerárquica, a principios de diciembre de 2021, que aún no fue contestado. El 17 de diciembre terminaron las clases y cuatro días más tarde se presentó una escribana pública de parte del municipio a tomar posesión de esas cuatro hectáreas de las 29 que tiene la agrotécnica. Ante la falta de respuesta oficial, padres y docentes presentaron el amparo en defensa y resguardo de la educación de sus hijos y de la educación pública.
El fallo judicial, a cargo del juez Ángel Moia, fue a favor de la sesión de tierras y ahora la comunidad educativa decidió apelar al Superior Tribunal de Justicia para que resuelva sobre la situación. «Nos estamos reorganizando, fue un golpe muy duro. Teníamos la esperanza de que el juez tuviera dos dedos de frente y dijera que no se le pueden sacar tierras a una escuela. Había razones legales y éticas para negarse», estimó Breccia. «La lucha continúa. Como institución, por otro lado, se pidió la ampliación del expediente para solicitar que se incorporen actas institucionales donde queda constancia que la escuela nunca dijo que sí y que los diálogos no habían terminado», añadió.
¿Qué hay en esas tierras? La N°39 tiene materias de ciclo común a las que se le suman otras orientadas a la producción agropecuaria. En este sentido se dictan tres módulos didácticos productivos. Uno de ellos es Producción Vegetal, que cuenta con su vivero, monte, sala de aromáticas y sala de lavado y procesado de frutas y verduras en la que se le agrega valor a la materia primera. Otro es el Sector Industria Fruti-hortícola y Láctea, en la que se elaboran mermeladas, almíbares, escabeches y salsas, además de herramientas de panadería, cuatro tipos de quesos, ricota y dulce de leche. El tercero es el módulo de Producción Animal, el que más abarca en cuanto a superficie: se asienta en un tambo bobino para leches, producción bobina para carnes, cerdos, aves de corral, de exposición, ponedoras y pollos parrilleros. Para ese módulo en particular se utilizan estas hectáreas para la producción de forraje, alimento de los animales, dentro de un esquema de producción agroecológico por el cual no se aplican agroquímicos.
«El tambo, en la parte de la sala de ordeñe, tiene una estructura de base pastoril, para que el animal vaya y capture el forraje. Lo que tratamos es de escalonar las siembras, realizar siembras de cobertura, porque la presión de las malezas es más alta y hay ataques de insectos. Estas cuatro hectáreas son para rotación forrajera, lo cual baja los riesgos ambientales y logra estabilizar la siembra», explicó Breccia. La decisión oficial reduce el 20% de las tierras destinadas a esta reserva, lo cual afecta directamente la producción de bovinos e, indirectamente, la de cerdos y aves de corral.
Lo que además lamenta el docente es que gran parte del pueblo esté de acuerdo con esta quita de tierras a la primera escuela agrotécnica de la historia de la provincia. Fundada en 1898, fue destruida por completo por un tornado en los años veinte del siglo pasado. Desde entonces dejó de ser escuela para convertirse en cabaña zootécnica destinada a la genética de animales. En 1985, con el regreso de la democracia las tierras vuelven al CGE y se refunda la institución. «Se comienza con dos vacas prestadas por vecinos. Los vecinos y el pueblo de Villa Urquiza hicieron a la escuela, tanto como la escuela hizo a la formación y a la cultura que hoy rige en la localidad. No hay institución que tenga más incidencia en la cultura del pueblo que esta», destacó Breccia.
«Si planificas para un año siembra trigo, si planificas para una década planta árboles, si planificas para una vida educa personas», dice el lema que acompaña la placa de ingreso a la escuela. Quienes egresan de ella trabajan en el medio rural o siguen estudiando, en general, carreras afines. «Son alumnos buscados por su formación en la industria agropecuaria y alimentaria, es un ejemplo a nivel local», resaltó Breccia.
«Avanzar sobre esto es de una gravedad tremenda. Hay cosas con las que no se negocia: salud, educación, vivienda; sobre todo en el caso puntual de una escuela que enseña a producir alimentos, que tiene la capacidad de que sus alumnos el día de mañana puedan generar su propia comida, lo que es revolucionario, de manera consciente, ambiental, local, regional», señaló el docente. «Demostramos que es posible producir de una manera saludable con el ambiente, educamos y formamos a los alumnos en producir sus propios alimentos, en ser responsable en el trabajo, en tener capacidad de estudio, en conocer el bienestar animal, respetar a la naturaleza, tratar a una planta. Eso es un plus. Ir sobre instituciones de estas características es aún más grave, la sociedad debe reaccionar mucho más fuerte», concluyó.
Excelente nota!!!! Gracias!!!