TEXTO Y FOTOGRAFÍAS PAULA KINDSVATER
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En el cuadro de El Bosco, el jardín de las delicias es una representación de la vida terrenal y sus placeres. Cuerpos femeninos y masculinos, frutas, animales, tentaciones, lujuria, goce. Lo antecede el paraíso y lo sucede el infierno.
Aquí el jardín de las delicias es de las mujeres. No hay edén ni averno. Sólo texturas y luces, una oscilación, a veces sensual, entre lo sutil y lo intenso.
Este es un ensayo sobre el desnudo, nace de una exploración de escenas en una dinámica corporal femenina. Lo erótico es un borde, el nombre del juego para quienes deseen jugarlo.
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