TEXTO PABLO RUSSO
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Un poeta platanse, un músico misionero, y una curadora paranaense. Lo que surja de esta conjugación podrá verse, oírse y celebrarse este jueves por la noche: El escritor Horacio Fiebelkorn acompaña su libro Poemas contra un ventilador (Caleta Olivia, 2019) y habrá musicalización del cantautor, compositor e intérprete Gastón Nakazato. La presentación estará a cargo de Elena Salomón, en la sede de la Editorial de Entre Ríos (25 de junio 39), este jueves a las 20.
«No había ningún concepto atrás, pero emergió la necesidad de explorar con mayor profundidad el poema en prosa, que es una variante un tanto escurridiza. Esto sucedió al advertir que había cierto material en esa clave que se había ido acumulando a un costado de otras cosas que escribía. Allí es cuando empieza a tomar forma la idea de un libro, que finalmente se concretó», anticipó Horacio Fiebelkorn a 170 Escalones, sobre la génesis de Poemas contra un ventilador. El platense, que nació en 1958, ha publicado media docena de libros y fue editor de la revista de poesía La Novia de Tyson (entre 1998 y 2003), junto a Rodolfo Edwards y Washington Cucurto. Es la primera vez que edita con Caleta Olivia, aunque ya existía un vínculo desde que tuvo a su cargo, en 2015, el prólogo de Pañuelo de Perro (de Sebastián Morfes), cuando la editorial daba sus primeros pasos. Sobre la presentación en Paraná, el poeta dijo que espera algo «cálido, divertido, e incluso mágico».
Respecto a la literatura argentina, para Fiebelkorn la poesía tiene, en este momento, un espacio cuya importancia creció notoriamente en los últimos veinte años. Según el autor, «se escribe, se lee, se edita mucha más poesía que en otros tiempos. No hay lugar, me parece, para cierto discurso lacrimógeno y autocompasivo. Como género literario, diría que en los últimos cuatro años fue uno de los que ayudó a respirar, en medio de una horrible crisis económica, al espacio editorial independiente».
Gastón Nakazato, por su parte, es un músico, compositor e intérprete nacido en Oberá, que no conoce personalmente a Fiebelkorn, pero piensa que será una hermosa excusa esta reunión pergeñada por Elena Salomón, con quién generó un relación artística a partir del 1 de junio pasado cuando se presentó en La Vieja Usina con un trío de cantautores. «Dejamos nuestros materiales y Elena escuchó con mucho placer Naciente, mi último material que pude editar hace un par de años a través de Melopea, el sello de Litto Nebbia. Es un disco bastante más eléctrico respecto a lo que venía haciendo. Tiene la particularidad de una poesía que se conceptualiza en el origen, en el despertar de darse cuenta de la muerte como parte de la vida, el ser y la nada, como siempre. Ese hecho artístico a Elena le pareció que era una buena ocasión para encontrarnos con Horacio», contó, desde Misiones, a esta revista.
Nakazato no es un desconocido por estas latitudes: como gestor cultural independiente forma parte de una trama denominada Ruta Nacional Canción que lo lleva en un ida y vuelta por el Nordeste. «Produzco reuniones y encuentros acá en Misiones, soy el lazo para que algunos músicos lleguen hasta acá; y he ido en unas cuantas oportunidades a tocar a Paraná y Santa Fe con Pedro Guastavino, el Dúo Barro, Fernando Silva o Carlos Negro Aguirre. Creo que Paraná es una cuna enorme de músicos, es re importante ir a tocar allá a nivel artístico», comentó. «Interpretaré composiciones de innube, Nakazato y Naciente; es una buena ocasión para compartir esas canciones. Estoy preparando Une, un álbum nuevo, con un título un poco más litoraleño por el tipo de contemplaciones respecto al paisaje. Creo que va a ser una cita hermosa, espero que sea realmente así, y encontrarme con algunas personas que, igual que Elena, van a redundar en nuevas amistades», adelantó.
«La curaduría está a mi cargo, pero la idea es recibir pareceres e inquietudes de todes quienes quieran opinar», expresó Elena Salomón. Su objetivo es concretar un ciclo del cual este encuentro resulte la primera estación.
La gestación del evento tiene dos causas que lo fundamentan: una azarosa y la otra más conceptual. La azarosa es que Elena entró en contacto con la editorial Caleta Olivia y con algunos poetas que conforman ese espacio de creación literaria hace unos años; entre ellos Fiebelkorn. «Él empieza a escribir a partir de acuarelas que yo pintaba y publicaba; a partir de ahí surge la idea de hacer algo juntos que todavía está pensándose. Horacio este año termina sacando su libro. Mirar a Horacio y a algunos poetas que están escribiendo en el país tiene que ver también con ver sus necesidades. Me reporta la noticia permanente de lo difícil que es sostenerse, sobre todo en estos últimos cuatro años de macrismo. Es la realidad de muchos y muchas que producen, escriben, y les pasa también a nuestros artistas locales. A partir de eso se me ocurrió que podíamos diseñar un ciclo en que invitáramos a un escritor de otro lugar a presentar sus libros y a un músico de otra provincia, para darle un sentido más federal a la cuestión, y hacer de Paraná un lugar donde la gente se encuentra para mostrarse y compartir estas cosas», compartió Salomón. «Requiere un gran esfuerzo de gestión y de aporte económico; pero también encontré una gran recepción por parte de la Secretaría de Cultura de la Provincia y de la Editorial de Entre Ríos. Eso abre otra posibilidad de pensamiento, de diálogo, para activar desde ese lugar», indicó.
La causa más conceptual tiene que ver con los caminos y motivaciones que llevaron a Elena y a su marido, Pablo Conti, a apoyar y promover diferentes iniciativas culturales. El gusto por el arte en general, por la literatura, la música y las artes plásticas en particular los ha llevado a formar una colección con cierta lógica estética, «siempre a nivel familiar y para nuestros hijos», aclaró Salomón. «Empezar a organizar y a tomar conciencia de que lo que teníamos era una biblioteca y una discoteca con cosas valiosas, interesante y rica, nos llevó a un punto donde uno siente que tiene que empezar a circular de alguna manera. Básicamente, es la idea de que la relación con el arte es a través de las cosas, de la obra de arte, y que no puede tener un sentido estrictamente acumulativo sino que tiene que ponerte en interlocución con otros seres. Este es un camino para abrir el acervo artístico y cultural con el que contamos a nivel privado, hacia otras personas que puedan mejorar su diaria con ese goce», fundamentó. Esto los llevó a contactarse con artistas, impulsores y gestores del arte. A partir de esa forma de mirar el mundo y las relaciones humanas comenzaron a participar apoyando una serie de proyectos diversos, desde equipamiento para una editorial artesanal, membrecías en clubes de disco y de libros, contribuyendo en bibliotecas y centros culturales y con escritores durante sus procesos creativos. «Este año, la actividad más destacada fue la dirigir un taller en el Club Atlético Fournier, cerca de la villa La Palangana. Duró desde abril hasta julio, lo daba personalmente los miércoles. Concurrieron una cantidad importante de chicos y al final venían incluso las madres. Consistió en mostrarles las técnicas más importantes que tenían a mano para trabajar con el arte como manifestación de deseos y necesidades, es decir, con una mirada de arte popular. Se sostuvo con la gente del club y mi aporte en darlo y en los materiales», explicó.
Sobre lo que ocurrirá este jueves y el ciclo que inicia, el interés de Salomón está puesto, además, en correrse de la cultura para pocos: «espero con este evento que no vaya solamente la gente que naturalmente consume poesía y que está en la rosca literaria; sino que vayan porque hay música, algo para mostrar y para reunirnos en un espacio donde se respira algo mejor y nos hace bien. Las motivaciones son múltiples, no de consumo de literatura de elite, sino que cada vez sea más masivo», proyectó.
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