TEXTO PABLO RUSSO
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«Escuchar juntes el malestar que sentimos como sociedad, descubrir qué verdades surgen de allí, y ver de qué modo podemos organizarnos en torno a una estrategia para el cuidado de la vida», propone H.I.J.O.S. Paraná para el encuentro virtual La lengua que nos salva. Conversaciones sobre lo posible. La convocatoria –programada para el jueves 25 de junio a las 20 a través del Facebook de la agrupación– inicia con Sabrina Gullino Valenzuela Negro y Verónica Streiger, y cuenta con la moderación de Nadia Grandón.
La fundamentación de HIJOS parte del contexto de pandemia y pone en discusión las necesidades creadas en el sistema capitalista: «La situación excepcional que atravesamos hoy a raíz de la pandemia de COVID-19, compromete de forma ineludible a nuestra especie, nos recuerda cuán parte somos de la naturaleza, y cuánta ficción hemos creado en torno a los supuestos deseos que en forma sistemática nos han ido inoculando. Hoy toda esa ficción cae por una sencilla e incontrastable verdad: debemos cuidar la vida de todes. Ahora resulta ser que no necesitamos los infinitos accesorios que la ficción capitalista nos impuso. Tampoco resulta ser útil al propósito de salvar vidas la ficción de la financiarización del capital, el superjet del capitalismo que agiliza la acumulación desenfrenada y criminal», afirman.
«Ahora resulta indiscutible que importan les cuerpes y sus necesidades: estar protegides en una vivienda, tener lo necesario para alimentarnos, tener acceso a la salud, poder producir lo que necesitamos para vivir, compartir con los seres queridos, amar y ser amados, disfrutar de la poesía de la vida y poder compartirla con otres, pensar con otres soluciones a los nuevos problemas, poder pedir socorro cuando estamos en peligro por situaciones de violencia y poder también contar con la protección de la vida allí», plantea la agrupación.
¿Y por qué estas reflexiones convocadas desde una organización del campo de los derechos humanos? «Uno de los puntos básicos de la organización H.I.J.O.S., punto estructurador desde los inicios, nucleador de nuestra organización hacia adentro y hacia las acciones políticas que desarrollamos, es aportar a la reconstrucción de los lazos solidarios destruidos por la dictadura. El proceso neoliberal implantado en América Latina, desde las dictaduras en el Conosur, y luego desde las democracias, necesitaba de personas atomizadas, aisladas. Allá por nuestros inicios en 1995 una de las principales preocupaciones tenía que ver con el ¨no te metas¨ y con el silencio; las rupturas en la forma de nuestra cotidianeidad, en las formas de nuestros vínculos. Como organización sabemos de planificar la esperanza, de organizarnos en torno a objetivos que se creían imposibles, y experimentamos que eso imposible sólo tardaba un poco más. Confiamos en los lazos solidarios, en la participación social, en la organización del pueblo para transformar las realidades acuciantes. Es por esto que pensamos estas charlas, ya que sabemos del poder de la lengua, y el potencial que nos ofrece el momento actual, fecundo para pensar otros mundos posibles», sostienen.
Las preguntas que guiaran el conversatorio se refieren a las materialidades a las cuales renunciar; los fundamentos que se construirán en la próxima etapa; la mutación del Estado y los tipos de lazos sociales; así como la reinvención de las subjetividades. “Es necesario que encontremos en la fragilidad actual la potencia que nos permita ver distintas formas de reordenarnos en la crisis», bosqueja HIJOS. «Ellos habilitaron este conversatorio para poner el cuerpo de una manera virtual, ocupando espacios», le dijo Sabrina Gullino a 170 Escalones. «Esto nos permite reflexionar desde nuestros presentes, militancias, sobre qué nos pasa hoy ante esta pandemia que nos impide ir a ocupar los espacios públicos, las plazas, practicar la resistencia o este tipo de prácticas políticas sociales. Vamos a reflexionar en torno a esto desde el espacio que hoy está habilitado para llevar adelante estos conversatorios», amplió. «¿Qué pasa con nuestros cuerpos, con nuestras subjetividades? ¿Cómo encausamos nuestras prácticas militantes? Siendo que las disputas en los territorios parecieran que se reproducen a sí misma: la expropiación de Vicentín nos recuerda la 125. El poder y la batalla por la redistribución de la riqueza y por la ampliación de derechos siguen estando vigentes. Esto es para pensarnos y encontrarnos aunque sea en estos espacios virtuales para reflexionar en torno a nuestro presente y nuestro futuro», anticipó Sabrina.
«Me pareció muy interesante la invitación de HIJOS a charlar sobre lo que estamos viviendo con la pandemia y los cambios vertiginosos que se están dando. La conversación como dispositivo es una buena idea para tratar de, entre todos y en el intercambio, anudar los cabos sueltos, que son muchos. Sirve para ir ensayando por dónde volver a anudar», contó Verónica Streiger a esta revista. El interrogante disparador de su exposición de hoy es ¿Qué va a pasar con nuestros cuerpos, que vamos a hacer con ellos? «La reducción de cuerpos tridimensionales a espacios bidimensionales (las pantallas, lo virtual) y los efectos que esta va a tener. Pienso que estamos en un cambio total donde en unos meses se está resolviendo el pasaje a lo virtual que se iba a hacer en los próximos diez años. En ese dar vuelta la media que está sucediendo tan vertiginosamente, cabe la pregunta de qué va a pasar con nuestros cuerpos en esta situación. Pensar lo que va a quedar afuera y adentro de esta reversión de la media», graficó la psicóloga y escritora.
Escuchar el síntoma, nombrar lo que nos pasa –en la región, en el país, en la comunidad-, es la invitación de HIJOS para reflexionar sobre qué vida deseamos tener.
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