El enlace Victoria-Rosario consiste en un complejo de puentes -del cual el que se erige sobre el río Paraná en el límite provincial es el más imponente- y una ruta nacional doble mano (la 174) sobre un terraplén construido en los humedales del delta entrerriano. Su recorrido estuvo generalmente, desde su inauguración en mayo de 2003, signado por un paisaje líquido. Al borde del camino, los letreros indicaban el paso de arroyos inidentificables en sus límites con el resto del horizonte de agua. Desde la última bajante sostenida, domina el pastizal y los riachos. Los cursos de agua se ven encauzados en sus lechos mínimos.
En la imagen tomada en el camino entre ambas urbes, una serie de embarcaciones que aún pueden navegarlos, orilladas cerca del rancherío construido por los baqueanos habitantes a la sombra y en tierras apenas más altas que el resto del territorio.