21 de noviembre de 2024

Estampa fluvial ∴ 47

 

El Antoñico se encuentra con el curso del Paraná con algunos pescadores aficionados como testigos entre cúmulos de tierra emergentes de la bajante, que también dejan expuestos los residuos urbanos que los humanos desechamos en los cauces de agua como si no hubiese un mañana.

Un abuelo supervisa a su nieto que tira una línea al agua transparente del arroyo en el que, a simple vista, se observa un impresionante cardúmen de pequeños peces, quizás sábalos. «Sacame un rodado 16», bromea uno desde la parte alta de la barranca en referencia a las cubiertas que proliferan en la orilla. Del lado de enfrente, una familia completa intenta conseguir algo para el almuerzo, mientras que en la desembocadura un grupo de gurises mojarrea a sus anchas. El yate estacionado en la playa de la isla de enfrente, el faro como centinela, el vértice occidental de la Curupí y las siluetas de los edificios en lo alto del Parque Urquiza completan el horizonte.

 

 

 

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