Frente al río, la lucha colectiva no cesa

TEXTO Y FOTOGRAFÍAS NATALIA MATURANA

 

Padre río, tus escamas de oro vivo
Son la fiebre que me lleva más allá
Voy detrás de tu horizonte fugitivo
Y la sangre con el agua se me va

(Canción del Jangadero, Jaime Dávalos: 1962)

 

Muy cerca del Paraná se llevó adelante el Encuentro por los Ríos Libres. Fue en el Skatepark de la Costanera Baja de la capital entrerriana, frente a la plaza Le Petit Pisant. La reunión comenzó a las 15 del domingo 28 de septiembre, cuando el sol irradiaba en lo alto. El Colectivo Socioambiental Corazón de Curupí invitó a la comunidad, en el marco de los 28 años de la Ley provincial N° 9.092 “Anti Represas”, a habitar los espacios naturales, encontrarse, conversar y reflexionar sobre la importancia de los ríos en un contexto político-social complejo y de crisis climática. Hubo talleres coordinados por artistas y artesanos locales, música en vivo, arte, feria y debates.

El 25 de septiembre de 1997, la ciudadanía llegó a un primer mojón para la Libertad de los Ríos de la provincia, a través de la mencionada ley que prohíbe el represamiento del Paraná, el Gualeguay y el Uruguay. En los ’90, en medio de privatizaciones y saqueos, se intentó construir una represa en el Paraná Medio que la movilización popular logró frenar con éxito. Luego de 28 años, una vez más, el pueblo se reunió a alzar la voz, recordar y (re)significar la lucha por los ríos y cuencas frente a políticas extractivistas del actual gobierno nacional de Javier Milei y nuevas amenazas como la contaminación por agrotóxicos y microplásticos, el desmonte, la hidrovía, entre otros. 

 

 

«Si no tuviera el río al lado, la verdad que nunca me imaginé y nunca lo pensé porque la vida es otra cosa, sería una esposa de alguna otra cosa, no sé, pero la vida que me tocó me encanta, la quiero y lo amo», dijo sonriendo María Elena Miño, una pescadora que nació y se crio en la isla, cerca del río, conocida por sus famosas empanadas de pescado.

Los rayos de sol se filtraban entre las ramas de los árboles iluminando la ronda de personas sentadas sobre mantas en el pasto verde alrededor de Doña Elena, quien brindó el primer taller sobre la cultura islera. En un momento de la charla, su nieta la interrumpió para preguntarle por «el Tata» –su abuelo–, Elena le respondió que estaba en su casa, luego miró a la gente y agregó: «Ella es Eluney, la dueña de esa canoa que está allá».

En el centro del skatepark se lucía la canoa Mi Linda Eluney, que los niños rodeaban en rollers. «La canoa Eluney es ganadora de una carrera que hacen siempre, todos los años, en Puerto Sánchez y ellos son invitados. Se invita gente de todas las costas, de Bajada, Puerto Sánchez, la Toma y más arriba. El que quiere competir a remar, rema. Ellos salieron ganadores, siempre salen ganadores remando, tienen un hermoso lomo y están toda la vida remando», expresó enfáticamente.

 

 

El público escuchaba atento lo que contaba Doña Elena con tanta paciencia y amor, y le preguntaban por su trabajo de pescadora. «Mi esposo va a pescar hoy, porque mis hijos ya son grandes, mientras él pesca, yo cocino las empanadas, milanesas, croquetas; si me encargan pescado frito o pescado asado, lo hago. Acá hay una exposición de comida –señala unas fotografías pegadas en un cartón detrás de ella, donde se la veía con su familia, los pescados y las comidas que vende –. Ahí va Elena con su fuente con pescado. A mí me encanta la isla, pero ya te digo es otra vida, es distinto, colaboro o me voy a pescar”, manifestó.    

La música de fondo acompañó el encuentro, había quienes aprovechaban para recorrer la feria de emprendedores locales que se extendía alrededor del lugar con productos artesanales, otros se acercaban a leer los carteles con dibujos o explicaciones sobre la Libertad de los Ríos distribuidos en distintos puntos y otros participaban de los talleres.

 

 

Luego, en el mismo espacio donde había estado Elena, se llevó a cabo otro taller sobre yuyos con una representante del Pueblo Nación Charrúa. En una ronda la gente se dispuso a conectar con la naturaleza. Mientras tanto, en otro sector bajo la sombra de los árboles, un grupo cantaba y realizaba actividades de percusión con el cuerpo. Así entonaron juntos las estrofas de “El Jangadero” y, luego de practicar varias veces, añadieron instrumentos que acompañaron el coro de voces.

Hubo música en vivo de la mano de artistas locales, Arapoty Dúo y Dos Paranaseros. Luego el público cantó colectivamente la canción “Madrugada del Pescador”, que culminó con un fuerte aplauso. Por su parte, Horacio “El Indio” Enríquez, Director Ejecutivo de la Fundación Eco Urbano, leyó el poema “Orgullo de Pescador” de Raúl Rocco, quien fue pescador y defensor del río Paraná contra el proyecto de represamiento en su tramo medio. A lo largo del encuentro circuló la palabra, dando espacio al debate y a la pluralidad de voces.

 

 

A continuación, la Compañía Artivista de Intervención Territorial invitó a los presentes a participar de una performance en ronda con antifaces y castañuelas que culminó con un abrazo colectivo. Y para finalizar, tocó en vivo la Orquesta Infanto Juvenil “Romina Iturain”.

¡Viva el río libre!, y la gente exclamó: ¡Viva!

 

 

 

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