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La costa del Thompson después de la lluvia devuelve la imagen de nuestros desechos mal encauzados. La orilla, unos días antes limpia, aparece ahora cubierta de plásticos y otros residuos que entristecen la vista de la ciudad paisaje. El guardavidas se acerca a advertirle a la gente, particularmente a los más chicos, que mejor ni toquen el agua, ya que está aún más contaminada por la crecida pluvial del arroyo vecino.
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