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Las palomas de la plaza 1° de Mayo han elegido a la estatua ecuestre de San Martín como un lugar para posarse durante la jornada. Desde allí pueden divisar el movimiento del espacio público y lanzarse sobre las migas que las personas van dejando a su paso. El sitio de privilegio es disputado por integrantes de la bandada que intercalan sus posicionamientos entre la base del monumento y las figuras del caballo y el libertador.
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