FOTOGRAFÍAS CÉSAR VITALI
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Hace siete años explotó en abundancia la huerta de César y su familia. Por primera vez utilizaban las semillas del ProHuerta y decidieron sembrar toda la extensión del fondo de la casa. No solo aparecieron frutos nuevos sino que también se presentó una buena oportunidad para hacer fotos.
Desde aquel entonces, César mantiene el hábito de tomar imágenes de los detalles y las transformaciones de la vida en el sembradío. «Lo que me gusta es acercarme a los bichos y hacer tomas más o menos estilizadas, hacerlos bellos. Al principio, intentaba hacer algo más de manual de Biología, más científico, si cabe el término. Con el tiempo me permití ponerle una onda más etérea, más poética, valiéndome del desenfoque que en fotos macro es muy difícil de evitar», explica el fotógrafo.
Las imágenes de esta serie fueron tomadas en las estaciones primavera y verano. El objetivo fue retratar a los insectos en su hábitat sin que la cámara los perturbara.
«El espíritu de estas fotos está ligado a la siesta y a las lecturas juveniles de Julio Verne y de la colección Robin Hood. Ver a esos bichos, plantas y flores de cerca con sus texturas, colores y movimientos es como descubrir un mundo fantástico, por lo diverso y vistoso. Además estoy nutrido con historias y cinematografía de ciencia ficción, con la revista National Geographic, con los dibujos de Vicky Ruiz Díaz, incluso con Viaje a Misiones, de Eduardo L. Holmberg, publicado por la Editorial de la Universidad Nacional de Entre Ríos y que leí hace poco tiempo. En cierta forma ese es el “marco teórico-epistemológico”», dice y se ríe.
La sensibilidad del ojo de César Vitali permite emprender un viaje al centro de la huerta y acercarse a escasos centímetros de seres mitológicos. La aventura no transcurre en locaciones remotas sino uno de los oasis del barrio San Agustín de Paraná.
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© César Vitali, 2018
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