21 de noviembre de 2024

La cultura como política

  • TEXTO 170 ESCALONES

FOTOGRAFÍAS IVO BETTI

 

 

Más de mil personas participaron del 3° Festival Callejero por la Memoria, organizado en conjunto por la Casa de la Cultura y la Asociación Civil Barriletes, que se realizó el sábado 25 de marzo en la calle 9 de Julio y Carbó de la capital entrerriana.

Entre las 18 y la medianoche se compartió una jornada en la que diversos lenguajes artísticos formaron parte de la propuesta, que fue de acceso libre y gratuito, tanto frente a la puerta de la Casa de la Cultura como dentro de algunas de sus salas.

 

 

Esta 3° edición del festival, que se concreta mancomunando los equipo de trabajo de una organización civil con los del centro cultural dependiente de la Secretaría de Cultura del Gobierno de Entre Ríos, contó con el apoyo del programa Festivales Argentinos del Ministerio de Cultura de la Nación.

«Celebro que este festival pueda seguir realizándose en la calle con cada vez más convocatoria y compromiso con esta fecha tan importante», señaló Sebastián Bergalio, director de la Casa de la Cultura. «Es fundamental poder convocarnos en libertad para seguir exigiendo memoria, verdad y justicia», agregó. En cuanto a la organización, resaltó que «al igual que cada año, pongo de relieve esta articulación sumamente virtuosa entre Barriletes y la Casa de la Cultura. Es muy importante destacar que es posible (y necesario) que el Estado pueda apoyar y contribuir a los proyectos de las organizaciones del tercer sector, que son reflejo del pueblo organizado».

Por su parte, Pablo Russo, coordinador de radio Barriletes, comentó que “esta articulación con el Estado permite potenciar la construcción popular respecto a los derechos humanos, eje fundamental de los medios comunitarios de la asociación civil, por lo que apoyamos que la memoria sea una política de Estado”, y agregó que “a su vez, también denunciamos la violencia institucional ejercida por las fuerzas policiales en democracia, por lo que exigimos control político sobre las mismas por parte del gobierno”.

 

 

Barriletes estuvo a cargo de la radio abierta y transmitió en simultáneo por la 89.3 las entrevistas y música en vivo de esa tarde noche. Entre los y las reporteados estuvo Mariana Fumaneri, integrante de La Solapa (asociación de ex presos políticos y exiliados de Entre Ríos), una de las autoras del libro Nosotras en libertad, quien compartió su experiencia personal y el proceso de edición colectiva. También pasó por la radio abierta Hugo Masoero, artista y docente de la Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales de la UADER, quien reflexionó sobre la importancia del arte político en la Argentina e invitó a la muestra De memorias y utopías, inaugurada en la ochava de la Casa en el marco de la participación de esa unidad académica en el festival. La muestra, que recorre 50 años de arte político y que cuenta con obras locales y nacionales, se podrá visitar hasta el jueves 31 de marzo.

 

 

Así mismo, se desarrolló  una concurrida feria de libros y fanzines, ubicada en la calle 9 de Julio, que ofreció producciones locales y autogestivas. En la sala grande del centro cultural, el Cine Club Musidora estrenó el documental La casa de Argüello, de Valentina Llorens (2018) con audiencia completa. Sobre el asfalto en el que se desplegó una tela roja y se montó la escenografía correspondiente, tuvo lugar la obra Cenizas quedan…siempre, dramaturgia de Héctor Presa escrita especialmente para Teatro x la Identidad, que en esta puesta estuvo dirigida por Paula Righelato y contó con la participación de las payasas Débora Ramírez, Gisela Reyna y Antonella Fernández Pabón y el payaso Sebastián Sánchez.

 

 

Sobre el escenario principal, las actuaciones comenzaron a las 21. En primer lugar, Florencia Di Stéfano presentó un ensamble compuesto por Nicolás Princic, Silvia Salomone, Emilia Osorio, Américo Salomone y Gabi Martínez.

Luego fue el turno de Salsa de Choclo, grupo de Concordia que en su tercer toque a Paraná motivó al público con temas de rock alternativo.

Finalmente, Samba na esquina cerró la velada con sus versiones de música popular brasilera, invitando al baile hasta después de la medianoche.

 

 

La escenografía y mapping fueron obra de Desirée Darrichón. El telón de fondo arriba del escenario estuvo recubierto de afiches y esténciles históricos relacionados con la lucha por Memoria, Verdad y Justicia y los 40 años de vida democrática. A la izquierda de ese telón, sobre un pañuelo blanco gigante se proyectaron imágenes alegóricas. Además, artistas que participaron de la muestra De memorias y utopías también realizaron intervenciones visuales en el espacio público.

Al momento de la despedida y el cierre de esta edición festivalera, el público presente volvió a corear, una vez más: «30 mil compañeres detenides-desaparecides ¡Presentes! ¡Ahora, y siempre!».

 

 

 

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