La IA y el factor humano en la comunicación

TEXTO Y FOTOGRAFÍA PABLO RUSSO

 

 

La Inteligencia Artificial (IA) aplicada a la comunicación entre seres humanos genera expectativas y resquemores respecto al rol que tendrán los y las periodistas actuales en los circuitos informativos.

En el sudeste asiático, por ejemplo, desde marzo pasado hay presentadoras de televisión creadas con IA que son capaces de hablar cualquier idioma, abordar diversos temas, sin cansarse y, sobre todo, sin cobrar por su trabajo. Lo que ocurre en la India, Bangladesh y Pakistán tuvo su prototipo chino en 2018 y da cuenta de esta nueva realidad que puede cambiar las reglas del juego entre empresarios y trabajadores.

Sobre IA aplicada a la comunicación y al periodismo conversamos con Evangelina Ramallo, Licenciada en comunicación social (FCEDU-UNER), periodista de Canal 9 Litoral y corresponsal de la cadena CNN.

 

 

 

¿Qué reflexión hacés respecto a la IA utilizada en el periodismo?

La Inteligencia Artificial en el periodismo nos permite contar con una base de herramientas, pero también implica un desafío para quienes ejercemos la profesión y, al mismo tiempo, considero que puede ser una amenaza.

Estamos atravesando una nueva etapa de la revolución digital, que fundamentalmente comenzó en la década del ochenta: esta nueva etapa es la IA generativa, que nos ha sorprendido por esta capacidad de predecir, de generar, por ejemplo, una conversación. Si bien no adhiero a las posturas de tono apocalíptico, sí entiendo que estamos frente a nuevos desafíos tanto en la práctica periodística como en los derechos laborales. Creo que tenemos frente a nosotros oportunidades y, al mismo, tiempo amenazas.

Es indudable que la IA está transformando el mundo y que tiene impacto en diferentes sectores y rubros. Estamos hablando de un desarrollo que es capaz de inventar respuestas cuando no sabe, pero no piensa. Por eso entiendo que va a ser siempre importante desconfiar de esa información que resulta de una interacción con una IA, de la información que resulta de las búsquedas, incluso.

Quizás lo que más nos llama la atención o lo que nos aceleró esta reflexión o preocupación fue el Chat GPT. Leí algunas estadísticas que en los primeros tres meses más de 100 millones de personas adoptaron esa tecnología. Ese fue un impacto importante: la cantidad en tan poco tiempo. Es cierto que podemos usar la capacidad de ese sistema para obtener datos que puedan ser usados en nuestra labor diaria, en investigaciones periodísticas, pero siempre el resultado debe pasar por el ojo humano. Creo que la intervención humana es irremplazable.

 

¿Sigue habiendo un rol central del humano, entonces?

El Chat GPT, por ejemplo, puede brindar opciones de título para una nota periodística o destacar puntos de esa nota, personalizar un mismo texto o contenido de acuerdo al público. Así como están los apocalípticos están los optimistas que consideran que podemos obtener herramientas para mejorar nuestra productividad o performance: herramientas de edición gráfica, para desgrabar archivos de audio, optimizar procesos, solicitar datos, cuadros comparativos, crear programas incluso con funciones específicas que necesitamos para ese informe periodístico. Pero es cierto que la IA se equivoca, y es lo que nos favorece y nos coloca en un rol central.

El desafío para los periodistas está en aplicar las nuevas herramientas en los medios tradicionales y al mismo tiempo incorporar conocimientos sobre las prácticas de comunicación en nuevas plataformas. Hacer de esos espacios virtuales también un ámbito para el desarrollo de la profesión con rigurosidad y ética profesional.

 

¿Cuáles son las amenazas más evidentes, en este momento?

Quizás peco de optimista al pensar que el ser humano y, en este caso, el periodista va a seguir teniendo un rol central en la producción, el desarrollo y la circulación de la información, porque hay que controlar los procesos. De todas maneras, sí coincido con los que sostienen, al mismo tiempo, que la IA es una amenaza en cuanto a las posibilidades de una mayor precarización laboral (digo mayor porque se ha dado también con avances anteriores): esto de mejorar la productividad puede traducirse en mayor precarización.

¿Reemplazará nuestro empleo, nuestro trabajo? Quizás suceda algún día, pero creo que la amenaza más cercana tiene que ver con esa precarización, con el hecho de que se necesitan menos personas para desarrollar una tarea que antes requería de más participación. Esto de las herramientas que acortan los tiempos, que agilizan, que corrigen, creo que ahí está la principal amenaza para la profesión, hoy por hoy. Pero también la pérdida de credibilidad y la ola de desinformación que ya está sucediendo y que puede aumentar si la generación de contenidos está en manos de máquinas.

 

 

¿Qué opinás de las conductoras de televisión generadas con IA?

Creo que es urgente, y esto sin dudas es algo que se está debatiendo en todo el mundo, establecer ciertas reglas para el uso de la IA. Se necesitan legislaciones, debemos hablar sobre la ética de la IA y que justamente este desarrollo revolucionario esté al servicio de las personas.

Seguramente no comenten furcios ni errores, sin embargo, ese es uno de los ejemplos externos de deshumanización en la comunicación. Considero que la humanidad no está preparada para dejar de lado el costado humano, las emociones, las gestualidades, los tonos en la voz, que forman parte de ese todo en la comunicación.

Este es un intento de reflexión respecto a algo que nos está atravesando, sucediendo, que nos interpela, hay obviamente personas estudiosas que están elaborando sus investigaciones al respecto. Yo simplemente lo pienso desde el lugar donde estamos parados con un sinfín de inquietudes, pero sí con el optimismo de creer que no perderemos, los seres humanos, el rol central en todas las actividades y en este caso en el periodista como generador de noticias y como comunicador.

 

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