TEXTO FRANCO GIORDA
.
.
A partir de un coro de testimonios, Mariana Arruti, guionista y directora de Trelew (2004), reconstruye, pieza por pieza, el relato del escape de integrantes del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y Montoneros del penal de máxima seguridad de Rawson y el posterior fusilamiento de 19 militantes (de los cuales sobreviven tres) de esas organizaciones, el 22 de agosto de 1972, en la base aeronaval Almirante Zar.
La pieza audiovisual comienza con la contextualización histórica en el que se produce este episodio conmocionante ocurrido hace medio siglo. Da cuenta de la dictadura militar que gobernaba el país, encabezada por Alejandro Agustín Lanusse, y también de los levantamientos populares que se sucedían, cuyo horizonte era la «patria socialista», como el Cordobazo que tuvo lugar poco años antes del hecho referido.
Quienes se expresan ante la cámara de Arruti son los propios protagonistas sobrevivientes, testigos, abogados, vecinos del penal, familiares, personal penitenciario, periodistas, conscriptos, entre otros. Según lo indicado en el film, las fuerzas armadas no quisieron prestar declaración para la producción. Con el paso del tiempo el valor de esta obra cobra nuevos significados, entre otras cosas, porque varios de quienes aparecen han fallecido y los escenarios se han ido transformando.
Otro de los elementos que componen la realización es el registro del marco geográfico y climático en el que se encuentra la cárcel, esto es, alejado de grandes centros urbanos y en medio del viento y las bajas temperaturas. A su vez, registra el aeropuerto de Trelew, abandonado al momento de la filmación, desde donde partieron los fugados.
No hay voz en off que guie el relato, sino que son las voces de los entrevistados y entrevistadas las que narran cronológicamente lo sucedido: el intento de fuga de 116 presos políticos, el objetivo cumplido por seis integrantes de las cúpulas revolucionarias y el asesinato de 16 importantes cuadros. A esto se suma material de archivos fílmicos en el que se observan distintos episodios vinculados a la época, la entrega de quienes no pudieron salir y la represión acaecida en el funeral de los acribillados y acribilladas.
A partir de lo expresado por quienes prestan testimonio se van respondiendo diferentes cuestiones vinculadas al hecho: cuál fue la actitud de la población de Rawson y Trelew en relación a los presos políticos y sus familiares; cuáles fueron las razones de la fuga, cómo se produjo la unión de las diferentes organizaciones en pos del objetivo común; cómo se llevó adelante la organización y ejecución del plan; por qué se decidió hacer una operación de adentro hacia afuera; cómo era la cotidianeidad de los pabellones, qué hacían los militantes para romper el aislamiento y comunicarse entre sí, qué rol asumió el sindicalista Agustín Tosco (también detenido en el mismo penal) y los presos comunes durante la evasión; cómo fue el enfrentamiento con uno de los agentes del penal; qué pasó con el apoyo externo; cómo se sucedieron los hechos para que el escape no pueda concretarse en totalidad y terminara en masacre; qué pasó con los fugados y qué pasó con la dictadura. Asimismo, se manifiestan reflexiones sobre el sentido asumido por la generación del 60 y el 70 en relación a la política.
A la pasión y el dramatismo correspondientes a lo narrado en cada escena, se suma la música de Bernardo Baraj con un tono y una densidad que permiten completar el sentido trágico de lo representado.
Proyección
En el marco de la conmemoración de los 50 años de la fuga y la masacre, Cine Club Musidora proyectará el documental Trelew. La fuga que fue masacre este miércoles 24 a las 20:30 en Casa de la Cultura de Entre Ríos (Carbó y 9 de julio).