TEXTO FRANCO GIORDA
FOTOGRAFÍAS IREÍ BERDUC FERNÁNDEZ
La lectura del poema Orgullo de pescador dio inicio al encuentro organizado por la Unidad de Vinculación EcologIsta en el que el abogado y activista, Enrique Viale, presentó su libro La naturaleza sí tiene derechos. En la ocasión, confluyeron distintas expresiones y disciplinas para la defensa de la causa ambiental.
La elección de la pieza poética de apertura no fue casualidad: el autor de esa poesía, Raúl Roco protagonizó, junto a Luis Cosita Romero, la travesía en canoa desde la represa Yacyretá hasta la capital entrerriana para oponerse a la construcción de la represa Paraná Medio a mediados de la última década del siglo XX. En la poesía, el rio es concebido como una entidad viva y, a su vez, es constituyente de la humanidad del poeta. La pieza tiene tanta potencia que, según los testimonios de la época, fue clave para contraponerse al proyecto de gran impacto ambiental. Esa lucha, con su poesía insignia, derivó en una ley provincial que declaró a los ríos “libres” de represas. Esto es, los ríos de Entre Ríos son asumidos por la normativa como un sujeto con el derecho a fluir sin interrupciones. Estos antecedentes se corresponden plenamente con el espíritu convocante de la mencionada actividad que tuvo lugar el pasado 31 de mayo en la Sala Mayo. Durante la tarde de ese sábado el río y las islas verdes iluminadas por un sol inolvidable ingresaban al espacio de reunión a través de los grandes ventanales del edificio para dar un marco inmejorable a la jornada.
En este contexto, Viale desarrolló frente a un público atento algunas de las principales cuestiones de la obra que escribió junto a Alberto Acosta, economista ecuatoriano y ex presidente de la Asamblea Nacional Constituyente de su país. En el auditorio había referentes del ecologismo y artistas comprometidos con la causa.
Para hacer una presentación completa del invitado, hay que agregar que Viale es presidente de la Asociación Argentina de Abogados/as Ambientalistas y del Colectivo de Acción por la Justicia EcoSocial. Lleva más de 20 años dedicados al derecho ambiental, es litigante en numerosas causas por daños y recomposición ambiental y ha sido juez en el tribunal ético por los derechos de la naturaleza.
En su alocución el ecologista apeló tanto a conceptos teóricos y jurídicos como también a su experiencia de lucha en casos particulares. En términos generales, se refirió a la concepción que ha realizado el humano de la naturaleza a partir de la Modernidad. En este sentido, afirmó que la naturaleza ha sido postulada como un objeto del que el hombre, como especie, está separado. En este sentido ha sido concebida como un recurso en la lógica del crecimiento indefinido sin tener en cuenta los límites de los ecosistemas. También observó que los edificios jurídicos han sido constituidos a partir de esta concepción. «En la Constitución Nacional no existe la palabra naturaleza. Y hay muy pocas leyes que incluyen el término», dijo al respecto. Se la ha instituido también como un objeto de propiedad privada sin otra función que el provecho de quien la posee. A su vez, indicó que entender al hombre por fuera de la naturaleza es la base misma de todos los programas económicos, «de derecha y de izquierda», aclaró.
Parte de lo que significa el derecho de la naturaleza consiste en «reconocer que hay otros que no somos los humanos que tienen derecho a existir. Esto no solo incluye a los animales», explicó. A continuación, comentó que «no es una naturaleza a la que no se la puede tocar sino lo que se busca es proteger las funciones vitales que tiene la naturaleza, es decir, la capacidad de recomposición».
Consultado sobre el sistema económico o modelo productivo compatible con los derechos de la naturaleza, se refirió a la necesidad de un Gran Pacto Eco Social y Económico en el que la justicia social y la justicia ecológica van de la mano y son una alternativa a la actual crisis y colapso ecológico. Esto incluye ingresos universales, reforma tributaria, revisión de la deuda externa, un sistema de cuidados y una transición socioecológica. Este pacto debe reconocer legalmente a la Naturaleza como sujeto de derecho y no como un mero objeto. El horizonte es convivir armónicamente, respetar sus ritmos y capacidades.
Como se ve en la portada de esta nota, mientras que Enrique Viale exponía, sobre el río viajaba un barco con torres de contenedores. La imagen, disparó el tema de la hidrovía, proyecto que tiene el propósito de realizar un dragado de 44 pies para permitir la navegabilidad de buques transatlánticos. Esta intervención se corresponde con un modelo extractivista que empobrece atenta contra la naturaleza, empobrece a la población y enriquece a las corporaciones transnacionales. El momento fue propicio para el intercambio con integrantes del público que le realizaron preguntas sobre algunas perplejidades en torno a la lucha ambiental.
A lo largo del encuentro, el abogado ecologista, Enzo Culasso, fue el encargado de dar pie a las distintas expresiones que se fueron sucediendo. La puesta musical fue coordinada por Alejandro Ciancio, quien estuvo acompañado, entre otros, por músicos como Ernesto Narval, Juan Permayú, Mariano Martínez, Catalina Aranda, Agustina Monzón y Mauro Leyes. Alternando con la palabra, interpretaron un repertorio vinculado al litoral; entre otras composiciones, se pudo apreciar Coplas del Antoñico (Risso, Heinze) y Sur, ser acá (Ciancio). También fueron parte de la propuesta las artes gráficas y visuales. En este sentido, hubo paneles con producciones alusivas y retroproyecciones. Mientras que adentro transcurría el diálogo interdisciplinar, afuera transmitía en modo abierto, la radio comunitaria Barriletes.
De este modo, se concretó un acto a contracorriente de los discursos y políticas dominantes que ven en el medio ambiente nada más que una cosa a la que hay que exprimir sin tener en cuenta que la humanidad es parte de ese todo que se está explotando y expoliando.
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