TEXTO FRANCO GIORDA
FOTOGRAFÍAS SECRETARÍA DE CULTURA DE ENTRE RÍOS
Una lluvia de meteoritos metálicos impactó hace aproximadamente cuatro mil años en la región del Chaco Austral. Desde entonces, la zona denominada actualmente Campo del Cielo ha estado cargada de sentido y de disputa. Los pueblos originarios le otorgaron un significado mítico que perduró durante siglos; los conquistadores, en el siglo XVI, se interesaron por los metales; la ciencia y el Estado, en los siglos XIX y XX, investigaron y exhibieron los bólidos; también los contrabandistas merodean el lugar dado el alto valor que tienen los fragmentos espaciales en el mercado negro. La zona se extiende a lo largo de 70 kilómetros de largo y 15 de ancho en un territorio ubicado entre las provincias de Chaco y Santiago del Estero. No existe en el mundo un lugar equivalente.
Originalmente fue una masa única de 840 toneladas, proveniente del Cinturón de Asteroides que orbita entre Marte y Júpiter, la que ingresó a la atmósfera y se dividió en innumerables partes. Las fracciones más grandes provocaron inmensos cráteres. Hay fundadas sospechas que todavía permanecen enterrados trozos del asteroide sin ser descubiertas y, por lo tanto, la búsqueda es constante.
Esta búsqueda no solo es realizada por científicos sino por traficantes. En este sentido, es conocido el intento del coleccionista norteamericano Robert Haag por robarse el meteorito El Chaco (que pesa más de 20 toneladas) en un camión. Este «cazador de meteoritos», según su autodenominación, es uno de los personajes retratados en el documental El color que cayó del cielo (Sergio Wolf, 2014).
Entre los casos de contrabando, se cuenta un episodio ocurrido en 2007, cuando la Gendarmería incautó, en el marco de un operativo en el departamento Islas de Entre Ríos, dos fragmentos, uno de 1600 kilos y otro de 600, que habían sido extraídos clandestinamente del lugar señalado y eran trasladados con destino incierto. La Justicia dictaminó que las piezas fueran resguardadas por el gobierno de Entre Ríos. Desde entonces se encuentran en el Museo de Ciencias Naturales y Antropológicas Profesor Antonio Serrano, dependiente de la Secretaría de Cultura de la Provincia, y ubicado en calle Gardel 62 de Paraná. La entidad es autoridad de aplicación de la Ley Provincial de Protección del Patrimonio Arqueológico y Paleontológico.
Recientemente, el gobernador de Entre Ríos, Rogelio Frigerio, acordó con su par chaqueño, Leandro Zdero la restitución de estas piezas a Campo del Cielo. El convenio fue firmado por los mandatarios tras las gestiones realizadas por los Fiscales de Estado de ambas provincias, Roberto Alejandro Herlein, de Chaco, y el entrerriano Julio Rodríguez Signes.
Despedida y traslado
En entrevista con radio Diputados, el secretario de Cultura de Entre Ríos, Fabián Reato, señaló que «lo justo y lo legal es que estas dos piezas sean restituidas a su lugar de origen» y agregó que «ahora se inicia el proceso de traslado que no es nada sencillo: hay que tomar las medidas de precaución necesarias para no dañar los meteoritos. Hay que sacarlos del museo con una grúa y trasladarlos en camión. Lo tiene que hacer gente especializada en el tema».
De todas maneras, todavía hay tiempo para conocer los bólidos: «cuando hablé con el Fiscal de Estado de Chaco le pedí un plazo para que los entrerrianos que no conocen los meteoritos puedan hacerlo», dijo el funcionario. En este marco, «estamos previendo una serie de actividades en el Museo como la proyección de documentales sobre el tema y charlas con la Asociación de Astronomía para brindar información y que la gente se acerque a disfrutar de estas piezas que son únicas».
Los horarios del museo son de martes a viernes de 10 a 13 y de 17 a 20 y los sábados y feriados de 10 a 13 horas. El acceso es libre y gratuito.
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En este enlace se accede a una nota sobre El Mataco, un meteorito de aquella célebre lluvia, que se encuentra en el museo histórico Doctor Julio Marc de Rosario, publicada en 170 Escalones en 2019.
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