TEXTO Y FOTOGRAFÍA FRANCO GIORDA
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La alada sirenita de dos colas, o tritón de cola bífida, es la cordial figura elegida para rematar la sencilla fuente que se encuentra en el corazón de la plaza Alberdi de Paraná. A pesar de la simpatía o sensibilidad que pueda despertar la delicada pieza entre el público paseante, se trata de una efigie sufriente. La razón es que, cada tanto, termina derribada en el suelo. Víctima del embate vandálico o, en alguna ocasión, de las inclemencias climáticas, la sirenita/tritón ha debido ser retirada varias veces de su ámbito para ser reparada. Incluso, en una oportunidad, pasó una temporada en el Museo de la Ciudad César Blas Pérez Colman para su resguardo.
Por estos días de finales del otoño, quienes hayan transitado por ese espacio público, al que alguna vez el periodista y escritor Amaro Villanueva se refirió como una «plaza pequeña y escondida en la depresión que, como un nido, le ha formado el suelo desnivelado de esta ciudad», se habrán percatado que la representación de la criatura mitológica falta otra vez de su sitio.
170 Escalones consultó a la secretaria de Coordinación Estratégica del Municipio, Camila Farías, sobre el paradero actual de la escultura en hierro. La funcionaria informó al respecto que se encuentra en el depósito de la Dirección de Alumbrado Público, de la cual depende el área de Parques y Paseos. Allí la están reparando para ser colocada nuevamente en los próximos días, según indicó.
El pedestal conformado por dos platos que ofician de cascada por la que debiera saltar el líquido elemento indispensable en este tipo de pieza ornamental quedará consumado cuando la obra escultórica esté en su lugar. Desde esa altura, este ser legendario vinculado a las profundidades del mar deberá seguir resistiendo a los crueles designios que hasta ahora le ha deparado el destino en esta ciudad.
