La última gira del Tío

TEXTO Y FOTOGRAFÍAS MARTÍN GERLO

 

 

Todavía algunos recuerdan aquella ruidosa caravana que alteró la calma que solía reinar en la siesta paranaense. Eran meses convulsionados, pero algunas costumbres perduraban en aquella capital de provincia con hábitos pueblerinos. La larga fila de autos partió a las 15 desde el aeropuerto y atravesó la Avenida Jorge Newbery, dobló en Zanni y luego tomó hacia el centro por la Avenida Almafuerte; tras un rodeo, en medio de un clima festivo que demoraba la secular procesión, los vehículos se internaron en Avenida Ramírez y, por boulevard Moreno, San Juan, Andrés Pazos, 25 de Junio, Buenos Aires y Urquiza se dirigieron hacia la Plaza 1° de Mayo, donde se detuvieron. 

Allí bajó el protagonista de la jornada, el hombre que todos fueron a recibir.

Aquella tarde otoñal, Héctor J. Cámpora volvió a pisar las calles que dos meses atrás había caminado como candidato a la presidencia, en medio de un multitudinario acto que lo tuvo como principal orador en un palco montado sobre uno de los laterales de la Escuela Normal, en calle Corrientes. Era el 10 de abril de 1973 y, poco antes, el candidato del Frente Justicialista de Liberación (Frejuli) se había impuesto cómodamente en las elecciones que lo dejaron a un paso del 50 por ciento de los votos necesarios para evitar la segunda vuelta. La renuncia de Ricardo Balbín, quien había quedado segundo a casi treinta puntos del candidato justicialista, sumada al desprestigio del régimen militar, convirtieron a Cámpora en presidente sin necesidad de ballotage, instancia que sí debieron afrontar, en cambio, la mayoría de los candidatos a gobernadores y senadores del país. 

 

 

Fue para darle impulso a estos dirigentes que el «Tío», junto a su círculo más íntimo de colaboradores, emprendió una vertiginosa gira por distintas provincias, de cara a las elecciones que iban a desarrollarse el siguiente domingo 15 de abril.

De camisa oscura y anteojos de sol, con su característico bigote y peinado clásico, el hombre que puso fin a 17 años de proscripción saludó a los presentes e ingresó al Hotel Paraná, donde se quedó unas horas a descansar. Desde diciembre del año anterior, cuando el general Juan Domingo Perón le había pedido que fuera candidato, había iniciado una carrera sin descanso. En esta ocasión venía de San Juan y esa misma noche partiría en auto hacia Santa Fe; al día siguiente, además, tenía previsto salir hacia Córdoba y culminar un largo recorrido que lo había llevado por varias provincias. 

En el vuelo charter que aterrizó en el aeropuerto de la capital entrerriana ese 10 de abril venían dos de los hombres más cercanos a Perón: el secretario general del Movimiento Nacional Peronista, Juan Manuel Abal Medina, y el secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT), José Ignacio Rucci. Junto al sindicalista Lorenzo Miguel y otros miembros de la comitiva acompañaron a Cámpora y partieron luego hacia el Paraná Rowing Club, donde estaba previsto un almuerzo con Enrique Cresto y Dardo Blanc, candidatos a gobernador y vicegobernador del Frejuli en Entre Ríos.

Dirigentes y militantes del peronismo entrerriano participaron del tardío almuerzo que se ofreció para los visitantes. Estaba previsto que luego se les sume el presidente electo. Ajeno al bullicio, Cámpora descansaba, pero en otros dirigentes de su entorno había una gran preocupación. A miles de kilómetros, en Madrid, el clima se había enrarecido y algunos comprendieron que durante aquellas horas se jugaba su destino.


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La primera visita del candidato peronista a Paraná, el 4 de febrero, fue más que una recorrida protocolar. Los tiempos políticos se habían acelerado y aún faltaban sellar algunos acuerdos, suturar algunas heridas que había dejado el tumultuoso proceso que derivó en la conformación del Frejuli. Así lo recuerda el periodista y militante peronista Rubén Sarmiento, quien cubrió las visitas de Cámpora a la capital entrerriana y vio cómo durante aquellas jornadas se terminó de gestar en Entre Ríos el proceso de unidad con dos actores centrales: la Juventud Peronista (JP) y el Movimiento de Integración y Desarrollo (MID) del exgobernador Raúl Lucio Uranga, quien respaldó la fórmula justicialista a nivel nacional pero presentó una candidatura propia en la provincia.

Sarmiento, que los fines de semana realizaba tareas como corresponsal de Clarín desde Paraná, pudo estar ese día cerca de Cámpora, a quien recuerda como un hombre puntual y algo serio, pero sin embargo cercano a la gente. «Era un tipo al que no le gustaba la aparatosidad», resume el periodista que además se desempeñó en El Diario, LT14, LT10 y Noticias Argentinas, entre otros medios. 

La presencia en la capital entrerriana de Juan Carlos Dante Gullo y Jorge Obeid, ambos referentes de la JP, garantizaron la adhesión a Cresto del sector juvenil que se había opuesto a su candidatura, cuyos referentes en la provincia eran —entre otros— Alejandro Richardet y Aldo Bachetti. El sector impulsaba como precandidato justicialista a Carlos Vairetti, quien hacía tan sólo dos meses había perdido en un congreso polémico que generó rispideces. 

El periodista paranaense remarca que Cresto y Cámpora sellaron una amistad en el vuelo desde Italia que derivó en el regreso de Perón el 17 de noviembre de 1972, y eso jugó a favor del candidato entrerriano. «Cámpora no tenía doble discurso. Aparte, su simpatía por Cresto, hecha en Italia cuando viajaron con Perón, era muy grande. Entonces quería allanarle el camino a la gobernación e ir todos unidos», afirma. Según relata, Richardet, que conducía al sector juvenil, «aceptó a regañadientes» y ambos sectores firmaron la paz.

—Hay unidad —les dijo Obeid a los periodistas que esperaban desde el mediodía en el hall del Hotel Paraná.

Estaba todo listo para el gran acto que el peronismo iba a desarrollar esa tarde a la vuelta del hotel, sobre uno de los laterales de la Escuela Normal. «Era impresionante la cantidad de gente. La cola en calle Corrientes llegaba hasta calle Gualeguaychú», recuerda Sarmiento.

Al día siguiente, antes de partir, Cámpora se reunió con Uranga. «Fue un verdadero duelo mano a mano entre dos viejos amigos», resumió el exgobernador entrerriano en declaraciones que esa misma tarde reprodujo El Litoral. En ese encuentro, el dirigente desarrollista afirmó que el MID en Entre Ríos «iba con candidatos propios por una cuestión de dignidad política y de amor al partido», pero le confirmó su respaldo en el orden nacional y se despidió con una promesa: «En la segunda vuelta volveremos a conversar».

Cámpora partió y al mes siguiente se impuso en las elecciones. Cuando regresó a Paraná, el 10 de abril, lo hizo ya como presidente electo.


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Conocer a Perón es un libro de memorias escrito por Juan Manuel Abal Medina, uno de los hombres que estuvo más cerca del General en sus últimos años de vida. Con un estilo sobrio y un conocimiento detallado de los hechos y protagonistas de aquellas jornadas, brinda un testimonio fundamental para reconstruir el proceso que puso fin a la proscripción del peronismo y derivó el regreso definitivo de Perón al país. La lectura atenta de la bibliografía sobre este período le permite, además, discutir con algunas apreciaciones más o menos consolidadas y dar una valoración personal de los acontecimientos reseñados, en los cuales jugó un rol central.

«Abal Medina sólo le daba bola a Cámpora, a Rucci y a Cresto. Un tipo con un carácter tremendo. Pero ahora uno lo ve del otro lado. Yo estuve en un momento en una presidencia peronista, y realmente hay que ser así», recuerda Sarmiento, quien con los años terminaría actuando como encargado de prensa en gobiernos justicialistas tanto a nivel provincial como nacional.

Es por intermedio de este valioso trabajo de Abal Medina que podemos conocer, entre muchos pormenores históricos, cuál era el clima que se vivía en la intimidad de la gira que emprendió Cámpora hace ya medio siglo por distintas provincias, entre ellas Entre Ríos.

«Cámpora regresó a Buenos Aires, y lanzamos la gira para la segunda vuelta, viajando a todos los distritos donde no se había llegado al 50%. Antes de viajar, tuvimos una reunión en su casa, de la que participamos Cámpora, (Rodolfo) Galimberti y yo. Con Galimberti le dimos una información completa de lo que pasaba alrededor del General (…) No hubo caso de hacerlo entrar en razones de lo que iba a suceder. El día que Cámpora estaba viajando hacia Buenos Aires, había recibido muy temprano en mi casa la inesperada visita de Raúl Lastiri, que luego de pedirme una reserva absoluta me dijo que su suegro, nada menos que López Rega, se había vuelto loco, pero que estaba armando, al parecer con apoyo de la señora Isabel, una intriga para voltear a Cámpora», reseña Abal Medina.

El último secretario general del Movimiento Nacional Peronista resalta la lealtad incondicional de Cámpora, valora el papel que jugó Rucci —a quien consideró su amigo— y revela aspectos humanos íntimos de Perón. Sin embargo, como se titula uno de los capítulos del libro, considera que en determinado momento «se complican las cosas» y ciertos desencuentros, sumados a las intrigas motorizadas por «la Corte» en Madrid, derivaron en un resquebrajamiento del movimiento que terminó sellando el destino del presidente electo, cuyo rol no del todo explicitado era despejar el horizonte que había abierto la virtual proscripción impuesta por Lanusse a la candidatura de Perón.

En este marco, Abal Medina dialoga con la reconstrucción que realiza Miguel Bonasso en El presidente que no fue, la documentada y clásica biografía de Cámpora: «Durante la vertiginosa gira que abarcó Neuquén, Santiago del Estero, Mendoza, San Luis, San Juan, Paraná, Santa Fe y Córdoba, Norma Kennedy envió varios mensajes a Galimberti y Abal Medina exigiéndoles que entablaran inmediatas negociaciones (…) El 11 de abril, en Córdoba, el dirigente de la JP y el secretario general se reunieron a puertas cerradas con el Tío, insistiendo en la necesidad del viaje a Madrid», reconstruye el periodista. 

El entonces joven dirigente agrega en sus memorias que, sin embargo, la advertencia no surtió efecto y Cámpora «se volvió a negar».

Este era el clima que rodeó la última visita de Cámpora a Paraná. Aunque aún no había asumido, el presidente electo ya tenía los días contados.


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Imagen que pertenece a Rebeldes y ejecutores (Daniel Enz)
Imagen publicada en el libro Rebeldes y ejecutores (Daniel Enz)

Cámpora asumió la presidencia el 25 de mayo de 1973 y en menos de dos meses renunció, despejando el terreno para la candidatura del conductor natural del movimiento, proscripto durante 18 años. «En Entre Ríos, como en el resto del país, no fue algo traumático. La pelea fue en Buenos Aires. Es más, como Perón acepta la presidencia, para los peronistas fue natural», recuerda Sarmiento.

A pesar de la afinidad de ciertos sectores con el Tío y el final abrupto de esa «primavera» que algunos protagonistas, como Abal Medina, niegan de plano, el punto de inflexión y no retorno no tuvo lugar allí sino que se produjo meses después de la renuncia, con asesinato del sindicalista más cercano a Perón. «La muerte de Rucci fue fatal. Aparte, dicen quienes lo conocieron, que era un buen tipo, que podías estar a favor o en contra, pero no traicionaba. Y su muerte fue muy sentida en el sector laboral», reflexiona el periodista entrerriano, quien percibió entonces la profundización de las diferencias que empezaron a resquebrajar el frente peronista.

Fueron, las de febrero y abril de 1973, dos visitas históricas para la política provincial, un luminoso paréntesis que antecedió a los oscuros años que marcaron la derechización del gobierno peronista, primero, y la irrupción de la sangrienta dictadura después. Hace exactamente medio siglo, Héctor J. Cámpora, el Tío, el delegado, el hombre leal a Perón, llegaba a Paraná encarnando una ilusión popular que no tardaría en desvanecerse.



Fuentes

El Diario de Paraná, febrero-abril de 1973, Archivo General de la Provincia.

El Litoral, febrero de 1973, Hemeroteca Digital, Archivo de la Provincia de Santa Fe.

Abal Medina, Juan Manuel, Conocer a Perón, Buenos Aires, Planeta, 2022.

Bonasso, Miguel, El presidente que no fue, Buenos Aires, Planeta, 1997.

Enz, Daniel, Rebeldes y Ejecutores, Paraná, 1995.

Entrevista con Rubén Sarmiento, Paraná, marzo de 2023.

 
 
 

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