21 de noviembre de 2024

Labores en una plaza plena de sentidos

TEXTO Y FOTOGRAFÍAS FRANCO GIORDA

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En el marco de los trabajos de mantenimiento que la Municipalidad lleva adelante en la plaza Sáenz Peña, ha sido puesta en funcionamiento la fuente del cuerpo escultórico central. Así es que desde hace unos días el agua cae en cascada, luego de varios años de sequía, por la superficie vertical de las paredes ásperas y fuertes del pedestal que concluye en el busto en bronce de Roque Sáenz Peña. Este ex presidente es recordado por impulsar la ley que desde 1916 permitió el voto secreto y obligatorio (solo válido para los varones hasta 1951, momento en que se amplió el mismo derecho a las mujeres) y, por esta razón, da nombre al espacio público.

La insigne obra fue inaugurada en 1937, un año después de que la plaza adquiera su actual traza. El autor es el gran escultor Israel Hoffmann (1896 – 1971). Antes de la cuarentena, el o la paseante podía, no solo apreciar la admirable composición (aunque sin el líquido fluyente), sino también conocer la biografía del artista a través de la lectura del código QR compuesto en la baldosa que se encuentra al pie de la producción y que fuera instalada en 2019 por el Proyecto Trama. Merece la atención que, en dos de los lados del monumento, además de la placa conmemorativa, Don Israel incluyera las inscripciones: «América para la humanidad» y «voto secreto y obligatorio» con claro espíritu de apertura democrática.

 

 

La coordinadora de Arquitectura del Municipio, Lorena Mayor, contó a 170 escalones que la reparación consistió en la colocación de una nueva bomba y la recuperación del circuito hidráulico para que el agua, con funciones ornamentales, vuelva a fluir sobre la piedra. A su vez, indicó que el material del camino diagonal que rodea al monumento será reemplazo dado que el tránsito lo ha desgastado y ha terminado por confundirse con la tierra misma.

Además de lo mencionado, en la plaza se constatan otras labores como la nivelación del terreno con el objetivo de corregir pozos y taludes generados por el uso y el paso del tiempo. La funcionaria indicó que los trabajos se realizan de acuerdo a criterios de preservación ya que el lugar cuenta con la declaración de valor patrimonial. En cuanto a las veredas, explicó que el cerámico original no se consigue más en el mercado y que, por lo tanto, las partes dañadas se rellenarán con cemento hasta tanto se pueda llevar adelante otra intervención integral.

«Estamos trabajando en conjunto entre la Secretaría de Obras Públicas y de Servicios Públicos para llevar adelante tareas de mantenimiento que hacía muchos años que no se realizaban» comentó Mayor y agregó que «las tareas son realizadas por cuadrillas del Municipio».

También se completó el recambio de las luminarias internas y, a su vez, las farolas tradicionales de hierro fundido serán, afirmó la funcionaria, reubicadas en el mismo perímetro de la plaza. Además, están en marcha trabajos de jardinería como una «poda sanitaria» y la siembra de pasto. La arquitecta indicó que los canteros recobrarán su diseño original y que estas labores están a cargo del Vivero Municipal.

A su vez, son restaurados los bancos de madera con estructuras de hierro y la cartelería será reducida y reemplazada con el propósito de disminuir la contaminación visual.

 

 

CAPAS HISTÓRICAS

La plaza Sáenz Peña no siempre tuvo el mismo nombre ni fue el lugar de esparcimiento infantil, reuniones juveniles, actos políticos, encuentros culturales o entrenamiento físico que es en la contemporaneidad. La historia se remonta a 1820 para dar cuenta de este lugar pleno de sentido. Ese año, nada menos que Francisco Ramírez constituyó ahí mismo su cuartel. Al respecto, el notable escritor y periodista Amaro Villanueva publicó el 31 de enero de 1943 en el diario El Litoral de Santa Fe una nota titulada El cuadrilátero del General Ramírez (que se encuentra accesible en el tercer tomo de sus Obras Completas editadas por la Editorial de la Universidad Nacional de Entre Ríos en 2010) en la que describe con gran sensibilidad el espacio y da cuenta de aquel hecho fundante. En su texto, Villanueva expresa: «Circundada de altos y antiguos árboles, por entre cuya doble fila corren los veredones de mosaicos (N del A: esos mismos que en la actualidad no se pueden reemplazar), esta plaza se diferencia en ello de la centralísima Plaza de Mayo y hace recordar, en cambio, las viejas plazas de estilo español, rodeada de naranjales agrios» y agrega «Son hermosos, en verdad, estos árboles de copas abrazadas, que hablan de mucho tiempo, cubriendo los veredones que dan a calle Villaguay. Uno los mira y ya los quiere. Hay que detenerse y contemplarlos».

Aún en este lejano presente, es posible seguir el buen consejo del escritor para poder apreciar el espectáculo vegetal que lleva vigente una pila de años y que ha sido el marco frondoso de las acciones humanas de varias generaciones. Dicho sea de paso, el escritor paranaense Ricardo Zelarayán incluye una referencia a esta plaza en su novela La piel de caballo (1986). El protagonista narra en primera persona un paseo por algunas calles de Buenos Aires luego de estar encarcelado: «La fuerte pendiente arbolada de la calle General Urquiza viniendo desde Garay me conmovió profundamente. Por un momento creí estar cerca de la Plaza Sáenz Peña de Paraná. Caminé como si flotara bajo la sombra de los árboles oscilando entre la calle y la vereda. Y el olor verde fresco, intenso, de esos árboles: paraísos, plátano, ligustros y hasta jacarandáes. Era un delirio paranaense después de más de una semana de comisaría».

Volviendo a Villanueva… En su nota apela a un interlocutor que le cuenta lo siguiente: «este paseo ha tenido otros nombres en el suceder de los años. Primitivamente se la llamó Plaza Nueva. Seguramente tomó ese nombre por ser la primera plaza que se creó después de la Plaza Mayor, como se llamaba a la de Mayo (…). Esta plaza fue fortaleza militar cuando Francisco Ramírez, “el supremo entrerriano”, se independizó de la tutela de Artigas. Y, además, esto es lo de tono trágico, aquí se fusilaba a los reos en los tiempos de la Confederación».

 

 

En relación a este último punto, el periodista Jorge Riani escribió la crónica El patíbulo de la ciudad convertido en placita, publicada en su libro Relicario (2012), donde cuenta de las ejecuciones de mediados del siglo XIX. El último fusilamiento tuvo lugar el 29 de diciembre de 1858. Al macabro espectáculo asistieron más de 500 personas.

Retomando otra vez a Villanueva y a Ramírez, el interlocutor del escritor gualeyo, le cuenta que «En mayo de 1820, al tener noticias de que Artigas había invadido Entre Ríos y se encaminaba hacia Paraná, don Pancho Ramírez ordenó al comandante Romualdo García que levantara trincheras en las calles que rodaban esta plaza. Hecho ese trabajo, se instalaron en la plaza cuatro piezas de artillería volante, a cargo del capitán Francisco Pereyra, completándose la dotación de defensa con unos doscientos soldados de infantería, mandados por el mayor Lucio Mansilla, más tarde general, gobernador de Entre Ríos, cuñado del tirano Rosas y padre del singularísimo escritor, también general, Lucio V. Mansilla».

La nota de Villanueva cierra de este modo: «desde esta plaza – “el cuadrilátero del general Ramírez” – salieron en 1820 las fuerzas cuya oportuna intervención en la batalla de Las Tunas marcó el comienzo de la autonomía política de Entre Ríos».

Riani también señala que «en 1951, el Partido Comunista organizó su cierre de campaña en Paraná, con un acto que contaba con la presencia de Rodolfo Ghioldi, referente nacional del PC. Desde el palco ubicado en la esquina de Villaguay e Yrigoyen, los comunistas se presentaban como una alternativa al justicialismo de Perón-Quijano y al radicalismo de Balbín-Frondizi. En eso estaban cuando los participantes del acto fueron tomados por asalto por un batallón de obreros peronistas, los mismos que construyeron el complejo Escuela Hogar Eva Perón». Como saldo de la escaramuza, Ghioldi recibió un balazo por parte de los atacantes. El proyectil quedó alojado a la altura de uno de sus pulmones. Los médicos no pudieron extraer la bala pero el dirigente sobrevivió.

A mediados de los 90 del siglo XX se sumó, sobre calle Villaguay, el busto del ex presidente Arturo Illia y se construyó, sobre el ángulo de Irigoyen y Carbó, el Monumento a la Memoria. Este último, autoría de la artista Amanda Mayor, recuerda a los secuestrados y asesinados por la dictadura cívico militar que tuvo lugar entre 1976 y 1983. Justamente, este es el punto referencia para el inicio de las marchas que cada 24 de marzo que proclaman «Memoria, Verdad y Justicia» por los desaparecidos. Este mismo sitio, es el lugar elegido por los estudiantes secundarios y los organismos de derechos humanos para recordar la Noche de los Lápices, hecho que refiere al secuestro por parte del Estado de un grupo de adolescentes que reclamaban por el boleto secundario el 16 de septiembre de 1976.

 

 

Otro sucedido en el transcurrir social de la plaza es la polémica desatada luego de la colocación, en 2011, de un monolito en referencia a la Biblia. A los pocos días del acto inaugural, el bloque apareció manchado con pintura y con esténciles que reclamaban «basta de símbolos religiosos en espacios públicos». Los acontecimientos generaron la cobertura de todos los medios y su correspondiente discusión.

Además de lo dicho, ya es costumbre que la plaza sea un escenario a cielo abierto de teatro y espectáculos callejeros. Entre otras intervenciones artísticas, todos los años tienen lugar, por ejemplo, el festival Corriendo la coneja o el ciclo Gato con valija. Por el momento, desde que comenzó la reclusión preventiva debido al coronavirus, este tipo de encuentros están suspendidos. En el futuro se conocerá cómo se retomarán las variadas actividades que mujeres y varones suelen desarrollar en este ámbito.

Queda de manifiesto que en esta plaza se sintetizan capas de sentido que expresan un vigoroso caudal histórico, contradicciones políticas, creatividad artística, luchas por los derechos humanos y una activa vida social que mantiene su vigencia desde hace dos siglos. Pues bien, es noticia que en este lugar ha vuelto a correr el agua de su fuente.

 

 

 

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Comentarios (2)
  1. Laura Teresita Butta dice:

    Hermosa nota. Excelente investigación. Felicitaciones y gracias.

  2. walter dice:

    Hola, queria aportar de que la fecha en que se impulso la ley del voto fue el 10 de febrero de 1912.
    Por otra parte quería saber en que año se realizó la plaza. Gracias.

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