TEXTO FRANCO GIORDA
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«Estoy contento con el “hazlo tú mismo”» dice Lautaro Morán, en referencia al criterio asumido de arreglárselas por sí mismo para vivir y hacer música. Su fuerte apego a este principio lo ha llevado a armar una monobanda en la que toca la guitarra, el bombo, el redoblante y, además, canta. Todo al mismo tiempo. Una suerte de hombre orquesta que, por sí solo, compone, graba, sale de gira, hace las ilustraciones de las tapas de los discos y comercializa sus producciones.
Su propuesta, ya consolidada en la escena rockera local, se llama La Carroña, rock basura. La misma ha tenido distintas etapas. Empezó hace más una década como un trío compuesto por distintas formaciones de las que participaron, entre otros, Octavio Miretti, Estaban Marichal y Andrés Piedrabuena.
El formato de monobanda surgió durante el período de aislamiento de la pandemia del Covid 19 y, desde ese momento, lo mantiene tanto al momento de presentarse en vivo como de grabar. Su última producción discográfica, Dirty ass, fue registrada de manera analógica en un portaestudio a cassette. En total, tiene cinco álbumes que se pueden escuchar en Youtube o en Bandcamp. Como formación de tres músicos tiene editado el larga duración La Carroña (2017) y los EP Réquiem (2016) y La Carroña – EP (2016); y como monobanda el mencionado Dirty ass (2022) y el EP Sangre Bastarda (2021).
Consultado sobre cómo caracterizaría su obra, Lautaro dice que «para mí, lo que hago es punk. Antes como trío y ahora como one man band. No es punk rock, básico y neto, sino que he intentado una búsqueda que pueda juntar el punk, que es una de las cosas que más me gustan, con otros estilos que también me gustan».
Lo que sigue es el intercambio mantenido con Lautaro sobre sus ideas y experiencias en torno a la música.
¿Qué quiere decir «rock basura»?
La denominación de «rock basura» es algo que inventé para referirme al rock que no califica o que no es muy popular. Por otro lado, es una referencia a lo que se dice; las letras siempre estuvieron cargadas de cierta mala onda para soltar la carga, para sacar la basura.
¿Cómo fue el pasaje de un trío a una monobanda?
Estoy tocando solo desde que empezó la pandemia. Llegué a esa decisión porque habíamos dejado de tocar, no nos veíamos para nada y seguí componiendo canciones. Me gusta escribir, hacer mis cosas y conocí el monobandismo por un loco de Buenos Aires, que se llama Trash Colapso. En fin, empecé a preparar mis canciones como monobanda, después grabé el EP Sangre bastarda y me di cuenta que sonaba bien, que me gustaba ese minimalismo y que podía lograr lo que quería con lo que yo toco. Además, la producción de mi propia música y definir el sonido y la estética, me gusta. Al estar solo, todo eso es más cómodo, es más simple, más llevadero. Por eso, decidí terminar solo y tocar así. Me terminó de volar la cabeza conocer monobandas de otros países. Es muy buena la data que hay, hay muchos estilos, mucha información, muchas maneras de tocar. Hay cosas re locas.
Hace unos meses te fuiste de gira, ¿cómo te fue?
Me fui de gira a Buenos Aires a presentar The dirty ass, el último disco que saqué. Estuvo muy bueno porque estuve una semana y pico allá y toqué en Merlo, Polvorines y Capital. Compartí con diferentes bandas de distintos palos. Casi todo muy bueno. Vi altos músicos. Pegué onda con gente muy copada. Es un flash andar de gira. Nos fuimos con un amigo que me hizo el aguante para cargar las cosas. Me gustó andar en tren, en cole, en subte, cargando cosas y estar rodeado de la gente que vive la ciudad y no simplemente de músicos a la hora de tocar. Yo nunca viví en otro lado y estar una semana y pico en Buenos Aires para mí fue un montón. La vida es otra cosa. Me traigo un poco de inspiración, stress, alegría y locura de Buenos Aires. Me hice nuevos amigos que están en la lejanía pero que son amigos al fin. Me salieron más oportunidades para volver a tocar así que en septiembre me voy de nuevo y capaz que antes de fin de año vaya otra vez más.
¿Cómo es tu proceso compositivo?
Con respecto al proceso de composición no hay leyes. Escribo lo que se me ocurre cuando tengo ganas, lo guardo, y después hago música y se la pongo. A veces, al revés, primero hago la música y después le escribo una letra. O simplemente, me siento a tocar en mi sala y voy armando cosas. No tengo una fórmula, sino que dejo que todo salga. A las canciones las hago todo el tiempo; a veces, no hago nada; a veces, hago de a cuotas, de a poquito. Se va haciendo solo. A veces paso tres días sin tocar y después me siento en la batería con la guitarra y sale todo.
¿Qué cuestiones o qué temas te inspiran para crear?
Básicamente, lo que me inspira son mis experiencias personales y las de otras personas que me afectan, me sensibilizan o me tocan. Me gustan las historias descriptivas e inventar personajes. A veces, los personajes existen. A veces, el personaje soy yo. Mis letras cuentan historias y describen situaciones. Todo el tiempo escucho diferentes músicas como parte de la inspiración. Tal vez, no la música nueva que está de moda. Estoy out de todo lo que está sonando ahora. No sé nada. No sé quién está de moda. Voy conociendo bandas nuevas por mi cuenta. Por lo general, escucho cosas viejas. También me influye lo que leo. Eso me dibuja muchas cosas en la cabeza. Ahora estoy armando algo para lo que invité a un par de músicos y para explicarles lo que quiero hacer les digo que de lo que se trata es de hacer imágenes sonoras. Ando en ese mambo.
¿Cómo es la recepción del público ante la propuesta de la monobanda?
Por suerte, es re copada. El formato llama la atención. Modestia aparte, creo que toco, dentro de todo, bien y que hago algo interesante así que estoy conforme. Ahora hice unas ediciones físicas de los últimos discos. Así que tengo CDs, cassettes. Me estoy armando una pequeña feria con mis producciones. Ahí vamos, de a poquito. Contento con el “hazlo tú mismo”.
¿Cómo ves la actualidad de la escena del rock en Paraná?
Creo que es una escena grande pero que no crece. Paraná siempre será Paraná, nada más.
¿Cuáles son los próximos pasos de La Carroña?
Seguir ensayando y grabando en mi estudio. Estoy armando unas cosas nuevas ahí que en algún momento verán la luz; tal vez antes de fin de año. Ahora tengo fechas en agosto, septiembre, octubre y noviembre. Tengo unos viajes a Buenos Aires. Esos son los pasos de la Carroña: seguir haciendo música, grabar y viajar.
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