El autor anónimo de la leyenda «Lo estamos filmando» junto una cara sonriente de trazo infantil dejó plasmado un mensaje cargado de ironía que responde a la consigna naturalizada «sonría, lo estamos filmando». El grafitero resignifica el enunciado y lo vuelve una denuncia contra el Gran Hermano que ha sido incorporado en las actuales sociedades del control. Pareciera que ante los sistemas panópticos consolidados, las pintadas callejeras siguen siendo brechas por donde se cuelan algunos discursos críticos.
Esta «Mano alzada» puede verse sobre un paredón de avenida Ramírez cuando se transita de sur a norte dado que la superficie utilizada es perpendicular a la circulación de los autos.