Un mensajero urbano dejó su marca de rebeldía sobre el chapón de un edificio en construcción en calle Pascual Palma, entre Alem y Gualeguaychú. El caminante que por allí pasa divisa fácilmente el texto dada su ubicación a la altura promedio de los ojos y el contraste pregnante entre el color de la superficie y el del fibrón. Esta expresión a mano alzada se conjuga con la multiplicidad de manifestaciones que se plasman sobre la ciudad en el marco de un complejo escrito colectivo y en permanente elaboración y cambio.