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Alguien advierte sobre el desastre ambiental en marcha al escribir «En peligro» al pie de la fuente, ubicada en la Bajada de Izaguirre (también conocida como la Cuesta del Rowing), cuyo centro es dominado por la icónica estatua de un yacaré. Con creatividad y compromiso ambiental el autor o la autora de la frase entabla un diálogo con esta referencia escultórica característica de la ciudad para denunciar el riesgo cierto en el que se encuentra la sobrevivencia de las especies sobre la tierra. En correspondencia con lo que sucede con buena parte del río y el humedal, la fuente está seca. En algún momento tuvo agua y plantas acuáticas que recreaban el entorno natural donde se desarrolla la vida tanto del reptil como de la rica flora y fauna de esta región.
Si bien la pintada ya tiene su tiempo de existencia, en el presente contexto en el que Corrientes se encuentra bajo fuego, su dramático significado se actualiza de un modo estremecedor. Las imágenes de los yacarés incinerados o huyendo de las llamas que han afectado, hasta el momento, más de 800.000 hectáreas en la provincia del centro de la Mesopotamia han impactado profundamente a la sociedad civil que se ha movilizado de diferentes modos para intentar frenar o atenuar la catástrofe.
Visto en retrospectiva, el mensaje, como tantos otros, es un aviso que no ha sido oído. ¿Qué más se necesitará para cambiar el sistema que lleva al descalabro del ambiente y sus consecuencias fatales?
