TEXTO Y FOTOGRAFÍAS PABLO RUSSO
Un sitio de memoria puede erigirse en un edificio de una gran urbe, pero también al borde del monte nativo en el norte argentino. Por la Ruta 11, pocos kilómetros después de Resistencia (camino hacia Formosa), se encuentra el memorial que recuerda la Masacre de Margarita Belén, perpetrada por la última dictadura cívico militar el 13 de diciembre de 1976.
Pasando el puesto caminero de la policía chaqueña está ubicado el monumento, construido en 1997, obra del escultor chaqueño Luis Díaz Córdoba. Entre el puesto policial y el memorial, cerca de la primera cruz de quebracho colocada en 1983, se sitúan los pilares de Memoria, Verdad y Justicia, marcas que permiten reconocer los lugares vinculados al accionar del terrorismo de Estado en el país. Tienen forma triangular, compuestos de hormigón armado, de siete metros de alto. «Aquí se perpetró la masacre de Margarita Belén», dice en la base.
El nombre de la masacre se lo da el poblado cercano de Margarita Belén, cabecera del departamento Primero de Mayo en la provincia del Chaco. Se encuentra a 21 kilómetros al norte de la capital. Sus primeros pobladores fueron italianos provenientes de Trento así como alemanes y franceses que se afincaron a partir 1890. Se la considera cuna del cooperativismo agrícola de la Argentina. A la vera de esa ruta fueron ejecutados un grupo de militante populares, como corolario a la desaparición forzada y tortura realizada en un operativo conjunto del Ejército Argentino y la Policía del Chaco durante la noche del 12 al 13 de diciembre de 1976.
En ese pasado reciente, el ametrallamiento se disfrazó de un tiroteo fortuito e intento de fuga de los prisioneros. El caso fue uno de los más de setecientos tomados en cuenta en el Juicio a las Juntas, en 1985, y por eso se condenó a los miembros de la Junta Militar del Proceso de Reorganización Nacional, Jorge Videla, Emilio Massera y Orlando Agosti. Más tarde, en 1990, serían indultados por el entonces presidente Carlos Saúl Menem, aunque los indultos eventualmente fueron revocados por una corte federal el 24 de agosto de 2007.
El memorial, por su parte, consta de una obra y un sector de cartelería ilustrativa, con la síntesis de lo ocurrido y la biografía de las personas fusiladas. Entre esos militantes, trabajadores y estudiantes, tres eran entrerrianos: Reynald Zapata Soñez, de 35 años; Raúl María Caire, de 27; y Fernando Gabriel Piérola, de 24. Sus nombres y fotografías reciben a quienes se detienen en el lugar, altamente concurrido cada 13 de diciembre.
Los fusilados están representados en distintas poses y situaciones al momento de la ejecución. Hombres y mujeres con la vista tapada y encadenados. La obra se llama Mártires de Margarita Belén. Algunas placas acompañan la base, así como baldosas por la memoria fijadas en la tierra. Uno de esos señalamientos recuerda que fue Néstor Kirchner el primer presidente en homenajear a esas víctimas. La obra de Díaz Córdoba que recrea el momento del fusilamiento con alto impacto expresivo sufrió destrozos al poco tiempo de su inauguración, pero fue reparada. Con los años, se creó el Parque de la Memoria que comenzó con la restauración de las figuras sobre la plataforma, en marzo de 2020.
En cuanto a la cruz histórica de quebracho, está fue emplazada en 1983, poco antes de que asuma Ricardo Alfonsín como presidente. En diciembre de ese año, en Resistencia, comenzaron a organizarse los primeros actos conmemorativos públicos de la masacre. Con la visita de Madres de Plaza de Mayo y del Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel se concretó esa actividad de indicación del espacio. Esa cruz de madera es el primer hito de una larga lucha por Memoria, Verdad y Justicia que continúa a la fecha.
Los hechos y la justicia
El domingo 12 de diciembre de 1976, siete militantes de las Juventudes Peronistas detenidos e incomunicados en la Unidad Penitenciaria 7 de la ciudad de Resistencia fueron retirados de sus celdas con el pretexto de su traslado a la cárcel de máxima seguridad de Formosa. Fueron cargados en transportes militares a la alcaidía de Resistencia, donde los torturaron antes de ser aislados en celdas individuales. Pocos días antes, otros detenidos habían llegado a la Brigada de Investigaciones de Resistencia y luego a la alcaldía, trasladados desde otras cárceles de la provincia de Misiones, a los que también se sometió a torturas y aislamiento.
En 1985 los sucesos de Margarita Belén se incluyeron como caso 678 en la causa 13 abierta contra la junta militar. La Cámara Federal de Buenos Aires halló responsable de homicidio agravado por alevosía a Jorge Rafael Videla, y sentenció que la versión oficial carecía de verosimilitud, indicando que los detenidos «fueron muertos por las fuerzas encargadas de su traslado y no por elementos subversivos como oficialmente se anunciara». Las Cámaras Federales de Rosario y Paraná habían citado a declarar por la misma causa a Cristino Nicolaides, a Leopoldo Fortunato Galtieri y al jefe de la policía santafesina, Wenceslao Ceniquel, todos ellos culpables para la justicia.
El 16 de mayo de 2011, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de la ciudad de Resistencia dio lectura al fallo referido a los autores materiales de la masacre. La sentencia declara probado que el 12 de diciembre de 1976 trece detenidos (todos varones) fueron trasladados en camión a un paraje cerca de la localidad de Margarita Belén y muertos a tiros. No se trató de un intento de fuga sino de un plan premeditado para matarlos y que también fueron muertas allí dos personas que mantenían detenidas, esto a los fines de escenificar un intento de rescate. En relación con cuatro de las víctimas incluidas en el traslado la sentencia consideró que no estaban probados los homicidios imputados, aunque sí la privación ilegítima de la libertad.
Fueron condenados a prisión perpetua por once homicidios agravados por alevosía y por el número de participantes en concurso real con privación ilegítima de la libertad agravada y por cuatro privaciones ilegítimas de la libertad: Athos Renés, Ernesto Simoni, Aldo Martínez Segón, Jorge Carnero Sabol, Ricardo Reyes, Germán Riquelme, Horacio Losito (quien ya había sido condenado a 25 años en la causa por el ex Regimiento de Infantería 9, en Corrientes) y Luis Alberto Patetta (también condenado a 25 años, pero en la causa Caballero que investigó la represión ilegal en el Departamento de Policía de Chaco). La sentencia absolvió a Luis Alfredo Chas, un policía de tránsito que iba en el vehículo que, asignado a la custodia de los vehículos militares, transitaba por la ruta varios cientos de metros delante de los mismos.
Algunos de los cuerpos fusilados fueron identificados en los últimos años, encontrados como NN en los cementerios de la región. Otros siguen sin aparecer. Sus familiares continúan incansables en la búsqueda. Además del memorial, existe un mural en el Aula Magna de la Universidad del Nordeste (UNNE), en homenaje a las víctimas, realizado por la artista paranaense Amanda Mayor, madre de Fernando Piérola.
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Hola. Encontré esta crónica en la edición de marzo del periódico barrial Todo Paternal de la ciudad de Buenos Aires. Fue una sorpresa muy grande por el tema de la nota y sobre todo porque fui testigo de la Masacre de Margarita Belén. Compartía entonces pabellón en la cárcel de Resistencia con dos de los fusilados en el hecho: Néstor Sala y Manuel Parodi Ocampo. Tengo fresco en mi memoria el momento que los sacan de sus celdas y el “flaco” Sala nos pide que no resistamos para evitar más víctimas, y nos pide que siempre les digamos a sus hijos que murió peleando por la Patria. Después supimos lo que había pasado, la brutal tortura en la alcaidía y el fusilamiento en Margarita Belén. En el Juicio a las Juntas declaramos con otros compañeros ante la fiscalia de Strasera. Escribo esto para agradecer a Pablo Russo y a @170escalones por este acto de reivindicación de la memoria, y para testimoniar que los compañeros y compañeras fusilados en Margarita Belén están Presentes.