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Al final del camino que lleva hacia Villa Urquiza, en Entre Ríos, la pendiente de asfalto conduce hasta el muelle luego de atravesar el pueblo costero del río Paraná. Ya no amarran los grandes buques en ese antiguo atracadero que hoy es destino turístico, pero allí queda como testimonio del trabajo portuario el Monumento al Estibador. Según indica una placa, se trata de una obra póstuma de Manuel E. Gericke, iniciada en 1981 y finalizada en 1982, año en que fue colocado por la Sub Comisión de Cultura de la Junta de Gobierno.
En la rotonda entre el camping y la playa, este obrero sobre una base de madera hombrea bolsas con sus pantalones arremangados, una pierna apoyada en otros envases de cereales, el torso desnudo, su brazo izquierdo jarra, una tela que le cubre la cabeza y los hombros, y la mirada seria en dirección al curso de agua.
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