TEXTO PABLO RUSSO
FOTOGRAFÍAS UCDAV
La muestra Unas casas de azulísimas ventanas, a cargo de Floriana Lazzaneo y Karen Spahn, presenta un acercamiento y exploración de archivos familiares, a partir de la técnica de cianotipias. Un video ensayo con textos de Walter Musich y Lu Scutella completan la propuesta. Será el jueves 17 de marzo a partir de las 20 en el Centro Experimental de Fotografías de Entre Ríos (CEFER), que funciona en el segundo piso de la Casa de la Cultura (9 de Julio y Carbó).
Lazzaneo y Spahn vienen trabajando en este proceso de investigación desde hace más de un año. Ellas son amigas desde sus infancias y la vida las siguió uniendo en las distintas disciplinas que encararon: Karen es artista visual y Floriana es fotógrafa y realizadora audiovisual. «Siempre compartimos cosas que nos interesan y nos inquietan. Es así como surge este proyecto, hacía mucho tiempo que teníamos ganas de experimentar con una técnica que se llama “cianotipia”, en paralelo, a las dos nos movilizó la muerte de nuestras abuelas -de manera casi sincrónica- y sus casas (y objetos). Empezamos a revisar cajones y de una manera un poco intuitiva nos quedamos con las fotos y objetos que nos llamaban la atención de esas casas y empezamos a imprimirlas con esta técnica», le contó Floriana a 170 Escalones.
La técnica de cianotipia es parte de la antigua impresión fotográfica que hoy se hace con fines artísticos. «Se usaba para planos, consiste en pintar con una emulsión de químicos un papel, sobre ese papel se le pone un negativo fotográfico y el resultado es una foto en el papel una vez expuesto al sol, impresa en tonos azules y blancos. Es monocromo», explicó la fotógrafa.
Los pasos previos fueron juntarse a seleccionar fotos y otros objetos (como planos y un estudio del corazón), «elementos que nos parecían importantes poder mostrar o que intuitivamente teníamos ganas porque nos gustaba cierta situación de la foto», indicó Lazzaneo. Escanearon, crearon negativos digitales y los imprimieron sobre un papel transparente que colocaron sobre el papel emulsionado con químicos y expusieron al sol. Este procedimiento lo realizaron en la casa de Floriana, que tiene terraza (y, por lo tanto, acceso al sol). Durante varios meses fueron realizando pruebas. «No es lo mismo exponerlo cuando está un poco nublado que cuando hay sol radiante, ni en verano o en invierno. Pasamos por muchas estaciones en el proceso. Las que hicimos ahora a lo último salieron diferentes a las que hicimos en invierno», compartió Floriana.
Lo que la gente se va a encontrar en la muestra son dos instancias: una, las fotografías y objetos personales sobre esta técnica, y, otra, donde hay una video instalación en la que se representa el proceso de desembalar cosas, parte de la investigación. «Hay algo de la ausencia y del paso del tiempo que nos gustaba intentar plasmar», señaló Floriana.
«¿Qué hicieron tantas cosas mientras estas casas estuvieron cerradas, además de envejecer? ¿Extendieron los juegos y diálogos a los que acostumbraban por las noches, a un tiempo distendido, o simplemente esperaron? ¿Cuál habrá sido su sorpresa cuando la llave volvió a sonar en el cerrojo? Y las personas de las fotos y cuadros, ¿abandonaron en alguna ocasión la rigidez de sus poses y miraron hacia otro lado, quizás a aquel pueblo o a aquel viaje?, ¿se habrán desvestido?, ¿habrán llorado el olvido y esa es, entonces, la humedad que se respira al volver?», introduce Floriana en un texto a modo de invitación.
«Vengo pensando mucho en relación a estas cosas y qué sucede en los procesos artísticos de una manera más inconsciente. Siento mucha felicidad por poder concretar algo en el marco de una muestra impulsado por un centro experimental de fotografía. La deriva de poder mostrar nos impulsó a seguir investigando, esto no es un final de obra sino un work in progress. Tenemos intención de seguir investigando en la técnica con otros objetos y dimensiones, pedir fondos, porque es muy costosa (los papeles son caros, los químicos, es prueba y error)», anticipó. «Creo firmemente que hoy el laburo artístico va más allá de estar encerrada en un atelier o frente a una computadora editando solita. Es investigar con archivos familiares, desde disciplinas diferentes y entre amigues», concluyó.