Una librería con calidez humana

TEXTO Y FOTOGRAFÍAS FRANCO GIORDA

 

 

«Vaporeso» es un punto de encuentro para la comunidad lectora y melómana de Paraná. En esta librería se cultiva la charla, se aprende, se fraterniza y se descubren mundos. En sus más de diez años de existencia se ha constituido como una suerte de enclave cultural donde arriban curiosos, poetas, estudiantes, vagabundos, artistas, periodistas, docentes o cualquiera que sin portar etiqueta alguna se sienta llamado por los libros y los discos.  

En 2011 arrancó como una librería ambulante y algunos años después, logró instalarse en un garaje de la calle Feliciano al 484. Más tarde se mudó frente a la histórica Feria, en calle Nogoyá 310. Finalmente, desde hace unos días, cuenta con un nuevo local pegadito a donde estuvo funcionando hasta ahora.

A la inauguración de este espacio concurrió mucha gente. Se trató de un hecho que puso de manifiesto el reconocimiento y el cariño que ha despertado este proyecto librero en la ciudad. Los asistentes fueron tantos que no cupieron en la flamante sede y se tuvieron que repartir entre el adentro y la vereda.

 

 

La noche estuvo amenizada con cerveza tirada y sandwichitos. El ánimo general era festivo. Había alegría en los rostros. Los asiduos de Vaporeso y los allegados a Joaquín Díaz, el propietario de este almacén de libros, expresaban en las charlas el entusiasmo generado por el crecimiento, la belleza y el valor de este emprendimiento, más aún considerando el actual marco político muy desfavorable para la cultura en general.

En este marco, Joaquín recibió vivas demostraciones de afecto y de buenos deseos. En su discurso, cargado de emotividad, destacó la amistad y la calidez humana que permiten los libros. Resaltó a la conversación como la esencia de este reducto de la literatura, las humanidades y las ciencias sociales. También habló Imanol Hammurabi Rodríguez Mac Lean, trabajador de la librería, y contó sobre su vínculo afectivo con el lugar. En sus palabras mencionó a Fernando Callero, gran poeta entrerriano fallecido en 2020, que inspiró, de alguna manera, el espíritu que derivó en Vaporeso. Ahora, el anaquel dedicado a la poesía lleva su nombre.

 

 

En la presentación también hubo música en vivo y se anunció la apertura, allí mismo, de un café. De este modo, la ciudad contará con un nuevo ámbito para las buenas artes de beber café, charlar, escuchar música y leer.

 

 

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