TEXTO Y FOTOGRAFÍAS PABLO RUSSO
La Tribu del Salto se reactiva. Y lo hace ante un hecho externo que vuelve a convocarles y movilizarles después del letargo pandémico: las obras provinciales en la pista de atletismo del Parque Berduc que generan posibles modificaciones del espacio recuperado y saneado desde hace más de once años. Para compartir la preocupación con el resto de la ciudadanía sin plantearla como un conflicto ni una confrontación, invitan al Verdurazo, una feria agroecológica con productores locales que se desplegará en la vereda de Nogoyá 535 el domingo 2 de octubre desde las 10 de la mañana.
De esa feria participarán, entre otros, la cooperativa El Espinal, huertas urbanas de varios puntos de Paraná -desde Bajada hasta Los Berros-, la Tribu del Salto, huevos Desde Adentro, huevos El Quebracho y productores de quesos. La propuesta es plantear una feria de alimentos sanos, libres de químicos, pero además habrá un espacio para infancias, música en vivo, talleres, un recorrido por la huerta anfitriona, otro por el arroyo, un espacio de intercambio de semillas y una asamblea con círculo de la palabra para tratar la situación en relación a la obra y el parque.
Entre los objetivos, le contó Juan Diego Martínez a 170 Escalones, está «seguir habitando el lugar, apostando al proceso de recuperación del arroyo y de su barranca, en un contexto en que se está fuertemente interviniendo porque la pista del Berduc genera mucho movimiento y desmonte de una parte de ella para hacer un talud con los escombros y la tierra que se fue sacando de la tribuna». Por otro lado, agregó, desde la Tribu siempre se han organizado ferias y festivales, y la idea es que vuelvan a ocurrir. También que las personas que se acerquen puedan conocer la historia y el proyecto de esta organización, así como lo que está haciendo el gobierno con la obra.
Desde la Tribu, aclaran, no se oponen a las obras de reestructuración del Parque Berduc, aunque si piden que estas no atenten contra la naturaleza.
La Tribu
Desde hace 11 años un grupo de vecinos, vecinas y personas autoconvocadas se juntaron a limpiar el arroyo La Santiagueña, allí donde este pega un salto en calle Nogoyá. De a poco fueron recuperando la zona. Lograron que se deje de tirar basura, acto que realizaban incluso los camiones municipales. «Uno va a la Tribu y es el único pedazo de arroyo de Paraná de los 16 que hay donde se encuentra la vegetación y se puede hacer un recorrido, el arroyo no está entubado. Es el botón de muestra de lo que podría ser Paraná si tuviésemos conciencia de las vertientes y los cursos de agua que recorren la ciudad», sostuvo Juan Diego. «Este es el que nos queda y está en peligro. La preservación y conservación sabemos que no va a venir de parte de las autoridades políticas, sino que depende de las personas que han estado trabajando estos años ahí y de la sociedad civil, para que se pida que ese lugar sea conservado. Ese es un objetivo fundamental», fundamentó.
En el espacio se siguen desarrollando las prácticas abiertas de huerta comunitaria, los miércoles y viernes a la siesta. Además, se mantiene la articulación con diferentes instituciones educativas, secundarias y universitarias. «Ahora estamos de vuelta», anunciaron después de deshabitar el lugar durante la pandemia. Son una docena de persona que moviliza activamente e invitan a que quien tiene ganas de arrimarse a la huerta y al arroyo se sume. Desde la organización social sienten la necesidad de que estos espacios existan y se multipliquen.
Área Natural Protegida
Actualmente, para redoblar la apuesta en la vinculación con la naturaleza, la Tribu impulsa la declaración de Área Natural Protegida para ese sector de la ciudad, pero para que esto ocurra tiene que existir un plan de manejo. Los terrenos pertenecen al Consejo General de Educación, así que es el CGE quien tiene que pedir ese plan, explican desde la Tribu. «Una vez que esté eso, se puede llegar a esa declaración que nos permitiría ya no que la autogestión de los vecinos y vecinas se encargue del cuidado y la preservación del espacio, sino que sea el propio Estado, y que se puedan reflotar los proyectos educativos que se han ido presentando», indicó Martínez. Entre esos proyectos educativos está el Aula Verde y los talleres y huertas. «Esta podría ser una excelente oportunidad para que el CGE aproveche el espacio al aire libre donde la educación no necesariamente pase por el aula, sino también por un espacio abierto. Que sea un bien común de la ciudadanía», cerró.