TEXTO PABLO RUSSO
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La docente, investigadora, curadora de arte y activista feminista Kekena Corvalán brindará una charla virtual sobre museo y géneros, en el marco de la propuesta Museo Próximo. Arte y cultura de cercanía, del Museo Provincial de Bellas Artes Pedro E. Martínez. Será este jueves 14 de mayo a las 19:30 a través del canal de Youtube del MPBA.
En Volver a temblar. Museo y géneros, título de la disertación, Kekena abordará la gestión de museos desde la perspectiva de género. «La reflexión de género en las historias del arte, las museografías, las curadurías y las prácticas artísticas son una posibilidad de pensarnos y sentirnos comunidad viva, que ahora, más que nunca, se interroga y diseña entre y para todes», presenta la co directora del sitio Leedor.com.
En este caso, se permitirá la interacción y el diálogo del público con la conferencista. Museo Próximo. Arte y cultura de cercanía es una experiencia exploratoria colectiva con la que el Museo Provincial de Bellas Artes se propone sostener y recrear los espacios de encuentro entre la institución y la comunidad en el contexto de aislamiento social, según informa la institución dependiente de la Secretaría de Cultura de la provincia. 170 Escalones conversó con la profesora de Arte Latinoamericano y Teoría Cultural de la Universidad del Museo Social Argentino sobre la temática de la reunión.
¿Cuál será el eje del encuentro?
La charla va a tener que ver con lo que pasa fundamentalmente en la Argentina, porque también me interesa expresar que acá hacemos una apropiación del transfeminismo y de todas las discusiones de género situada, es decir, localizada en relación a problemáticas que nos atraviesan. Más allá de que es una problemática universal, sin dudas. Tiene que ver con cuál es nuestra situación en los museos.
Ahí entra el tema de la visibilidad patrimonial…
No solo es el tema de la visibilidad que, en general, en los patrimonios, según la experiencia que yo vengo recorriendo de museos, ronda el 25%. No solamente es la cuestión de adquisición de un patrimonio de obras de artistas mujeres, sino que también es un acceso real de las artistas mujeres. Y acá tengo que abrir el término, algo que vengo haciendo desde 2018: hay que decir mujeres, lesbianas, travestis, trans, no binaries, género fluido, a-género, bisexuales; es decir, abrir un poco esta categoría de mujer a todas estas otras sensibilidades que no tienen presencia ni como productores de obras ni como temáticas a discutir en los museos.
El tema es el acceso real a la riqueza y a la posibilidad de trabajar, porque en los últimos años nos han conformado con la cuestión del cupo, y también es una trampa. Florecen lugares tradicionalmente sostenidos desde miradas patriarcales e incluso llevados adelante con un desprecio por toda la cuestiones de género, en los que ahora se muestran artistas mujeres porque está de moda. Hay un feminismo exprés, transgénico, importado, en el que hay que seguir la moda porque es políticamente correcto y atrae gente a los museos. Hay una cuestión de fondo que tiene que ver con la minimización, con el desprecio, con el odio, el trans-odio, la trans-fobia, el lesbo-odio a otras cuerpas, a otras maneras de pensar. Vengo hace diez años haciendo muestras de artistas mujeres, empecé en el MALBA en 2009 con un taller y esta cuestión la he sostenido y la vengo viendo. Al principio éramos marcianes totales y ahora es como que es lo correcto estar en cuestiones de género. Pero voy a hablar de algo que va más allá de los géneros, que tiene que ver con los territorios y los cuerpos en el museo.
Pensamos entonces en museo y géneros, pero eso no agota la cuestión.
Hice la primera muestra exposición en un museo nacional del patrimonio de artistas mujeres, Sala Propia, en 2018, que no se ha replicado hasta ahora. Después de eso, a los tres meses hicimos Rafaela y sus amigas, que se replicó en el Museo Municipal de Rafaela, y ahora está esto de Paraná (Mujeres en la colección patrimonial) de lo cual también voy a hablar, pero quiero ir más allá de esta cuestión de la muestra. No agotan la cuestión, que es a lo que quiero ir: como los cuerpos, los deseos, las otras posibilidades de existencia, otras afectividades y sensibilidades entran al museo, que es un espacio constructor de ciudadanías (en plural, porque no hay una sola manera de habitar las ciudades y los Estados).
En cuanto a tus adscripciones, una de ellas es en la publicación digital Leedor ¿de qué se trata?
Co cordino, co dirigo Leedor. Más que nada soy como curadora y miradora de ese espacio. Es una revista digital de 21 años, está on line desde 1999. Ahí hemos podido decir un montón de cosas que no se podían decir en otro lado. Desde 2006 para acá es un archivo, porque la primera parte está guardada, no publicada por cuestiones de espacio, pero es un archivo increíble sobre un montón de cosas que han pasado y que no están en otro lado. Dentro de ese repositorio, el tema de género siempre está presente.
¿y Para Todes Tode?
Para Todes Tode es una muestra de artistas mujeres federal, donde no solamente está la cuestión de los géneros sino la geográfica, la geopolítica, lo territorial. Con este proyecto hemos concretado una grupa transfeminista federal que se llama Cama redonda. Le íbamos a poner mesa pero las mesas parecen muebles que pertenecen a otras maneras de gestionar las disputas políticas más ligadas a las mesas de varones, como la mesa de enlace de la CGT. Le pusimos «cama», que refleja esta cuestión de estar juntas, abrazarnos, cuidarnos, sostener la escala intima al mismo tiempo que la escala regional, local y global de lucha. Cama redonda se amplió y se hizo Cama grande. En este momento estamos bancando una campaña que se llama Contagiamos imágenes. Aparte de eso he participado en muchísimas iniciativas y grupas de acción como Panel de octubre, Escuela de maestras, con lo cual vengo luchando y peleando el campo del arte.
¿Cómo está el panorama en las distintas provincias en relación a esta militancia artística federal?
Hay mucha presencia, fuerza, cosas que están pasando hermosas, y todas las provincias están respondiendo. Esto es artivismo, las prácticas artistas están floreciendo. Hay provincias más pobres donde se nota también que no hay instituciones que sostienen, son muy pocas las provincias que tienen museos de bellas artes, que también «bellas artes» es un problema para nosotres. Hay muy pocos museos de arte contemporáneos en el país y están ligados a las grandes ciudades que manejan mercado y que manejan otros permisos y legitimaciones. Cama redonda/cama grande, como la movida de museos por visibilizar, son esos intentos de empezar a romper estas lógicas. De eso vamos a charlar el jueves extensamente.
Dentro de lo que se consideran ramas artísticas, en este arte y activismo transfeminista, ¿cuál de ellas es la más explorada y utilizada para comunicar y expresar?
Creo que hoy hay una indisciplina generalizada. Ni siquiera trans disciplina, es decir, hay una falta de respeto. Se busca potenciar creativamente saltando los límites y los bordes. Lo performativo en general, lo que significa poner el cuerpo, entre artes visuales y artes vivas, el video, lo gráfico, que es rápido de resolver y tiene que ver con este artivismo de cercanía, de salir a la calle, ir a comprar y generar algo. Quedarse mirando, pegar un papel, decir una palabra, cantar. Tiene más que ver con estas cosas que hoy cuestionan el objeto artístico tan ligado a las bellas artes: el cuadro, la escultura. Lo cuestionan, lo tensionan, lo incorporan, lo superan. Viene todo muy mezclado en este ir y venir.
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