6 de diciembre de 2024

Cervantes en Paraná

TEXTO FRANCO GIORDA

FOTOGRAFÍAS PABLO RUSSO – FRANCO GIORDA

 

 

La capital entrerriana tiene a su favor los numerosos, merecidos y variopintos homenajes que rinde a Miguel de Cervantes, autor de Don Quijote de la Mancha. El espacio público, la cultura y la educación de esta ciudad han ido enriqueciéndose a lo largo del tiempo con la suma de referencias al máximo escritor del castellano.

No deja de sorprender que en esta parte del mundo se reafirme con vivacidad el carácter universal e inmortal del autor, oriundo de Alcalá. Su ascendencia es tal que su nombre persiste no solo a través de sus lectores sino en distintas expresiones del espíritu humano que trascienden las fronteras del espacio y el tiempo. Así es que su figura, su nombre, su obra transformadora y sus ideales de libertad están vigentes en calles, bustos, canciones, en una escuela y en un club.

 

 

Un punto de inicio del recorrido cervantino vigente en Paraná puede ser la vieja calle Cervantes, que corre de oeste a este, desde el arrabal hasta el microcentro; más precisamente, desde la calle Reconquista, al borde de la barranca del arroyo Antoñico hasta la peatonal San Martín, donde su nombre cambia al de Uruguay. En su devenir se cruza con la vía dedicada el explorador Sebastián Gaboto y con el bulevar Sarmiento; luego atraviesa una región y varias provincias: Patagonia, Mendoza, Catamarca, Santiago del Estero, Tucumán, Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires.

La nominación está formalizada (aunque ya existía desde antes) en la ordenanza 5554, sancionada el 19 de agosto de 1970, a través de la cual se dispuso el nomenclador numérico para la designación de avenidas, calles, pasajes y vías de tránsito de Paraná. En el articulado se dispone que las que corren de sur a norte o viceversa llevan número impar y las de este a oeste o viceversa lleven número par. De este modo a la calle Cervantes le tocó el 72.

Según otro dato recabado en la Subdirección de Digesto Municipal a partir de una documentación brindada por Martín Quiróz, la calle Pellegrini antes se llamaba Cervantes. La información surge de una anotación sobre la Escuela Secundaria Fiscal, creada el 31 de marzo de 1884, donde se enseñaba taquigrafía y cuyo inmueble estaba «ubicado en calle Pellegrini (antes Cervantes) N°12».

No solo el nombre del autor nomina una arteria, sino que su personaje más celebre da nombre a un sinuoso camino de dos cuadras: la calle El Quijote se extienden entre Cataluña y la circunvalación José Hernández. Allí desemboca apenas pasado el rulo que lleva al túnel subfluvial. En este caso tiene el número 152 y fue instituida por la ordenanza 7926 en 1997.

 

 

Además de dos calles, el Manco de Lepanto cuentas con un dúo de expresiones escultóricas. El eximio artista, Israel Hoffmann, es el autor del busto ubicado en el tramo final de Alameda de la Federación; precisamente, en el cantero central que se prolonga entre el monumento a Urquiza y la rotonda donde se erige La danza de la flecha. La obra en cuestión fue emplazada el 12 de octubre de 1947 y se realizó por iniciativa del ex Centro Cultural Carlos María Onetti con motivo del cuarto centenario del nacimiento del ilustre escritor, ocurrido en 1547 (probablemente el 29 de septiembre, día de San Miguel, y bautizado el 9 de octubre de ese año).

«El escultor (Hoffmann) había trabajado en un busto de Cervantes, destinado a ser emplazado en el Parque Urquiza en esos años. Con motivo de la conferencia que Guillermo de Torre dio en la Biblioteca Popular sobre Cervantes, se le solicitó que en la fecha del evento el bronce fuera exhibido en el hall del edificio de la Universidad Popular, sita en la calle Corrientes 71 de la capital entrerriana. El trabajo había sido encomendado por el Centro Onetti, que llevaba el nombre del catedrático y poeta Profesor Carlos María Onetti, y fue emplazado el 12 de octubre de 1947 en el Parque Urquiza, en el sector alto, diseñado por Tahis», escribió Marcelo Olmos, autor de Israel Hoffmann. Escultor de Entre Ríos (Editorial de Entre Ríos, 2003).

Una de las placas adheridas al pedestal expresa «Cervantes Cuarto Centenario 1947» y en otra se lee «El Vice Cónsul H° de España Don Miguel Yáñez Martin. En homenaje al 5° Centenario del Descubrimiento y Evangelización de América Latina. 1492 12 de octubre 1992». Esta última, sin dudas, es una invitación a la polémica.

Originalmente, el bronce estuvo ubicado en la plazoleta que se encuentra frente al Club Atlético Estudiantes, a pocos metros de donde se emplaza en la actualidad. El traslado a su vigente posición se produjo en 1990 a pedido del Instituto Argentino de Cultura Hispánica. Vale agregar que Hoffmann cuenta con otro trabajo realizado en yeso que lleva el título de El buen Sancho.

El otro busto dedicado a Cervantes se aprecia en el hall central de la Biblioteca Popular del Paraná, con sede en Buenos Aires 256. Justamente, en el corazón distribuidor del admirable edificio (que por cierto necesita la recuperación del teatro de su planta alta y la refacción en su estructura) se erige, sobre un podio de madera, la obra que lleva la firma de «C. Gilardoni» y la fecha «1916». Esta efigie de Cervantes da la bienvenida, como un centinela de la cultura, a los lectores que se dirigen a la acogedora sala con sus anaqueles cargados de decenas de miles de tomos que conforman un tesoro reunido por la sociedad civil para el acceso público, desde los orígenes mismos de la institución en 1873.

La espalda del Cervantes de Gilardoni exhibe marcas de un ataque con punzón. Con el agudo elemento fue escrito «Juan y Carmen» dentro del dibujo de un corazón fechado en el «87».

 

 

Miguel de Cervantes Saavedra también es el nombre de la escuela de gestión privada 156 perteneciente a la Sociedad Española, que funciona en 9 de julio 351. La entidad educativa de nivel primario fue inaugurada en 1993 y en el presente tiene una matrícula de 200 alumnos. En 1988, había comenzado el jardín de infantes que en la actualidad lleva la nominación del ladero más popular de la historia de la literatura: Sancho Panza. El nombre de Cervantes para el colegio fue consensuado entre los iniciadores del proyecto a propuesta de su actual directora, Helena Casalongue.

Ella misma contó a 170 Escalones que la maestra de música, Mariela Lui, compuso en 1999 la canción representativa de la institución. La pieza musical se canta en los actos, luego de entonar el himno nacional y la marcha de Entre Ríos. Una de las estrofas dice «Cual ingenioso Hidalgo, luchaste tanto, // defendiendo justicia con tus ideas allá en Lepanto. // Canto del hombre libre fue tu legado // que en mi alma descubren sus más fervientes significados».

Una de los puntos destacados del calendario del establecimiento es el 23 de abril, jornada en la que se conmemora el Día Internacional del Libro dado que la fecha está vinculada al fallecimiento tanto de Cervantes como de William Shakespeare. En el acto institucional se suelen realizar dramatizaciones y lecturas de la obra cervantina, adaptadas a los niños.

En torno a esta entidad educativa funciona también la asociación civil de docentes y padres Don Quijote de la Mancha. El propósito de esta organización es realizar las gestiones necesarias para el sustento de la entidad.

 

 

Otra institución de la sociedad civil que lleva la gracia del autor referenciado es el Club Cervantes, ubicado en calle Santiago del Estero 93, esquina con 25 de junio. Allí funciona el tradicional comedor homónimo desde hace ya algunas décadas. Antaño, tuvo otras sedes en torno a la calle que dieron su nombre. El vicepresidente de la institución, Jorge Galperini, rememoró en diálogo con este medio que el club, en sus inicios, estuvo vinculado al fútbol. También recordó otra sede que funcionaba en calle Catamarca, entre 25 de junio y Cervantes; allí había, según afirmó, una cancha de tenis, una cancha de bochas y una cantina. En un momento, estuvieron abiertas ambos domicilios mencionados. La fundación de la entidad tuvo lugar el 26 de julio de 1924. Lo que indica que a la brevedad estará cumpliendo un siglo en pie.

Algunos bochófilos concurrentes llegaron a jugar en representación de club en los torneos que se llevaban adelante en la región. Esta disciplina se practicó hasta que las canchas fueron cerradas en la década del 70 por decisión de la Comisión Directiva de aquel entonces.

En la actualidad, un grupo de aproximadamente 20 socios se reúne los viernes a jugar al casín, una de las variantes del billar, en las tres mesas que están en la planta alta. Garbarini también sostuvo que existe un proyecto para construir una cancha en la que se pueda practicar fútbol de salón, básquet o vóley. La situación económica de la institución deberá fortalecerse para que esto pueda ocurrir.

Esta entidad social y deportiva es parte de la vida comunal de varias generaciones de esa zona de la ciudad, donde también se han erigido un lote de otras entidades de similar espíritu y longevidad como el Laprida, el Ciclista o el Catamarca Central, cada uno con sus particularidades y diferentes trayectorias.

 

En 2017, el músico Luis Barbiero publicó su disco Vals de papel que reúne 12 canciones que ejecuta junto a otros artistas. La producción cierra con Lamento de Sansón Carrasco que alude al personaje cervantino abocado a restablecer la cordura del Quijote.

El compositor contó a 170 Escalones que «la canción nació después de leer los dos libros de El Quijote. En el segundo, aparece este personaje que trae como noticia haber leído el primer libro. La primera parte había sido escrita 10 años antes con gran éxito en España e, incluso, había sido traducida. Cervantes escribe la segunda parte con este recurso de meter la primera dentro de la segunda. Eso me sorprendió mucho. Sansón Carrasco, entonces, se propone curar al Quijote de su locura. Lo hace disfrazándose también él de caballero andante para retarlo a duelo, ganarle y obligarlo a volver a su hacienda. Al principio del libro, no logra vencerlo, pero al final, en las costas de Barcelona, sí lo hace. Así, el Quijote cumple con su palabra de volver al pueblo y dejar la caballería. Esto hace que, finalmente, se deprima y muera. Ahí termina el libro».

A lo dicho, Barbiero agregó que «después de terminar el libro quedé resonando con que el objetivo original de Sansón Carrasco fue curar al Quijote y le salió el tiro por la culata. Ahí nació la canción. Es una forma de seguir vivenciando el personaje después haber finalizado la lectura. Luego, investigué y hay muy pocas canciones que se metan con la problemática del libro. Encontré solamente una poesía de León Felipe que musicalizó (Joan Manuel) Serrat que se llama «Vencidos» que está en el disco Mediterráneo. También hay una canción de Juan Quintero que se llama Últimas palabras de aliento donde Sancho le habla al Quijote cuando ya está en el lecho de muerte».

 

La mortalidad de Cervantes y del propio Quijote no es un impedimento para que ambos pervivan a lo largo del tiempo. Autor y personaje son una unidad viva de la cultura. En Paraná, su valor permanece joven en las expresiones que se han conseguido a lo largo de la historia y que la comunidad contemporánea continúa actualizando.

 

 

Addenda: Dada la posibilidad de editar que permite el soporte digital, agregamos una referencia obviada en la nota original. La atenta lectora, Agustina Giorda, nos señaló que entre la colección de rastros de Cervantes en la ciudad no habíamos dicho nada del logotipo que identifica a El Diario. Al respecto, cabe decir que se trata de una reproducción del conocido dibujo a la aguada de Pablo Picasso del 10 agosto de 1955 titulada Don Quijote y Sancho.

En el anuario de 1964, al cumplirse 50 años de su fundación del mencionado matutino, se afirma: «En una pausa lúcida y serena elegimos, hace de esto muchos años, la triste figura del Señor de la Mancha para simbolizar nuestro propios afanes. Cervantes nos había contado su historia fabulosa y Cardento y Picasso nos pergeñaron la visión genial del “príncipe de los buenos”. Lo tuvimos con nosotros siempre. Padrino de aventura, maestro de vida, compañero de sueños inverosímiles y de peleas fantásticas, lo llevamos en la luz de la pluma, en el oro de la conducta, en el cristal de la idea. “Yo sé quien soy” hemos de repetir siempre – como lo hicimos hasta hoy -, así soplen vientos de bonanza o rujan vendavales de adversidad. ¡Vela por nosotros, Señor de la Mancha!». Este manifiesto da cuenta del espíritu de El Diario de otro tiempo.

A su vez, luego de publicada esta nota también nos percatamos que existe una librería en la calle Cervantes, entre Buenos Aires y San Martín, que también lleva el nombre de Don Quijote.

 

.

.

 

 

 

Compartir Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir en Whatsapp
Comentarios (0)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *