Los fantasmas del tiempo
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TEXTOÂ PABLO RUSSO
«Luca no se murió», repiten, cantan y pintan en frases de aerosol los seguidores de una tribu rockera que se fue renovando y expandiendo generacional y geográficamente. La presencia de Luca George Prodan se multiplica en remeras, mochilas, paredes; tambiĂ©n en escenarios teatrales, musicales y en pantallas audiovisuales. Rastros materiales del mundo del lĂder de Sumo, e inmateriales de su obra, permanecen en esta Ă©poca actualizados por aquellos que lo retoman y representan. Interpretar a Luca en un pasaje de su vida o haciendo sonar su mĂşsica implica evocar a los fantasmas del tiempo, los verdaderos inmortales de esta historia que tuvo su fin y principio en una pensiĂłn de San Telmo, el 22 de diciembre de 1987.
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Abasto
Juan Arazi no precisa demasiada producciĂłn para lograr similitud visual con Luca. Un par de anteojos negros y un pañuelo palestino son más que suficientes. Desde 2015, Juan participa de Museo Vivo, una actividad promovida por un grupo de vecinos del Abasto y el colectivo del área comunitaria de la Casona Cultural de Humahuaca que se propone reconstruir la historia del barrio. La Casona de Humahuaca es un espacio de trabajo y cultura que surgiĂł en 2001 y se consolidĂł en ese rincĂłn tĂpico de Buenos Aires de acelerada transformaciĂłn edilicia y social. La idea de Museo Vivo se desarrolla durante la Noche de los Museos y consiste en una recorrida psicodramática con distintas paradas significativas, como una suerte de visita guiada por viajeros del tiempo, o azafatas y comandantes de a bordo de un vuelo imaginario, segĂşn la ediciĂłn. La parada Luca Prodan es la segunda de la senda que incluye, entre otros, el bar en el que tocaba Carlos Gardel. «Hago de Luca Prodan no porque sepa hablar italiano, ni cantar, ni mucho menos tocar un instrumento, sino simplemente porque soy el pelado de la Casona, y eso ya es atributo suficiente para que con un par de anteojos se me pueda identificar estĂ©ticamente con Ă©l», comenta Arazi, quien además de su condiciĂłn fĂsica es integrante del Grupo Casonero de Teatro del Oprimido. «En 2015 fue media improvisada la cosa, pero en 2016 y 2017 la escena cobrĂł un vuelo bastante interesante. RaĂşl Polifeme, otro integrante de la Casona, sugiriĂł que se hiciera en la puerta del bar El Destino, que queda frente a la casa de su novia, Ester, donde Luca paraba. ArmĂł un escenario onĂrico, le puso magia al personaje que está en el recuerdo de mucha gente que ya no es tan joven: propuso que nos sentemos en la puerta del bar y Ă©l hacĂa de mozo, de “el hermano José”, que existiĂł. Luca lo invitĂł a un recital en Obras (Sanitarias) para que este mozo le sirva ginebra sobre el escenario. En funciĂłn de esta amistad y este guiño, se armĂł la dupla actoral. El hermano JosĂ© le sirve ginebra y suelen tener algĂşn tipo de diálogo», narra Arazi.
«En 2016 fue más que nada una cuestiĂłn de potencia estĂ©tica, y la gente flasheĂł, vio en esa esquina un pasaje cotidiano de la vida de este Ădolo, hablando con otro personaje: Luca y el hermano JosĂ©. Este año se sumĂł el detalle de que lo que hace Luca en ese momento en el bar es componer Mañana en el Abasto. Cuando la gente se acerca lo encuentra improvisando versos, tratando de encontrar rimas. En un momento el mozo le dice “¿QuĂ© estás haciendo?”; “Se me ocurriĂł una canciĂłn”, contesto yo, y recito unas estrofas mientras me sirve ginebra (que es ginebra en serio, lo que pone la escena bien arriba). Y algunos del pĂşblico acompañan improvisadamente la letra mientras yo, como Luca, la voy recitando», cuenta el actor.
«Hombre sentado ahĂ, con su botella de Resero, los bares tristes y vacĂos ya, por la clausura del Abasto». La postal urbana compuesta en el bar El Destino, de Humahuaca y Gallo, por quien trabajĂł un tiempo en I Mercati Generali Ortofrutticoli de Roma, da muestras de una relaciĂłn especial con ese barrio en el que, por entonces, vivĂan personas de clase trabajadora, prĂłximas al gigante edificio que cerrĂł en 1984 y luego se transformĂł en un shopping. El condimento poĂ©tico de la escena callejera toca la sensibilidad del pĂşblico que reacciona ante lo que ve. «Terminada la puesta se acercan a hacerme comentarios con mucho cĂłdigo: hay gente que tira frases o preguntas de reportaje que se le hicieron a Luca en su momento, para que yo conteste como Ă©l. Uno me dijo: “¿QuĂ© sos, callejero?”, y yo le respondĂ: “¡Bancatelá!”; otro me dice: “Sos medio loquito, medio reventado”, y lo interpelo: “¿Yo soy reventado? Yo se inglĂ©s…”, y asĂ con varios pasajes de declaraciones que hizo Luca y que la gente los tiene incorporados a su folclore. Con el que entiende se arma algo muy groso», expresa Arazi. «Lo loco es que la escena ya terminĂł, la caravana sigue y hay un grupo que se queda conmigo charlando, se sacan fotos, me abrazan, y yo sin salir del personaje recibo un cariño que no me corresponde en mi dĂa a dĂa. Eso lo logra una pelada, un pañuelo y un par de anteojos, porque si yo me saco los anteojos y en lugar de contestar lo que el cĂłdigo establece respondo cosas desde Juan, inmediatamente la magia se rompe», agrega.
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FotografĂa extraĂda de la fanpage de Casona Humahuaca
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Paraná
Ni Nono, ni Hurlingham, ni Buenos Aires. Mariano Rochi naciĂł en Paraná, cinco años antes de que Luca aceptara la invitaciĂłn de su amigo Timmy Mc Kern de mudarse a Tras la Sierra para dedicarse a la vida de campo y desintoxicarse de su adicciĂłn a la heroĂna. En los años ochenta y noventa, Rochi creciĂł escuchando en cassette las canciones solitas que el romano cantaba en inglĂ©s durante sus primeros tiempos en CĂłrdoba, y las de Sumo a partir de su mudanza a Hurlingham y Buenos Aires, en 1981 y 1982 respectivamente. «Lo que nosotros llevamos adelante musicalmente se llama Canciones de Luca y Sumo. Nos pareciĂł una forma simple y directa de nombrar y dar a conocer lo que hacemos. No nos sienta muy bien la palabra tributo porque hay tributos donde se copian la ropa o los movimientos, es algo más pretensioso; en cambio, lo nuestro es solamente interpretar las canciones», aclara el mĂşsico y cantante de una formaciĂłn con guitarras, teclado, baterĂa y saxo que iniciĂł en 2014 con la idea de hacer una sola presentaciĂłn. «Lo venĂa pensando desde hacĂa tiempo; Sumo es la primera banda que escuchĂ© y con la que desarrollĂ© mi vida musical. Si bien pensamos tocar una vez para sacarnos las ganas en el bar El Coleguilla –que ya no está más–, nos gustĂł e hicimos otra. Al primer recital fueron unas cuarenta personas, luego se arrimĂł más gente y pasamos a lugares cada vez más grandes mientras se corrĂa la voz. Hoy, cuando tocamos, van unas trescientas o cuatrocientas personas; crecimos espontáneamente», dice sobre el fenĂłmeno que protagoniza y que lo ha llevado a presentaciones en Santa Fe, Rosario, y en el interior de Entre RĂos.
Para Rochi, «lo peor que podrĂa hacer es tratar de parecerme a Luca Prodan en cuanto a querer copiar algo, porque justamente su personalidad y su frescura es lo que lo llevaron a ser lo que es. SĂ en la cuestiĂłn musical, que en mi caso trato de que sea lo más fiel posible, y que me sale naturalmente de tantos años de escuchar su mĂşsica. La impostaciĂłn de la voz, las letras, los tonos, se me hace fácil; pero actuar de Luca Prodan no existe entre mis posibilidades. Tratamos de ser quienes somos interpretando la mĂşsica de la banda, y resulta natural y creĂble. La idea tambiĂ©n es reivindicar la parte de Luca solista, que tiene canciones muy lindas de su primera etapa en la Argentina. Por eso busquĂ© gente que realmente comprenda cĂłmo se interpreta este tipo de mĂşsica, ya que considero que no cualquier mĂşsico puede tocarla. A mi modo de ver, seleccionĂ© amigos y mĂşsicos que pudieran adaptarse a esa forma, y que crecieron generacionalmente escuchando a Luca».
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FotografĂa extraĂda de la fanpage de Canciones de Luca y Sumo
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Para encontrarse con el Luca de Juan Arazi componiendo Mañana en el Abasto habrá que esperar hasta La Noche de los Museos de 2018 en Buenos Aires. Canciones de Luca y Sumo, en cambio, se puede escuchar el 22 de diciembre en Tribus Bar&Arte, de Santa Fe; y el 24, despuĂ©s del brindis en el Club Español de Paraná. Quienes quieran indagar en otras representaciones audiovisuales del más reggae de los punks argentinos, pueden dejarse llevar por el documental Luca (2008), de Rodrigo Espina –quien en 1986 filmĂł el cortometraje El dĂa que reventaron las lámparas de gas, protagonizado por el mismo Prodan y gran elenco del Parakultural–; arrimarse al Daniel Rito de 2002 en Luca vive, del ex ministro de cultura y ex director del INCAA, Jorge Coscia; o esperar el estreno de El despertador. A estas visiones, sumarle el programa de Canal 7 de mediados de los años noventa, DNI, ampliamente superior al Sin Condena de Canal 9 de esos mismos años. Aunque, sin dudas, el mejor material es el que está compartiendo su hermano Andrea en el canal de YouTube Casa Prodan, que cuenta con grabaciones y cartas cassettes inĂ©ditas hasta hace pocos meses atrás. Luca naciĂł en 1953, y todo parece indicar que aquel pupilo escapista del colegio escocĂ©s de la alta sociedad, desertor del ejĂ©rcito italiano y cultor de la movida cultural y musical londinense de los años setenta, a sus 64 años, está más vivo que nunca.
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