TEXTO FRANCO GIORDA
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Anahí Berneri es la directora de Alanís, una película que en 2017 agitó el avispero por plantear frontalmente algunos temas candentes en relación a las mujeres. La protagonista fue Sofía Gala, quien encarnó a una prostituta. Esta obra le valió a la realizadora el premio mayor del Festival de San Sebastián. Antes de este reconocimiento, ya tenía en su haber varias películas como Un año sin amor o Aire libre en las que su perspectiva de género estaba clara.
Berneri es parte del jurado de la segunda edición del Festival Internacional de Cine de Entre Ríos (FICER) y este sábado a las 10 participará de una mesa en la que se abordarán las cuestiones de género en relación al cine latinoamericano junto a Gabriela Cartol, Claudia Abend, Adriana Loeff, Eliana Di Giovani e Inés De Oliveira Cézar. El encuentro estará moderado por Celina Murga.
La ganadora de la Concha de Plata dialogó con 170 escalones sobre su mirada como miembro del jurado, sus películas y sus proyectos.
¿Cuál es el criterio que utilizás o qué es lo que mirás para evaluar una película en tu rol de jurado?
Primero tengo una mirada de directora. Segundo, una mira y evalúa el recorrido que han tenido las películas. También, pienso en si les sirve este premio. No voy a mentir. Me parece que hay algo que tiene que ver con la visibilidad y hay ciertas películas que a veces pasan desapercibidas a otros festivales y a la convocatoria del público. Los festivales siempre son una forma de democratizar el cine. Hay películas que son muy valiosas y son invisibles a los espectadores y está bueno darles visibilidad. Eso es algo que también miro. Me gusta la programación de este festival. Me parece que han tenido una mirada muy federal y muy plural del cine. Eso me parece muy hermoso.
Otro de los criterios que se utilizaron para la programación es el de la perspectiva de género. En relación a eso, vos venís haciendo varias películas con esa mirada y finalmente fue Alanis la que tuvo mayor visibilidad, ¿por qué creés que sucedió con esa película en particular?
Porque el tiempo se acercó a lo que estaba haciendo y no al revés. La verdad es que siento que eso es lo que sucedió. La perspectiva de género la tengo desde que empecé a hacer fotografías y no desde que hago cine. Me parece que hoy está puesto el acento en la perspectiva de género y le tocó a Alanis pero le podría haber tocado a otra película. Yo digo que todas las películas tienen una perspectiva de género. Hoy es más consciente en los artistas y eso es muy lindo.
Este sábado 19 participás de una charla que aborda ese tema, ¿qué estás observando vos en el panorama argentino y latinoamericano en cuanto a las producciones y al trabajo que tienen lugar en las películas?
Justamente, creo que hay más conciencia y empieza a ser una problemática. Eso siempre es muy interesante para abrir el diálogo. Me tocó estar en los comités de clasificación del INCAA (Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales) y la mirada de género empezó a ser un tema. Eso es súper interesante. En la charla quiero hablar de cómo ha sido el proceso de mis películas en cuanto a las problemáticas de género dado que todas lo han tenido. El tema es que hoy no son invisibles.
¿Sigue habiendo resistencias a esta perspectiva?
Si. Ves que aparece. De golpe, te dicen ‘una mujer no reacciona así’ o ‘una mujer no tiene estos deseos’. A mí me parece que lo más interesante hoy, y es un poco controversial y me gusta que así sea, es correr a la mujer del lugar de víctima, la mujer haciéndose cargo del lugar de víctima. Me parece que ese es el gran desafío, hacerse cargo de los deseos, aunque sean non sanctos; hacerse cargo del lugar de debilidad y sumisión que muchas veces se asume por comodidad, historia. Ese lugar hay que explorar. Si nos ponemos en el lugar de mujeres víctimas y no deseantes tenemos un problema.
¿Estás trabajando en alguna película?
Acabamos de terminar una película con Javier Van de Couter donde estuve como guionista y productora sobre la masacre estudiantil de Carmen de Patagones.
¿Es el caso de Junior*?
Si. Los protagonistas son dos de los sobrevivientes de la masacre. Es una road movie en la que buscan al victimario, al chico que los baleó. Habla sobre qué es la venganza, qué es el perdón y qué es terminar con un fantasma, básicamente.
¿Es un documental?
No. Es una ficción con protagonistas que no son actores. Esperamos estrenar el año que viene. Por otro lado, estoy con una serie que transcurre en la década del 60 que se llama Caso Pengerek que es la primera adolescente de clase media que desaparece y que destapa una red de trata cuando todavía no se llamaba así. Es un caso que genera las primeras movilizaciones y aparece la prensa hablando con mucho morbo del crimen de una mujer.
¿Ocurrió en Argentina?
Si y es el surgimiento de Crónica como diario sensacionalista. Una prostituta destapa una red de prostitución y genera la primera movilización que habla del peligro de las mujeres en la calle en el 62. Estamos con eso. Nos parece interesante porque ya estaban presentes todos los elementos de las fakes news, de la policía corrupta, del morbo que generan los crímenes sexuales en los medios de comunicación.
¿Esa serie es para televisión?
Es para plataformas. Estamos en el proceso de escritura. Igual, ya filmando un tráiler. Hoy es muy interesante cómo te llaman con la idea de ponerle una perspectiva de género desde la producción, pero después te dicen que ‘no sea tanto’. Me parece que estamos en un momento en que nos estamos ubicando.
Se aprovecha el tema para ser políticamente correcto pero lo que está sucediendo va por otro lado
Si. Es el momento en que las mujeres nos tenemos que hacer cargo no solo de denunciar sino también de vernos como parte del problema.
* La masacre ocurrió en 2004 en el instituto “Islas Malvinas” de Carmen de Patagones y fue perpetrada por un alumno de 15 años apodado Junior. Con una pistola, propiedad de su padre, abrió fuego contra sus compañeros de aula, provocando la muerte de tres de ellos e hiriendo a otros cinco.
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