«Estas fotos son un panorama de mis caminatas siesteras (y un amanecer) en las visitas a Gualeguay: río, casas viejas, la plaza… los sifones amarillos de Sodería Fernández», introduce Melina Yuros Tempolopoulos a esta serie de imágenes gualeyas.

«Gualeguay siempre me pareció una opción para vivir, a diferencia de mis amigas que cuando nos fuimos a estudiar a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires juraban que no volverían», dice Melina, que se fue del pago en 1996 y regresó por un par de años en 2002. Con el nuevo siglo, junto con la música apareció la fotografía: «Como cantante empecé a trabajar mucho y eso fue dejando de lado a mi cámara Sony Cyber Shot. Me vine a Paranà en el 2006 y me dediqué a la música unos años más hasta que en el 2010 comenzamos a recorrer la provincia con Gustavo Cabral, yo como productora y él haciendo fotos. Ahí terminé de apasionarme por las fotos y la música pasó a segundo plano. Compré mi primer reflex en 2012, dos meses después que nació nuestro hijo Santiago. Desde ahí no paré de hacer fotos», detalla. «Hoy, con dos gurises de la mano, me amigué con la fotografía con celular y con la Canon G15, más manejable. Así como amo fotear, amo editar. Puedo pasar horas retocando imágenes aunque he aprendido a intervenirlas lo menos posible», agrega Melina, que hoy le toca trabajar de lo que parecía un hobbie: coordinar contenidos fotográficos para la provincia de Entre Ríos, elegir qué es lo que se muestra de los entrerrianos como de nuestra idiosincrasia, tanto en Un fresco abrazo de agua como en su labor en el gobierno.

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