11 de diciembre de 2024

Meterle fichas a un juego local

TEXTO PABLO RUSSO

FOTOGRAFÍAS IVAN TAYLOR Y FACUNDO SAAVEDRA

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Iván Taylor salió a comprar un juego de mesa con su familia para renovar los que venían usando, pero no encontraron nada que les llamara la atención en particular o les gustara. Observando las propuestas, abundaban los elefantes, leones, cebras, jirafas y demás fauna lejana. «¿Por qué no tenemos un juego con un yaguareté o que cuente la historia de cómo se reproducen los dorados?», se interrogó Iván en silencio, antes de proponerles a los tres chicos volver a casa y armar un juego propio. Ese fue el disparador de Piedras del Universo, el novedoso juego de mesa basado en la mitología de la región. La temática está orientada a resignificar los espacios naturales y poner a los participantes en contacto con leyendas, costumbres y personajes de las culturas originarias.

 

 

«Somos habituales jugadores de juegos de mesa como una alternativa para que los chicos puedan divertirse con algo que no tiene batería, que no se enchufa, que no se tiene que recargar, que no tiene pantalla y, sobre todo, que no te entrega un entretenimiento enlatado o ya resuelto, sino que te hace trabajar un poco la cabeza. Sea para planear una estrategia, para ayudar o complicarle la vida a los demás, pero que te hace pensar alguna solución», le contó Taylor a 170 Escalones sobre las rutinas hogareñas (con su pareja, Mariana, sus hijo y su hija y la hija de ella) que también formaron parte de las condiciones de producción de la propuesta lúdica.

Nació entonces, a mediados de 2019 y en un ambiente casero, el juego con animales de la zona, para los cuales los gurises aportaban con sus saberes y gustos personales. Armaron un tablero básico en el que se empezó a desarrollar esa idea que a la semana ya contaba con otra complejidad de detalles, diseños y tarjetas. «Jugamos con los chicos y con gente de mi edad, fuimos agregando, quitando reglas y mejorando lo que ya estaba», resumió Taylor sobre ese proceso. «Me enteré, durante la pandemia, que hay un juego que se llama TEG del Conurbano, entonces se me disparó producir y vender lo que ya teníamos. Empezamos a buscar alternativas hasta que surgió la posibilidad de Jóvenes Emprendedores, un programa en el que quedamos seleccionados y que nos financió, con un crédito a devolver, un porcentaje del desarrollo. Fue el disparador para trabajar», indicó el integrante de El Equipo Azul, como se auto denominó al grupo de creadores lúdicos que comparten hogar e iniciativa, en relación al color preferido de casi todos sus integrantes. La otra razón del nombre es que en la mayoría de los juegos –sobre todo en los videojuegos– el color azul es el que se otorga por defecto al participante, mientras que el rojo es el de personajes que hay que vencer.

 

 

Piedras del Universo «es muy dinámico, tiene un amplio espectro de jugabilidad. Nina tiene 5 años, mis hijos 10 y 11, nosotros también nos divertimos con ellos y con personas de 30, 50 y 70, porque las reglas que fuimos poniendo hacen que el juego se adapte a cada jugador; eso es muy curioso», agregó Iván. Según su propia presentación, Piedras…  invita a la reunión, la colaboración, la concentración y la elaboración de estrategias, además de entrenar la adaptación a lo imprevisto y la resolución de problemas. Su manual de instrucciones es, a la vez, la construcción de una historia repleta de personajes y situaciones que ayudan a conocer más sobre nuestra propia mitología. Entre sus características se destaca que las leyendas son resignificadas desde tres ejes principales: género (reafirmando el rol de la mujer y proponiendo versiones libres de sexismos y violencias simbólicas propias del patriarcado); ambiente (donde quienes participan están en contacto con paisajes propios) y geográfico/histórico (con la intervención de personajes y mitos de culturas originarias más amplias que las delimitadas por la provincia de Entre Ríos.

En cuanto a la construcción, las piezas en 3D están desarrolladas en un material plástico con componentes de origen vegetal y menor impacto ambiental. Cuentan, además, con identificación en braille. La primera edición de 50 ejemplares se agotó el día de lanzamiento y ahora se toman pedidos para la segunda tanda que saldrá a principios de 2021. Cuesta dos mil pesos la unidad y trae un tablero de 60×65 cuyas ilustraciones son de Gisela Curioni, 1 dado, 16 tarjetas de la naturaleza, 8 poderes de la naturaleza, 12 figuras en 3D y el manual de instrucciones. «Un mes antes que nosotros salió Del Puente a La Guadalupe, está buenísimo porque viene a enriquecer las posibilidades de juegos de mesa locales, cosas que hablen de nosotros»; señaló Taylor, amante de las sobremesas con despliegue de tableros para abrir la mirada y el pensamiento.

 

 

 

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